Algunos años después, Dios quiso ver si Abraham lo obedecía, así que lo llamó y le dijo: «Abraham, quiero que me ofrezcas como sacrificio a Isaac, tu único hijo, a quien tanto amas. Llévalo a la región de Moria, al cerro que te voy a enseñar».
Juan 20:16 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Jesús le dijo: —María. Ella se volvió y le dijo: —¡Maestro! Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro). Biblia Nueva Traducción Viviente —¡María! —dijo Jesús. Ella giró hacia él y exclamó: —¡Raboní! (que en hebreo significa “Maestro”). Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús le dijo: 'María'. Ella se dio la vuelta y le dijo: 'Rabboní', que quiere decir 'Maestro'. La Biblia Textual 3a Edicion Jesús le dice: ¡Miriam! Ella, volviéndose, le dice en arameo: ¡Rabboni! (que quiere decir Maestro). Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dícele Jesús: '¡María!'. Ella se vuelve y le dice en hebreo: '¡Rabbuní! ' (que significa 'Maestro'). Biblia Reina Valera Gómez (2023) Jesús le dijo: María. Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro). |
Algunos años después, Dios quiso ver si Abraham lo obedecía, así que lo llamó y le dijo: «Abraham, quiero que me ofrezcas como sacrificio a Isaac, tu único hijo, a quien tanto amas. Llévalo a la región de Moria, al cerro que te voy a enseñar».
»Ustedes y mi hermano Benjamín son testigos de que yo personalmente le mando a decir esto.
Cuando Dios vio que Moisés se acercaba, le gritó: —¡Detente Moisés! Moisés contestó: —¡Qué pasa, Señor!
Dios le respondió: —Está bien, voy a acompañarlos, porque realmente te amo y confío en ti.
Apenas los dejo, encuentro al amor de mi vida. Lo abrazo, no lo suelto, lo llevo a mi casa, ¡lo hago entrar en la habitación donde nací!
En medio de mis sueños mi corazón despertó y alcancé a oír una voz. Era la voz de mi amado, que estaba a la puerta: «Amada mía; mi preciosa palomita, ¡déjame pasar! Tengo la cabeza bañada en rocío; ¡me corre por el cabello la lluvia de la noche!»
Isaías dijo: «Ahora, pueblo de Israel, Dios tu creador te dice: “No tengas miedo. Yo te he liberado; te he llamado por tu nombre y tú me perteneces.
Jesús le dijo: —¿Qué quieres que haga por ti? El ciego respondió: —Maestro, haz que pueda yo ver de nuevo.
Pero Jesús le contestó: —Marta, Marta, ¿por qué te preocupas por tantas cosas? Hay algo más importante. María lo ha elegido, y nadie se lo va a quitar.
Jesús se dio vuelta y, al ver que lo seguían, les preguntó qué querían. Ellos le preguntaron: —¿Dónde vives, Maestro?
Entonces Natanael respondió: —Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios y el Rey de Israel!
El que cuida la entrada le abre, y el pastor llama a cada una de sus ovejas por nombre, y ellas reconocen su voz. Luego el pastor las lleva fuera del corral,
Después de decir esto, Marta llamó a María y le dijo en secreto: «El Maestro ha llegado, y te llama.»
Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque soy Maestro y Señor.
En Jerusalén, cerca de la entrada llamada «Portón de las Ovejas», había una piscina con cinco entradas, que en hebreo se llamaba Betzatá.
La gente encontró a Jesús al otro lado del lago, y le preguntó: —Maestro, ¿cuándo llegaste?
Un día, a eso de las tres de la tarde, Cornelio tuvo una visión, en la que claramente veía que un ángel de Dios llegaba a donde él estaba y lo llamaba por su nombre.
Saulo cayó al suelo, y una voz le dijo: —¡Saulo, Saulo! ¿Por qué me persigues?
y poco después, Dios mismo se le acercó y lo llamó como antes: —¡Samuel, Samuel! Y él contestó: —Dime, Dios mío, ¿en qué puedo servirte?
pero Dios volvió a llamarlo: «¡Samuel, Samuel!» Él se levantó y fue de nuevo a donde estaba Elí. —Aquí estoy —le dijo. ¿En qué puedo servirle? Elí le respondió: —Yo no te llamé, hijo mío. Anda, vuelve a acostarte.