Dios es el que concede la victoria o castiga con la derrota; si tú insistes en reforzar tu ejército con la ayuda de ellos, Dios hará que tus enemigos te derroten.
Joel 3:10 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual 10 (4.10) ¡Conviertan sus herramientas en armas de guerra! ¡Conviertan a los más cobardes en hombres de valor! Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy. Biblia Nueva Traducción Viviente Forjen las rejas de arado y conviértanlas en espadas, y sus herramientas para podar, en lanzas. Entrenen aun a los más débiles para que sean guerreros. La Biblia Textual 3a Edicion De los arados forjad espadas,° Y de vuestras hoces haced lanzas. Diga el débil: ¡Fuerte soy! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Haced espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy. |
Dios es el que concede la victoria o castiga con la derrota; si tú insistes en reforzar tu ejército con la ayuda de ellos, Dios hará que tus enemigos te derroten.
Dios mismo dictará sentencia contra naciones y pueblos lejanos, y ellos convertirán sus espadas en herramientas de trabajo. Nunca más nación alguna volverá a pelear contra otra, ni se entrenará para la guerra.
»Y yo digo: “Ustedes, reyes del país de Media, sáquenle punta a sus flechas y tengan listos sus escudos, pues quiero que destruyan a Babilonia. Los babilonios destruyeron mi templo; por eso quiero vengarme de ellos.
Dios mismo dictará sentencia contra naciones y pueblos lejanos, y ellos convertirán sus espadas en herramientas de trabajo. Nunca más nación alguna volverá a pelear contra otra, ni se entrenará para la guerra.
»Yo estoy dispuesto a destruir a cualquier nación que ataque a Jerusalén. De tal manera protegeré a sus habitantes que, ese día, los más débiles entre ellos serán tan poderosos como David; además, los descendientes de David volverán a gobernar como si mi propio ángel los dirigiera.
Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: «¡Mujer, quedas libre de tu enfermedad!»
Entonces Jesús les dijo: —Pues bien, yo ahora les digo: el que tenga dinero, que lo traiga; y si tiene mochila, que la lleve con él. Si alguno no tiene espada, que venda su manto y se compre una.