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Oseas 3:2 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

Yo, Oseas, le pagué al amante de mi esposa quince monedas de plata y le di trescientos treinta kilos de cebada, para que ella volviera a vivir conmigo.

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

La compré entonces para mí por quince siclos de plata y un homer y medio de cebada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Así que la recuperé pagando quince piezas de plata, cinco canastas de cebada y una medida de vino.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Recuperé, pues, a mi esposa, pagando por ella quince monedas de plata y una carga y media de cebada.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Me la compré por quince siclos° de plata Y un homer° y un letek° de cebada,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Yo la adquirí por quince siclos de plata, más un jómer y medio de cebada,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

La compré entonces para mí por quince piezas de plata y un homer y medio de cebada.

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Άλλες μεταφράσεις



Oseas 3:2
9 Σταυροειδείς Αναφορές  

Ustedes díganme cuánto quieren a cambio, y yo pagaré ese precio, ¡pero, por favor, déjenme casarme con ella!


17 (16) Pero si el padre de esa joven no quiere que ella se case, ese hombre deberá pagar de todos modos la cantidad que se acostumbra dar por la novia al casarse.


Tres hectáreas plantadas de uvas no darán más que un barril de vino; diez bolsas de semilla solo producirán una bolsa de trigo”.


y usen la misma medida para los granos y los líquidos. La medida básica debe ser de doscientos veinte litros, y dividirse en diez y hasta cien unidades.


Y luego le dije a ella: «Ya eres mía, y vivirás conmigo mucho tiempo. Si tú prometes serme fiel, yo también te seré fiel, aunque por un tiempo no viviremos como esposos».


»Si alguien me dedica un terreno de su propiedad, su precio se calculará según la cantidad de semilla que pueda sembrarse en él, y se pagarán cincuenta monedas de plata por cada doscientos veinte kilos de semilla de cebada.


Además, me voy a casar con Rut, la viuda de Mahlón. Así, el primer niño que nazca heredará el terreno, y se mantendrá el nombre de la familia. Sus descendientes seguirán viviendo en Belén.


y Saúl les dijo: «Díganle a David que no quiero que me dé nada por mi hija. Lo que quiero es que me traiga la prueba de que mató a cien filisteos. Quiero vengarme de ellos». En realidad, Saúl quería que los filisteos mataran a David.