Jeremías 3:4 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Hasta hace poco me decías que me querías como a un esposo, que yo era el novio de tu juventud. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 A lo menos desde ahora, ¿no me llamarás a mí, Padre mío, guiador de mi juventud? Biblia Nueva Traducción Viviente Aun así me dices: “Padre, tú has sido mi guía desde mi juventud. Biblia Católica (Latinoamericana) Mas aún me llamabas: 'Padre mío, tú, el amigo de mi juventud, ¿tendrás rencor para siempre? ¿Durará eternamente tu cólera?' La Biblia Textual 3a Edicion Ahora mismo me dices: Tú eres mi Padre, mi amigo de juventud; Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿No acabas de implorarme ahora mismo: ¡Padre mío! El amigo de mi juventud eres tú? Biblia Reina Valera Gómez (2023) A lo menos desde ahora, ¿no clamarás a mí: Padre mío, guiador de mi juventud? |
14 (15) ¡Este es nuestro Dios! ¡Nuestro Dios es un Dios eterno que siempre guiará nuestra vida!
Desde que yo era joven tú has sido mi maestro, y hasta ahora sigo hablando de las maravillas que has hecho.
«Jeremías, ve y diles de mi parte a todos los habitantes de Jerusalén: “Yo recuerdo, pueblo de Israel, que en tus primeros años me amabas solo a mí. Parecías una novia enamorada y me seguiste por el desierto, por tierras donde nada crece. Tú eras solo mía; ¡fuiste mi primer amor! Si alguien te hacía algún daño, sufría las consecuencias. Te juro que así fue”.
”Ustedes, israelitas, llaman ‘padre’ a un pedazo de madera; ¡llaman ‘madre’ a una piedra! Me dan la espalda y no me miran a la cara, pero en cuanto están en peligro gritan pidiéndome ayuda.
»Pueblo de Israel, yo quise tratarte como a un hijo. Pensé en regalarte la mejor tierra, ¡el país más hermoso del mundo! Creí que me llamarías “Padre”, y que siempre estarías a mi lado.
¡Deja ya de andar perdido! ¡Deja ya de serme infiel! Yo soy el Dios de Israel, y he creado algo nuevo y sorprendente, tanto que nadie podría imaginárselo”».
Vendrán arrepentidos, con lágrimas en los ojos, y yo los llevaré por un camino seguro. Israel, yo soy tu padre, y tú eres mi hijo mayor».
15 (17) Le devolveré sus viñas, y convertiré su desgracia en gran bendición. Volverá a responderme como cuando era joven, como cuando salió de Egipto.
Sacerdotes, nuestro poderoso Dios me manda a decirles a ustedes: «Los hijos respetan a sus padres, y los esclavos respetan a sus amos. ¡Pues yo soy su Padre y su Amo, y sin embargo ustedes los sacerdotes no me respetan! ¡Me tratan como si no valiera nada!» Ustedes los sacerdotes se defienden, y preguntan: «¿Por qué nos acusa Dios? ¿Cuándo le hemos faltado al respeto? ¿Cuándo lo hemos ofendido?» Pero el Dios todopoderoso les responde: «Me ofenden cuando desprecian mi altar, cuando me presentan como ofrenda animales impuros, que no valen nada porque están ciegos, cojos y enfermos. ¿No creen que eso está mal? Si esos mismos animales se los ofrecieran a su gobernador, ¡se ofendería y no los aceptaría!