Entonces Labán hizo una gran fiesta, e invitó a toda la gente del lugar.
Ester 2:18 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Después el rey hizo una gran fiesta para Ester. A esa fiesta invitó a todos los funcionarios y colaboradores de su reino. También rebajó los impuestos, y repartió excelentes regalos, dignos de un rey. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Hizo luego el rey un gran banquete a todos sus príncipes y siervos, el banquete de Ester; y disminuyó tributos a las provincias, e hizo y dio mercedes conforme a la generosidad real. Biblia Nueva Traducción Viviente Para celebrar la ocasión, ofreció un gran banquete en honor de Ester a todos sus nobles y funcionarios, decretó día de fiesta para las provincias y entregó generosos regalos a todos. Biblia Católica (Latinoamericana) Después de eso, el rey dio un gran banquete en honor de Ester a todos los altos funcionarios y a sus cortesanos; otorgó un día feriado en todas las provincias y distribuyó regalos con una real generosidad. La Biblia Textual 3a Edicion Y el rey celebró un gran banquete para todos sus príncipes y servidores: el banquete de Ester; y condonó tributos° a las provincias, y dio presentes conforme a la generosidad del rey. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dio el rey un gran festín a todos sus grandes y servidores: el festín de Ester. También decretó un día de descanso para las provincias y repartió dones con regia liberalidad. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces el rey hizo un gran banquete para todos sus príncipes y siervos, el banquete de Esther. Y alivió de impuestos a las provincias, y dio presentes conforme a la generosidad del rey. |
Entonces Labán hizo una gran fiesta, e invitó a toda la gente del lugar.
Los ayudantes de los sacerdotes también calmaban al pueblo y le decían: «Cállense. No lloren, porque este es un día dedicado a Dios. No hay motivo para estar tristes».
Se sirvió una gran cantidad de vino, pues el rey era muy generoso. Las copas en las que se sirvió el vino eran de oro, y cada una con un diseño original.
para recordar el mes y los días en que los judíos se libraron de sus enemigos, y su sufrimiento y tristeza se cambió en gozo y alegría. En esos días de fiesta se harían regalos unos a otros, y ayudarían a los pobres.
¡Salgan, mujeres de Jerusalén! ¡Vengan a ver al rey Salomón! Lleva puesta la corona que su propia madre le hizo para el día de su boda, ¡para el día más feliz de su vida!
Ya estoy dentro de mi jardín, amada mía; y encuentro en él bálsamo y mirra. Allí pruebo la miel de mi panal, y bebo vino y leche. ¡Vamos, amigos, coman y beban! ¡Queden saciados de amor!
«En el reino de Dios pasa lo mismo que cuando un rey hizo una fiesta para celebrar la boda de su hijo.
El día de su cumpleaños, el rey Herodes Antipas organizó una gran fiesta. Invitó a los jefes, a los comandantes y a la gente más importante de la región de Galilea. Herodías vio que esa era su gran oportunidad para matar a Juan.
«Cuando alguien te invite a una fiesta de bodas, no te sientes en el mejor lugar. Porque si llega alguien más importante que tú,
Todo el mundo se alegrará de verlos muertos, y se mandarán regalos unos a otros para celebrar su muerte, porque esos dos profetas eran un terrible sufrimiento para aquella gente.
El ángel me dijo: «Escribe esto: Benditos sean todos los que han sido invitados a la cena de bodas del Cordero.» Y luego añadió: «Esto lo dice Dios, y él no miente.»