De pronto, levantó la vista y vio a tres hombres cerca de donde él estaba. Enseguida corrió a su encuentro, y se inclinó ante ellos en señal de respeto,
Génesis 18:3 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual y les dijo: —Señores, estoy para servirles. Si creen que merezco su visita, no se vayan. Quédense aquí un rato. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo. Biblia Nueva Traducción Viviente —Mi señor —dijo él—, si le agrada, deténgase aquí un rato. Biblia Católica (Latinoamericana) diciendo: 'Señor mío, si me haces el favor, te ruego que no pases al lado de tu servidor sin detenerte. La Biblia Textual 3a Edicion y exclamó: Señor mío, si he hallado gracia ante tus ojos, te ruego que no pases de largo junto a tu siervo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y dijo: 'Señor mío, si he hallado gracia a tus ojos, te ruego no pases de largo junto a tu siervo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y dijo: Mi Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo. |
De pronto, levantó la vista y vio a tres hombres cerca de donde él estaba. Enseguida corrió a su encuentro, y se inclinó ante ellos en señal de respeto,
Voy a ordenar que traigan un poco de agua, para que se laven los pies y puedan descansar bajo este árbol.
Al verlo, Labán le dijo: «¡Bienvenido! Dios lo ha traído con bien hasta este lugar. Venga usted a mi casa; no se quede aquí afuera. ¡Ya he preparado un lugar para usted, y también para los camellos!»
5 (6) Ahora es dueño de vacas, burros, ovejas y cabras, y además tiene esclavos y esclavas. También le suplica que usted lo reciba con bondad».
Por eso trató amablemente a José, lo puso a cargo de su casa y de todo lo que tenía. A partir de ese momento, y gracias a José, Dios bendijo a Potifar en todo, y él no se preocupaba ya de nada, más que de comer. Como José era muy guapo y atractivo,
Por favor, no te vayas de aquí hasta que yo vuelva. Quiero ofrecerte de comer. El ángel de Dios le aseguró: —Esperaré aquí hasta que regreses.
Gedeón se fue a su casa. Preparó un cabrito, y con diez kilogramos de harina hizo panes sin levadura. Luego puso la carne en una canasta y el caldo en una olla. Lo llevó todo hasta el roble y se lo ofrendó a Dios.
El ángel le ordenó que pusiera la carne y los panes sobre una piedra, y que echara el caldo encima. Y Gedeón obedeció.