Apocalipsis 9:15 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Entonces el sexto ángel soltó a los cuatro ángeles, para que mataran a la tercera parte de los seres humanos, pues Dios los había preparado exactamente para esa hora, día, mes y año. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces los cuatro ángeles que habían sido preparados para esa hora, ese día, ese mes y ese año, fueron desatados para matar a la tercera parte de toda la gente de la tierra. Biblia Católica (Latinoamericana) Y fueron soltados los cuatro ángeles que esperaban la hora, el día, el mes y el año para exterminar a la tercera parte de la humanidad. La Biblia Textual 3a Edicion Y fueron desatados los cuatro ángeles que habían sido preparados para la hora, y día, y mes y año, para que mataran a la tercera parte de los hombres. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Fueron soltados los cuatro ángeles, preparados para aquella hora y día y mes y año, para que mataran a la tercera parte de los hombres. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, y el día, y el mes y el año, para matar la tercera parte de los hombres. |
Cuando el tercer ángel tocó su trompeta, una gran estrella cayó del cielo sobre la tercera parte de los ríos y de los manantiales. Esa estrella ardía como una antorcha,
El primer ángel tocó su trompeta, y desde el cielo cayeron granizo y fuego mezclados con sangre. Se quemó la tercera parte de la tierra, y también la tercera parte de todos los árboles y de toda la hierba.
El segundo ángel tocó su trompeta, y fue lanzado al mar algo parecido a una gran montaña envuelta en llamas. Entonces, la tercera parte del mar se convirtió en sangre,
y murió la tercera parte de todo lo que vivía en el mar, y fue destruida la tercera parte de los barcos.
En la cola tenían un aguijón como de escorpión, con el que podían dañar a la gente durante cinco meses.
La tercera parte de los seres humanos murió por causa del fuego, del humo y del azufre.
Dios les permitió que hirieran a la gente durante cinco meses, pero no les permitió que mataran a nadie. Y las heridas que hacían los saltamontes eran tan dolorosas como la picadura de los escorpiones.