o si yo he comido solo mi bocado, y no ha comido de él el huérfano también;
1 Samuel 25:11 - Biblia Version Moderna (1929) ¿He de tomar pues mi pan y mi agua y mis animales que he degollado para mis esquiladores, y darlo a unos hombres que yo no sé de dónde sean? Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 ¿He de tomar yo ahora mi pan, mi agua, y la carne que he preparado para mis esquiladores, y darla a hombres que no sé de dónde son? Biblia Nueva Traducción Viviente ¿Debo tomar mi pan, mi agua y la carne que destacé para mis esquiladores y dárselos a un grupo de bandidos que viene de quién sabe dónde?». Biblia Católica (Latinoamericana) ¿¡Y voy a tomar mi pan, mi vino, la carne de los animales que he degollado para los esquiladores y dar todo eso a esa gente que viene de no se sabe dónde!?' La Biblia Textual 3a Edicion ¿Tomaré yo ahora mi pan, y mi agua, y mi carne que he sacrificado para mis esquiladores y los daré a hombres que no sé de dónde vienen? Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿Voy a tomar mi pan, mi agua y los animales que he matado para mis esquiladores, y se los voy a dar a gentes que no sé de dónde son?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿He de tomar yo ahora mi pan, mi agua, y mi carne que he matado y preparado para mis esquiladores, y la daré a hombres que no sé de dónde son? |
o si yo he comido solo mi bocado, y no ha comido de él el huérfano también;
como desconocidos, y sin embargo bien conocidos; como moribundos, y he aquí que vivimos; como castigados, mas no muertos;
Así pues, según tengamos oportunidad, obremos lo que es bueno para con todos, y mayormente para con los que son de la familia de la fe.
de manera que digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me ha procurado esta riqueza.
Llegando pues Gedeón a los hombres de Sucot, les dijo: ¡He ahí a Zeba y Zalmuna! de quienes me zaheristeis, diciendo: ¿Acaso los puños de Zeba y Zalmuna están ya en tu mano, para que demos pan a tus hombres cansados?
Pero los principales de Sucot le contestaron: ¿Acaso los puños de Zeba y Zalmuna están ya en tu mano, para que demos pan a tu tropa?
Subió pues de allí a Penuel, y a los de ella habló de la misma manera: mas los hombres de Penuel le respondieron del mismo modo que los hombres de Sucot.
Como dice el refrán de los antiguos: De los malos procede la maldad: mi mano pues no estará contra ti.
Tornaron pues los mozos de David a su camino, y volvieron, y vinieron, y le informaron de todas estas palabras.
Y el hombre se llamaba Nabal, y su mujer se llamaba Abigail; y era la mujer de despejada inteligencia y de bella figura; mas el hombre era áspero y de malas acciones: y era del linaje de Caleb.
Ahora pues he oído decir que haces el esquileo de tus ovejas. Ahora bien, cuando tus pastores estaban con nosotros, no les tratamos mal, y ellos no echaron menos cosa alguna todo el tiempo que estuvieron en el Carmelo.