»Nuestros antepasados dejaron de adorar a Dios y abandonaron su templo. Desobedecieron a nuestro Dios,
Jeremías 2:27 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual ”Ustedes, israelitas, llaman ‘padre’ a un pedazo de madera; ¡llaman ‘madre’ a una piedra! Me dan la espalda y no me miran a la cara, pero en cuanto están en peligro gritan pidiéndome ayuda. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 que dicen a un leño: Mi padre eres tú; y a una piedra: Tú me has engendrado. Porque me volvieron la cerviz, y no el rostro; y en el tiempo de su calamidad dicen: Levántate, y líbranos. Biblia Nueva Traducción Viviente A una imagen tallada en un trozo de madera le dicen: “Tú eres mi padre”. A un ídolo esculpido en un bloque de piedra le dicen: “Tú eres mi madre”. Me dan la espalda, pero durante tiempos difíciles me suplican: “¡Ven y sálvanos!”. Biblia Católica (Latinoamericana) que dicen a un palo: 'Tú eres mi padre',
y a una piedra: 'Tú me diste la vida.
Ellos me dan la espalda,
en vez de mostrarme su cara.
Pero cuando les pase una desgracia,
gritarán diciéndome: '¡Levántate, sálvanos!' La Biblia Textual 3a Edicion Que dicen al leño: ¡Tú eres mi padre! Y a la piedra: ¡Tú me has dado a luz! Pues me han dado la espalda, y no la cara, Pero en el tiempo de su desgracia me dicen: ¡Levántate y sálvanos! Biblia Serafín de Ausejo 1975 que dicen al leño: 'Mi padre eres tú', y a la piedra: 'Tú me has dado a luz', mientras a mí me dan la espalda y no la cara. Pero cuando las cosas se tuercen dicen: '¡Levántate y sálvanos!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) que dicen al leño: Mi padre eres tú; y a la piedra: Tú me has engendrado; pues me volvieron la espalda, y no el rostro; pero en el tiempo de su tribulación dicen: Levántate y líbranos. |
»Nuestros antepasados dejaron de adorar a Dios y abandonaron su templo. Desobedecieron a nuestro Dios,
»Los habitantes de esas naciones son gente tonta y bruta, pues tienen por maestros a ídolos de palo que no sirven para nada.
»A Israel no le importó traicionarme; al contrario, contaminó el país y me ofendió al adorar ídolos hechos de piedra y de madera.
Viene un día terrible, como nunca ha habido otro. Cuando llegue ese día, mi pueblo sufrirá muchísimo, pero al final lo salvaré; romperé las cadenas de su esclavitud, lo libraré del poder que lo domina, y nunca más volverá a ser esclavo de extranjeros. ¡Les juro que así lo haré!
Por más que yo traté de enseñarles y corregirlos, ellos no me escucharon ni me prestaron atención; en vez de seguirme, se alejaron de mí.
Sin embargo, el rey Sedequías me envío un mensaje por medio de Jucal hijo de Selemías, y del sacerdote Sofonías hijo de Maaseías. En ese mensaje me pedía orar a Dios por ellos.
»Como te olvidaste de mí y me diste la espalda, tendrás que sufrir las consecuencias de tu desvergüenza como prostituta. Te juro que así lo haré».
Luego Dios me llevó al patio que está dentro del templo, y vi que entre el patio y el altar había unos veinticinco hombres. Estaban de espaldas al Lugar Santo y mirando hacia el este; arrodillados, tocaban el suelo con la cara, y adoraban al sol.
”Dios mío, tú eres justo. Por eso nos sentimos muy avergonzados. Así se sienten los que viven en Jerusalén, y también los que viven en los países lejanos, adonde los expulsaste por haber pecado contra ti.
Es tan fuerte su deseo sexual que prefieren andar con mujerzuelas; por eso se han apartado de mí. »¡Es increíble! Mi pueblo le pide consejos a un pedazo de madera; ¡quiere que un simple palo le ayude a adivinar el futuro!
En sus camas lloran de dolor, y se hacen heridas a propósito, pero sus oraciones no son sinceras; lo hacen para pedirme buenas cosechas, pero siguen siendo rebeldes.