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Génesis 38:7 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

Pero a Dios no le gustaba la mala conducta de Er, así que le quitó la vida.

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Biblia Reina Valera 1960

Y Er, el primogénito de Judá, fue malo ante los ojos de Jehová, y le quitó Jehová la vida.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pero Er era un hombre perverso ante los ojos del Señor, y el Señor le quitó la vida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Er, primogénito de Judá, fue malo a los ojos de Yavé, y él le quitó la vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero Er, el primogénito de Judá, era perverso ante los ojos de YHVH, y YHVH hizo que muriera.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero Er, el primogénito de Judá, era malo a los ojos de Yahveh, y Yahveh lo hizo morir.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Er, el primogénito de Judá, fue malo ante los ojos de Jehová, y Jehová le quitó la vida.

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Génesis 38:7
11 Σταυροειδείς Αναφορές  

La gente de ese lugar era muy mala y cometía muchos pecados contra Dios.


porque vamos a destruir este lugar. Son tantas las quejas que hay contra la gente de esta ciudad, que Dios nos ha enviado a destruirla.


Judá le buscó esposa a Er, y lo casó con una mujer llamada Tamar.


Sin embargo, Dios se fijó en Noé y le gustó su buena conducta.


Luego le rogó a Dios en voz alta: «Dios mío, ¿cómo puedes traer tal desgracia sobre esta viuda, que me recibió en su casa? ¡No dejes morir a ese niño!»


Judá tuvo tres hijos con una cananea, hija de un hombre llamado Súa: Er, Onán, Selá. Er, el hijo mayor, fue tan malo que Dios le quitó la vida.


Puso la imagen de un ídolo en el templo de Dios, practicó la hechicería y la brujería, y se hizo amigo de brujos y espiritistas. También hizo quemar a su hijo como un sacrificio en el valle de Ben-hinom. Su comportamiento fue tan malo, que Dios se enojó mucho. Dios les había dicho a David y a su hijo Salomón: «De todas las ciudades de Israel, he elegido a Jerusalén, para poner allí mi templo y vivir en él para siempre.


Los grupos familiares que descendían de Judá fueron: Er, Onán, Selá, Fares y Zérah. Er y Onán murieron en el territorio de Canaán, y por eso no fueron contados.


Si una persona ofende a otra, Dios puede decidir quién tiene la razón; pero si alguien ofende a Dios, no hay quien pueda defenderlo». Sin embargo, los hijos de Elí no hicieron caso al regaño de su padre. Además, Dios ya había decidido quitarles la vida.