Si todos los días vienes a mi casa y escuchas mis enseñanzas, Dios te bendecirá.
Lucas 8:40 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Cuando Jesús regresó a Galilea, la gente lo recibió con mucha alegría, pues lo había estado esperando. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Cuando volvió Jesús, le recibió la multitud con gozo; porque todos le esperaban. Biblia Nueva Traducción Viviente Del otro lado del lago, las multitudes recibieron a Jesús porque lo estaban esperando. Biblia Católica (Latinoamericana) Ya había gente para recibir a Jesús a su regreso, pues todos estaban esperándolo. La Biblia Textual 3a Edicion Al regresar Jesús, la multitud le dio la bienvenida, pues todos lo estaban esperando. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al volver Jesús, fue bien acogido por la multitud; pues todos lo estaban esperando. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció que cuando Jesús volvió, la multitud le recibió con gozo; porque todos le esperaban. |
Si todos los días vienes a mi casa y escuchas mis enseñanzas, Dios te bendecirá.
Después de esto, Jesús subió a una barca y cruzó al otro lado del lago para llegar al pueblo de Cafarnaúm, donde vivía.
»A ver, explíquenme: ¿Por qué el rey David llama Señor al Mesías? ¿Cómo puede el Mesías ser su descendiente? ¡Hasta David lo considera más importante que él mismo!» Había allí mucha gente, y todos escuchaban a Jesús con agrado.
Jesús llegó en la barca al otro lado del lago, y se quedó en la orilla porque mucha gente se juntó a su alrededor.
Herodes le tenía miedo a Juan y lo protegía, porque sabía que Juan era un hombre justo y santo. Y aunque Herodes no sabía qué hacer cuando lo oía hablar, lo escuchaba de buena gana.
pero no podían hacer nada contra él, pues la gente quería escuchar sus enseñanzas.
Zaqueo bajó enseguida, y con mucha alegría recibió en su casa a Jesús.
Una vez Jesús estaba a la orilla del Lago de Galilea, y la gente se amontonó alrededor de él para escuchar el mensaje de Dios.
«Vuelve a tu casa y cuéntales a todos lo que Dios ha hecho por ti.» El hombre se fue al pueblo y contó todo lo que Jesús había hecho por él.
»Enseguida envié a mis mensajeros, y tú has aceptado muy amablemente mi invitación. Todos estamos aquí, listos para oír lo que Dios te ha ordenado que nos digas, y estamos seguros de que él nos está viendo en este momento.