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Filemón 1:10 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

Te ruego que recibas bien a Onésimo. Para mí, él es como un hijo, pues yo le anuncié la buena noticia aquí en la cárcel.

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Biblia Reina Valera 1960

te ruego por mi hijo Onésimo,, a quien engendré en mis prisiones,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Te suplico que le muestres bondad a mi hijo Onésimo. Me convertí en su padre en la fe mientras yo estaba aquí, en la cárcel.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

y la petición es para mi hijo Onésimo, a quien transmití la vida mientras estaba preso.

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La Biblia Textual 3a Edicion

te ruego por mi hijo Onésimo,° a quien engendré en las prisiones,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Te suplico, pues, por este hijo mío, a quien engendré entre las cadenas, Onésimo,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones,

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Filemón 1:10
14 Σταυροειδείς Αναφορές  

Cuando pasaron Joab, Abisai e Itai para enfrentarse al ejército de Absalón, el rey les gritó: «¡Cuiden a mi hijo Absalón!» Y toda la gente oyó esta orden que el rey les dio a los jefes de su ejército. La batalla tuvo lugar en el bosque de Efraín,


Uno de los que estaban allí le dijo: —Maestro, te traje a mi hijo, pues tiene un espíritu malo que no lo deja hablar.


Por eso, hermanos míos, ya que Dios es tan bueno con ustedes, les ruego que dediquen toda su vida a servirle y a hacer todo lo que a él le agrada. Así es como se le debe adorar.


No les escribo esto para avergonzarlos. Al contrario, lo que quiero es darles una enseñanza, pues los amo como si fueran mis hijos.


Ustedes podrán tener diez mil maestros que los instruyan acerca de Cristo, pero padres no tienen muchos. El único padre que tienen soy yo, pues cuando les anuncié la buena noticia de Jesucristo, ustedes llegaron a ser mis hijos.


Yo los quiero como a hijos, pero mientras no lleguen a ser como Cristo, me harán sufrir mucho, como sufre una madre con los dolores de parto.


Con él va también Onésimo, que es un fiel miembro de la iglesia de ustedes y al cual queremos mucho. Ellos les contarán todo lo que pasa por aquí.


Antes, Onésimo fue para ti un esclavo inútil, pero ahora nos es útil a ti y a mí.


Me hubiera gustado que se quedara conmigo, para que me ayudara en lugar tuyo mientras yo siga preso por anunciar la buena noticia.


Nada me alegra más que saber que mis hijos obedecen siempre a la verdad que Dios nos ha enseñado.