Dios hizo que el rey y sus consejeros me trataran bien, y me dio ánimo para convencer a muchos jefes judíos de que regresaran conmigo a Jerusalén».
Esdras 5:5 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Como Dios estaba protegiendo a los jefes judíos, el gobernador permitió que siguieran trabajando hasta que enviara su informe al rey Darío y recibiera su respuesta. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Mas los ojos de Dios estaban sobre los ancianos de los judíos, y no les hicieron cesar hasta que el asunto fuese llevado a Darío; y entonces respondieron por carta sobre esto. Biblia Nueva Traducción Viviente pero como Dios cuidaba a su pueblo, no pudieron impedir que los líderes judíos siguieran construyendo hasta que se enviara un informe a Darío y él comunicara su decisión al respecto. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero Dios cuidaba a los ancianos de Judá; pues mientras se enviaba un informe a Darío y se aguardaba su respuesta no se los obligó a suspender el trabajo. La Biblia Textual 3a Edicion Pero la mirada de Dios estaba sobre los ancianos judíos, y no los obligaron a interrumpir el trabajo hasta que el asunto fuera a Darío y éste diera instrucciones por carta. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero la mirada de Dios velaba sobre los ancianos de los judíos, y no les obligaron a paralizar las obras mientras se consultaba a Darío y se esperaba respuesta escrita sobre el asunto. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero los ojos de Dios fueron sobre los ancianos de los judíos, y no les hicieron cesar hasta que el asunto viniese a Darío; y entonces respondieron por carta sobre esto. |
Dios hizo que el rey y sus consejeros me trataran bien, y me dio ánimo para convencer a muchos jefes judíos de que regresaran conmigo a Jerusalén».
Esdras era un sacerdote y un maestro que conocía muy bien la ley que Dios había dado por medio de Moisés; la estudiaba constantemente, la obedecía y la enseñaba a los judíos. Dios había hecho que el rey Artajerjes le diera a Esdras todo lo que él pidiera. Así Esdras logró salir de Babilonia el día primero del mes de Abib, del séptimo año del reinado de Artajerjes. Llegó a Jerusalén el día primero del mes de Ab de ese mismo año. Lo acompañaba un grupo de judíos, entre los que había sacerdotes, sus ayudantes, cantores, guardianes y servidores del templo de Dios. Esdras llevaba una carta del rey Artajerjes que decía así:
Me daba vergüenza pedirle al rey que mandara soldados de caballería para protegernos contra el enemigo en el camino. Le habíamos dicho al rey que Dios cuida a todos los que lo adoran, pero que los que se apartan de él tendrían que soportar todo su enojo.
Tú me dijiste: «Yo te voy a instruir; te voy a enseñar cómo debes portarte. Voy a darte buenos consejos y a cuidar siempre de ti.
10 (11) Cuando te enojas, hasta el hombre más furioso; se rinde ante ti y te alaba.
No tengan miedo de sus enemigos. Si ustedes se comportan con valentía, verán que ellos serán destruidos y ustedes serán salvados, porque Dios les dará el triunfo.
»Porque el Señor cuida a los que hacen el bien, escucha sus oraciones y está en contra del malvado.»