Tanto el hombre como su mujer andaban desnudos, pero no sentían vergüenza de andar así.
Génesis 3:7 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual En ese mismo instante se dieron cuenta de lo que habían hecho y de que estaban desnudos. Entonces tomaron unas hojas de higuera y las cosieron para cubrirse con ellas. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Biblia Nueva Traducción Viviente En ese momento, se les abrieron los ojos, y de pronto sintieron vergüenza por su desnudez. Entonces cosieron hojas de higuera para cubrirse. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces se les abrieron los ojos y ambos se dieron cuenta de que estaban desnudos. Cosieron, pues, unas hojas de higuera, y se hicieron unos taparrabos. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces se les abrieron los ojos a ambos y se dieron cuenta de que estaban desnudos, y cosieron follaje° de higuera, y se hicieron ceñidores° para sí mismos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se les abrieron entonces los ojos a los dos y, al darse cuenta de que estaban desnudos, cosieron hojas de higuera y se hicieron unos ceñidores. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. |
Tanto el hombre como su mujer andaban desnudos, pero no sentían vergüenza de andar así.
Dios bien sabe que, cuando ustedes coman del fruto de ese árbol, serán iguales a Dios y podrán conocer el bien y el mal.
y tan pronto como entraron allí, Eliseo oró: «Dios, devuélveles la vista». Entonces Dios les devolvió la vista, y ellos se dieron cuenta de que estaban en plena ciudad de Samaria.
Será como si se acostaran en una cama demasiado chica; será como si se abrigaran con una manta demasiado corta.
»Yo, el Dios santo de Israel, el Dios todopoderoso, voy a vengarme de ti. ¡Ya te ven los pueblos como si estuvieras desnuda!
Tanto has pecado, Jerusalén, que todos te desprecian. Los que antes te admiraban hoy se burlan al verte en desgracia. ¡Ahora derramas lágrimas, y avergonzada escondes la cara!
Cuando ya estaba en el infierno, donde sufría muchísimo, el que había sido rico vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro sentado junto a él.
Y las partes que nos parecen menos importantes, son las que vestimos con mayor cuidado. Lo mismo hacemos con las partes del cuerpo que preferimos no mostrar.
»Además, Dios los castigará con llagas en todo el cuerpo, y nada podrá curarlos. Y cuando ustedes vean todo esto, se volverán locos.