»Pero luego ellos se pusieron en tu contra. ¡Te insultaron gravemente! Desobedecieron tu ley, y mataron a tus profetas. Y los profetas solo les decían que debían arrepentirse y obedecer tu ley.
Jeremías 4:17 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual y las rodearán por completo, porque ellas se rebelaron contra mí. Les juro que así será. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Como guardas de campo estuvieron en derredor de ella, porque se rebeló contra mí, dice Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente Rodean a Jerusalén como guardianes alrededor de un campo porque mi pueblo se rebeló contra mí —dice el Señor—. Biblia Católica (Latinoamericana) rodean a Jerusalén como los que cuidan una propiedad, porque se rebeló contra mí, dice Yavé. La Biblia Textual 3a Edicion Como guardas de campo la rodean, Porque se ha rebelado contra mí, dice YHVH. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Como guardas de un campo se han puesto en cerco contra ella, pues contra mí se rebeló -oráculo de Yahveh-. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Como guardas de campo, estuvieron contra ella en derredor, porque ha sido rebelde contra mí, dice Jehová. |
»Pero luego ellos se pusieron en tu contra. ¡Te insultaron gravemente! Desobedecieron tu ley, y mataron a tus profetas. Y los profetas solo les decían que debían arrepentirse y obedecer tu ley.
Durante muchos años les tuviste paciencia; tu espíritu y tus profetas les advirtieron del castigo. Pero ellos no quisieron escuchar, así que los dejaste caer en manos de sus enemigos.
»Jerusalén se salvó de la destrucción, pero se ha quedado abandonada, tan sola como un guarda en un campo de melones; tan sola como una ciudad rodeada por el enemigo.
Isaías dijo: «Los israelitas son un pueblo que no quiere obedecer las enseñanzas de Dios. Son infieles y rebeldes.
El día diez del mes de Tébet, durante el noveno año del reinado de Sedequías, el rey Nabucodonosor fue con todo su ejército para atacar a Jerusalén. Rodeó la ciudad y construyó rampas para atacarla mejor,
Siempre Dios hace lo justo, pero yo soy muy rebelde. ¡Escuchen, naciones todas! ¡Miren cómo sufro! ¡El enemigo se llevó prisioneros a todos mis habitantes!
Tanto has pecado, Jerusalén, que todos te desprecian. Los que antes te admiraban hoy se burlan al verte en desgracia. ¡Ahora derramas lágrimas, y avergonzada escondes la cara!