Los mensajeros regresaron muy avergonzados, y cuando David lo supo, les mandó a decir: «Quédense en Jericó, y no regresen hasta que les crezca la barba».
Josué 6:24 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Mientras tanto, los soldados incendiaron la ciudad y quemaron todo, pero se llevaron la plata, el oro y las vasijas de bronce y de hierro, y todo esto lo pusieron junto con los tesoros de Dios. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y consumieron con fuego la ciudad, y todo lo que en ella había; solamente pusieron en el tesoro de la casa de Jehová la plata y el oro, y los utensilios de bronce y de hierro. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego los israelitas quemaron la ciudad y todo lo que había en ella. Solo conservaron las cosas hechas de plata, de oro, de bronce y de hierro para el tesoro de la casa del Señor. Biblia Católica (Latinoamericana) Luego prendieron fuego a la ciudad y a todo lo que había en ella. Pero depositaron en el tesoro de la Casa de Yavé la plata, el oro como también los objetos de bronce o de hierro. La Biblia Textual 3a Edicion Y prendieron fuego a la ciudad y todo lo que había en ella. Sólo pusieron en el tesoro de la Casa de YHVH la plata, el oro y los objetos de bronce y de hierro. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Luego prendieron fuego a la ciudad con cuanto en ella había; pero la plata y el oro y los objetos de bronce y de hierro fueron entregados al tesoro de la casa de Yahveh. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y consumieron con fuego la ciudad, y todo lo que en ella había; solamente pusieron en el tesoro de la casa de Jehová la plata, y el oro, y los vasos de bronce y de hierro. |
Los mensajeros regresaron muy avergonzados, y cuando David lo supo, les mandó a decir: «Quédense en Jericó, y no regresen hasta que les crezca la barba».
Nebuzaradán incendió el templo de Jerusalén, el palacio del rey y las casas de la ciudad, en especial las de los líderes más importantes.
David le entregó todo esto a Dios, junto con el oro y la plata de las naciones que había conquistado: Edom, Moab, Amón, Filistea y Amalec.
y a todos los que vivían allí. No quedó nadie con vida, y la ciudad fue incendiada.
Toda la plata, y el oro, el bronce y el hierro serán dedicados a Dios, y deben ponerse con sus tesoros».
Los únicos que se salvaron fueron Rahab y todos los de su casa. Josué la salvó porque ella escondió a los dos espías que él había enviado a Jericó. Hasta el día de hoy hay descendientes de Rahab que viven en Israel.
Luego Josué ordenó que se prendiera fuego a la ciudad de Ai, hasta dejarla en ruinas, como todavía puede verse.
Los diez cuernos que has visto, lo mismo que el monstruo, odiarán a la prostituta y le quitarán todo lo que tiene. La dejarán desnuda, se comerán la carne de su cuerpo, y luego la arrojarán al fuego.
»Por eso, en un mismo día recibirá todos estos castigos: hambre, sufrimiento y muerte. ¡Será destruida por el fuego, porque el Señor, el Dios todopoderoso, ha decidido castigarla!»