También voy a hacer que tengas muchos descendientes. Y así como nadie puede contar el polvo de la tierra, tampoco nadie podrá contarlos a ellos.
Génesis 32:13 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual 13 (14) Esa noche Jacob durmió en aquel lugar. De los animales que tenía, apartó para regalarle a su hermano Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y durmió allí aquella noche, y tomó de lo que le vino a la mano un presente para su hermano Esaú: Biblia Nueva Traducción Viviente Así que Jacob pasó la noche en aquel lugar. Luego escogió de sus pertenencias los siguientes regalos para entregar a su hermano Esaú: Biblia Católica (Latinoamericana) Pero eres tú quien me dijo: Te colmaré de bienes y tu descendencia será como la arena del mar, que nadie puede contar. La Biblia Textual 3a Edicion Y pernoctó allí aquella noche, y de lo que le vino a mano tomó un presente para su hermano Esaú: Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tú dijiste: 'Yo te favoreceré y haré que tu descendencia sea como la arena del mar, que por ser tanta no puede contarse''. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y durmió allí aquella noche, y tomó de lo que le vino a la mano un presente para su hermano Esaú. |
También voy a hacer que tengas muchos descendientes. Y así como nadie puede contar el polvo de la tierra, tampoco nadie podrá contarlos a ellos.
Luego lo llevó afuera y le dijo: —Mira el cielo y sus muchas estrellas. ¿Verdad que no puedes contarlas? ¡Pues tampoco será posible contar a tus descendientes!
De pronto, levantó la vista y vio a tres hombres cerca de donde él estaba. Enseguida corrió a su encuentro, y se inclinó ante ellos en señal de respeto,
14 (15) doscientas cabras, veinte chivos, doscientas ovejas, veinte carneros,
Jacob insistió: —Por favor, te ruego que aceptes este regalo. Nos has recibido con mucha amabilidad, y verte cara a cara ¡es como ver el rostro de Dios!
Entonces preguntó Esaú: —¿Por qué me enviaste todos esos animales que he encontrado en el camino? —Con ellos espero que me perdones y me trates bien —contestó Jacob.
Cuando los hermanos de José llegaron a Egipto, se inclinaron ante José con mucho respeto, pues él gobernaba en Egipto y era el que vendía el trigo a todo su pueblo.
Ante esto, su padre no tuvo más remedio que aceptar: —Pues si no hay otra solución, llévense a su hermano y vuelvan ya a donde está ese hombre. Pero hagan lo siguiente: Llenen sus sacos con los mejores productos de nuestro país para regalárselos. Llévenle bálsamo, un poco de miel, algunas especias, y mirra, pistachos y almendras. Lleven también una doble cantidad de dinero, pues tienen que entregar el que les devolvieron en sus sacos. Tal vez lo pusieron allí por error.
Cuando José llegó a su casa, ellos se inclinaron delante de él y le entregaron los regalos que le habían llevado. Luego de saludarlos, José les preguntó si su padre aún vivía. Ellos le respondieron: —Así es, nuestro padre todavía vive, está bien de salud y listo para servirle.
13 (7) Por eso ordené que todos tuvieran listas sus armas: espadas, lanzas y arcos. Luego les pedí que se colocaran agrupados por familias detrás del muro, en los espacios que todavía no habían sido reparados.
El que da dinero a otros para que le hagan favores cree tener una varita mágica, para conseguir siempre lo que quiere.
Con un regalo generoso todo el mundo te recibe; ¡hasta la gente más importante te abre sus puertas!
A los ricos les sobran amigos; todo el mundo busca su amistad por los regalos que dan.
»Por favor, acepte la comida que he traído para usted y para sus hombres,