»Más bien, yo le aconsejo a usted que reúna a todos los soldados israelitas del país, es decir, un ejército que nadie pueda contar, y que usted mismo los dirija en la batalla.
Josué 11:4 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Y vinieron esos reyes con todos sus soldados, caballos y carros de guerra. Eran tantos como la arena del mar, pues no se podían contar. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Estos salieron, y con ellos todos sus ejércitos, mucha gente, como la arena que está a la orilla del mar en multitud, con muchísimos caballos y carros de guerra. Biblia Nueva Traducción Viviente Todos esos reyes salieron a pelear. Sus ejércitos unidos formaban una inmensa multitud. Y con todos sus caballos y carros de guerra cubrieron el terreno como la arena a la orilla del mar. Biblia Católica (Latinoamericana) Salieron de campaña con todos sus ejércitos, era un pueblo tan numeroso como la arena de la orilla del mar, con una multitud de caballos y carros. La Biblia Textual 3a Edicion Y salieron éstos, y con ellos todos sus ejércitos: una gran muchedumbre como la arena que hay a la orilla del mar, con muchísimos caballos y carros de guerra. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Salieron, pues, ellos con todas sus tropas: muchedumbre innumerable como la arena de las orillas del mar, con gran número de caballos y de carros. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Estos salieron, y con ellos todos sus ejércitos, mucha gente, como la arena que está a la orilla del mar, con muchísimos caballos y carros. |
»Más bien, yo le aconsejo a usted que reúna a todos los soldados israelitas del país, es decir, un ejército que nadie pueda contar, y que usted mismo los dirija en la batalla.
Los habitantes de Israel y Judá eran tantos como la arena del mar, que no se puede contar. Tenían comida y bebida de sobra, y eran muy felices.
8 (9) Esa gente tropezará y caerá, pero nosotros nos levantaremos y seguiremos de pie.
Todos estos reyes se reunieron cerca del arroyo de Merom, y acamparon allí, dispuestos a pelear contra los israelitas.
Los madianitas, los amalecitas y toda la gente del este se habían dispersado por todo el valle. Parecían una plaga de saltamontes, y tenían tantos camellos como la arena que hay en la playa.
Y así sucedió. Los filisteos se reunieron para atacar a los israelitas. Llegaron treinta mil carros de guerra, seis mil soldados de caballería, y un ejército que ni siquiera se podía contar. Todos ellos acamparon en Micmás, al este de Bet-avén.