Yo no soy de este mundo, y tampoco ellos lo son.
No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Al igual que yo, ellos no pertenecen a este mundo.
Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
No son del mundo, como Yo no soy del mundo.
No son del mundo, como tampoco yo.
Les he dado tu mensaje, y por eso los de este mundo los odian, pues ellos ya no son como esa gente, y tampoco yo soy así.
Jesús les aclaró: —Ustedes son pecadores, como todos los que viven en este mundo. Pero yo no soy de este mundo, porque vengo del cielo.
Ellos son unos pecadores, y los demás pecadores de este mundo les hacen caso, porque hablan de las mismas cosas.