1 Samuel 20:41 - Biblia Version Moderna (1929) Fuése pues el muchacho; y David, levantándose de la parte meridional del peñón, cayó sobre su faz a tierra, postrándose tres veces; y ellos se besaron el uno al otro, y lloraron el uno sobre el otro, hasta que David lloró vehementemente. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y luego que el muchacho se hubo ido, se levantó David del lado del sur, y se inclinó tres veces postrándose hasta la tierra; y besándose el uno al otro, lloraron el uno con el otro; y David lloró más. Biblia Nueva Traducción Viviente En cuanto se fue el niño, David salió de su escondite cerca del montón de piedras y se inclinó ante Jonatán tres veces, rostro en tierra. Mientras se abrazaban y se despedían, los dos lloraban, especialmente David. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando se fue, David salió de su escondite, se echó de bruces en el suelo y se inclinó tres veces. En seguida se abrazaron y lloraron un largo rato el uno sobre el otro, pero había llegado el momento de la partida para David. La Biblia Textual 3a Edicion Y tan pronto como se fue el mozo, David salió de la parte del sur, y cayendo rostro en tierra, se postró tres veces. Luego, besándose el uno al otro, lloraron juntos, aunque David lloró más. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se fue el muchacho, y David se levantó de junto a la piedra y, cayendo rostro en tierra, se postró tres veces. Después se besaron uno al otro, sollozando ambos, aunque más David. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y luego que el muchacho se hubo ido, se levantó David del lado del sur, y se inclinó tres veces postrándose hasta la tierra: y besándose el uno al otro, lloraron el uno con el otro, aunque David lloró más. |
Y aconteció que cuando Labán oyó las nuevas de Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirle, y le abrazó y besóle, y trájole a su casa; y él contó a Labán todas estas cosas.
Esaú empero corrió a recibirle, y abrazóle, y echóse sobre su cuello y le besó; y lloraron.
Y era José el gobernador de la tierra; era él quien vendía el grano a todo el pueblo de la tierra. Vinieron pues los hermanos de José, y se le postraron rostro a tierra.
Y ellos respondieron: Está bueno tu siervo nuestro padre, vive todavía; e inclinaron la cabeza y se postraron.
Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos: y después de esto sus hermanos hablaron con él.
al día tercero acaeció que, he aquí, un hombre vino del campamento de los de Saúl, rasgados sus vestidos y con tierra sobre su cabeza. Y fué así que al llegarse a David, postróse en tierra e hizo reverencia.
¡Angustiado estoy por ti, oh hermano mío, Jonatán! muy dulce has sido para conmigo; maravilloso fué tu amor hacia mí, sobrepujando al amor de las mujeres.
Y cuando aquella mujer de Tecoa habló al rey, cayó en tierra sobre su rostro, haciendo reverencia, y dijo ¡Socorro, oh rey!
Por manera que todo el pueblo pasó el Jordán; el rey también pasó: entonces besó el rey a Barzillai y le bendijo; y éste volvió a su lugar.
Vino entonces Mefiboset hijo de Jonatán, hijo de Saúl, a David, y cayó sobre su faz, y le hizo reverencia. Y dijo David: ¡Mefiboset! Y él respondió: He aquí a tu siervo.
Entonces Batseba inclinó la cabeza, y postróse ante el rey. Y le dijo el rey: ¿Qué tienes?
Y avisaron al rey, diciendo: Ahí está Natán profeta. Y como él entrase en la presencia del rey, postróse a tierra sobre su rostro delante del rey.
Con lo cual Batseba inclinóse, rostro a tierra, postrándose delante del rey, y dijo: ¡Viva mi señor, el rey David, para siempre!
Y hubo grande llanto de todos; y echáronse sobre el cuello de Pablo, y le besaron;
TOMÓ entonces Samuel una redoma de aceite, y derramólo sobre la cabeza de Saúl, y besándole, dijo: ¿No es por cuanto Jehová te ha ungido por príncipe sobre su herencia?
E hizo Jonatán pacto de amistad con David; porque le amaba como a su misma alma.
En seguida Jonatán dió sus armas al muchacho que consigo tenía, diciéndole: Véte, llévalas a la ciudad.
En seguida dijo David a Saúl: ¿Por qué escuchas palabras mentirosas de hombres, que dicen: He aquí que David procura hacerte mal?
Y cuando Abigail vió a David, dióse prisa para bajar de su asno, y cayó delante de David, sobre su cara, postrándose a tierra.