Pero vete enseguida, porque no podré hacer nada hasta que llegues allá. Por eso la ciudad se llama Sóar, que quiere decir, «pequeña».
Génesis 32:25 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual 25 (26) Cuando el desconocido se dio cuenta de que no podía vencer a Jacob, lo golpeó en la cadera, y se la zafó. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando el hombre vio que no ganaría el combate, tocó la cadera de Jacob y la dislocó. Biblia Católica (Latinoamericana) Y Jacob se quedó solo.
Entonces alguien luchó con él hasta el amanecer. La Biblia Textual 3a Edicion Pero viendo° que no podía con él, le atacó el encaje de su muslo, y se le descoyuntó el muslo a Jacob mientras luchaba con él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Jacob se quedó solo. Después, un hombre estuvo luchando con él hasta rayar el alba; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. |
Pero vete enseguida, porque no podré hacer nada hasta que llegues allá. Por eso la ciudad se llama Sóar, que quiere decir, «pequeña».
24 (25) Y luego él solo regresó al otro lado y allí luchó con un desconocido hasta que el sol salió.
26 (27) Entonces el desconocido le dijo: —¡Suéltame! ¡Ya salió el sol! Pero Jacob le respondió: —No te suelto si no me bendices.
32 (33) Por eso hasta el día de hoy los israelitas no comen del músculo que cubre la cadera de ningún animal, porque fue allí donde Jacob fue golpeado.
»Ustedes, israelitas, son un pueblo débil y pequeño; pero no tengan miedo, porque cuentan con mi ayuda. Yo soy el Dios santo de Israel, yo les he dado libertad.
»Por eso, yo, el Dios santo, que formó al pueblo de Israel, les digo: “Ustedes no pueden pedirme cuentas sobre el futuro de mi pueblo ni enseñarme lo que debo hacer.
No se duerman; oren para que puedan resistir la prueba que se acerca. Ustedes están dispuestos a hacer lo bueno, pero no pueden hacerlo con sus propias fuerzas.»
Nuevamente se apartó de ellos y oró por tercera vez, repitiendo las mismas palabras con que había orado antes.