Διαδικτυακή Βίβλος

Διαφημίσεις


Ολόκληρη η Βίβλος Παλαιά Διαθήκη Καινή Διαθήκη




Rut 2:8 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

Booz llamó a Rut y le dijo: —Oye bien lo que te voy a decir: no vayas a recoger espigas en otros campos; quédate aquí

Δείτε το κεφάλαιο
προβολή Interlinear Bible

Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas.

Δείτε το κεφάλαιο

Biblia Nueva Traducción Viviente

Booz se acercó a Rut y le dijo: —Escucha, hija mía. Quédate aquí mismo con nosotros cuando recojas grano; no vayas a ningún otro campo. Sigue muy de cerca a las jóvenes que trabajan en mi campo.

Δείτε το κεφάλαιο

Biblia Católica (Latinoamericana)

Booz, dirigiéndose entonces a Rut, le dijo: 'Oye, hijita, no vayas a recoger espigas a otra parte.

Δείτε το κεφάλαιο

La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces Booz dijo a Rut: ¿No oyes hija mía? No vayas a espigar a otro campo, ni pases tampoco de aquí, sino júntate con mis criadas.

Δείτε το κεφάλαιο

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Booz dijo entonces a Rut: '¿Me oyes, hija mía? No vayas a espigar a otro campo, ni te alejes de aquí; únete a mis criadas.

Δείτε το κεφάλαιο

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces Boaz dijo a Ruth: Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas.

Δείτε το κεφάλαιο
Άλλες μεταφράσεις



Rut 2:8
11 Σταυροειδείς Αναφορές  

Pero sus sirvientes se acercaron a él y le dijeron: «Señor, si el profeta le hubiera pedido que hiciera alguna cosa difícil, usted la habría hecho. ¡Con más razón, debiera hacerle caso y meterse en el río Jordán para sanarse!»


»Cuando recojan sus cosechas, no corten las espigas que crecieron en los bordes del campo, ni levanten las espigas que queden en el suelo.


Allí, algunas personas le llevaron a un hombre acostado en una camilla, pues no podía caminar. Al ver Jesús que estas personas confiaban en él, le dijo al hombre: «¡Ánimo, amigo! Te perdono tus pecados.»


Jesús se dio vuelta, vio a la mujer y le dijo: «Ya no te preocupes, tu confianza en Dios te ha sanado.» Y desde ese momento la mujer quedó sana.


Finalmente, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo que merece respeto, en todo lo que es justo y bueno; piensen en todo lo que se reconoce como una virtud, y en todo lo que es agradable y merece ser alabado.


Me suplicó que la dejara recoger las espigas que se les caen a los trabajadores. Desde que llegó en la mañana, ha estado trabajando duramente, y apenas ahora está tomando un corto descanso en la choza.


y acompaña a mis trabajadoras. Mira bien por dónde van, y síguelas. Les he ordenado a mis trabajadores que no te molesten. Cuando tengas sed, ve y toma agua de las jarras que ellos han llenado.


Entonces Elí lo llamó: —Samuel, hijo mío. —Aquí estoy —contestó Samuel.


pero Dios volvió a llamarlo: «¡Samuel, Samuel!» Él se levantó y fue de nuevo a donde estaba Elí. —Aquí estoy —le dijo. ¿En qué puedo servirle? Elí le respondió: —Yo no te llamé, hijo mío. Anda, vuelve a acostarte.