Διαδικτυακή Βίβλος

Διαφημίσεις


Ολόκληρη η Βίβλος Παλαιά Διαθήκη Καινή Διαθήκη




Lucas 18:2 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

Les dijo: «En una ciudad había un juez que no tenía miedo ni de Dios ni de la gente.

Δείτε το κεφάλαιο
προβολή Interlinear Bible

Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre.

Δείτε το κεφάλαιο

Biblia Nueva Traducción Viviente

«Había un juez en cierta ciudad —dijo—, que no tenía temor de Dios ni se preocupaba por la gente.

Δείτε το κεφάλαιο

Biblia Católica (Latinoamericana)

En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaba la gente.

Δείτε το κεφάλαιο

La Biblia Textual 3a Edicion

Les dijo: Había un juez en cierta ciudad que no temía° a Dios ni respetaba° a hombre.

Δείτε το κεφάλαιο

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Les dijo: 'En una ciudad había un juez que ni temía a Dios ni tenía consideración alguna con los hombres.

Δείτε το κεφάλαιο

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

diciendo: Había un juez en una ciudad, el cual ni temía a Dios, ni respetaba a hombre.

Δείτε το κεφάλαιο
Άλλες μεταφράσεις



Lucas 18:2
14 Σταυροειδείς Αναφορές  

La gente buena se preocupa por defender al indefenso; pero a los malvados eso ni les preocupa.


Los caminos están desiertos, nadie transita por ellos; se han roto los pactos, se rechaza a los testigos, y no hay respeto por nadie.


Allí también vivía una viuda, que siempre lo buscaba y le decía: “Por favor, haga usted todo lo posible para que se me haga justicia en la corte.”


Al principio, el juez no quería atender a la viuda. Pero luego pensó: “Esta viuda molesta mucho. Aunque no le tengo miedo a Dios, ni me importa la gente, la voy a ayudar. Si no lo hago, nunca dejará de molestarme.”»


»Finalmente, el dueño se puso a pensar: “¿Qué puedo hacer?” Y se dijo: “Ya sé; enviaré a mi hijo que tanto quiero. Estoy seguro que a él sí lo respetarán.”


Cuando éramos niños, nuestros padres aquí en la tierra nos corregían, y nosotros los respetábamos. Con mayor razón debemos obedecer a Dios, que es nuestro Padre que está en el cielo, pues así tendremos vida eterna.