Id, pues, y haced discípulos entre todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo:
1 Juan 5:8 - Biblia Version Moderna (1929) Y tres son los que dan testimonio en la tierra], el Espíritu y el agua y la sangre; y estos tres convienen en un mismo testimonio. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan. Biblia Nueva Traducción Viviente —el Espíritu, el agua y la sangre— y los tres están de acuerdo. Biblia Católica (Latinoamericana) el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres coinciden en lo mismo. La Biblia Textual 3a Edicion El Espíritu, el agua, y la sangre; y los tres concuerdan.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 el Espíritu y el agua y la sangre; y los tres concuerdan en lo mismo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y tres son los que dan testimonio en la tierra; el Espíritu, el agua, y la sangre; y estos tres concuerdan en uno. |
Id, pues, y haced discípulos entre todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo:
Pues aunque muchos daban falso testimonio contra él, sus testimonios no eran adecuados al intento.
Mas cuando viniere el Consolador, a quien yo os enviaré desde el Padre, es a saber, el Espíritu de verdad, que procede del Padre, él testificará de mí:
mas uno de los soldados traspasó su costado con una lanza, y en el acto salió sangre y agua.
Y con esto concuerdan las palabras de los profetas; según está escrito:
El Espíritu mismo da testimonio juntamente con nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios;
el cual nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.
Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo de Dios, con su propia sangre, padeció fuera de la puerta.
Es preciso avanzar; porque es imposible que los que una vez fueron iluminados, y gustaron del don celestial, y fueron hechos participantes del Espíritu Santo,
la cual era tipo del bautismo que ahora nos salva a nosotros también (no el quitársenos la inmundicia de la carne, sino el obtener respuesta de una buena conciencia para con Dios), por medio de la resurrección de Jesucristo:
Si recibimos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios es mayor; porque éste es el testimonio de Dios, que el ha dado respecto de su Hijo.