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2 Samuel 8:5 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

Los arameos que vivían en Damasco vinieron a ayudar al rey Hadad-ézer, pero David mató a veintidós mil de ellos.

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Biblia Reina Valera 1960

Y vinieron los sirios de Damasco para dar ayuda a Hadad-ezer rey de Soba; y David hirió de los sirios a veintidós mil hombres.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando los arameos de Damasco llegaron para ayudar al rey Hadad-ezer, David mató a veintidós mil de ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Los arameos de Damasco quisieron socorrer a Hadadezer, rey de Saba, pero David les mató veinte mil hombres.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y cuando los sirios de Damasco fueron a ayudar a Hadad-ezer, rey de Soba, David mató a veintidós mil hombres de los sirios,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los arameos de Damasco acudieron en ayuda de Hadadézer, rey de Sobá, pero David les hizo veintidós mil bajas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y vinieron los sirios de Damasco a dar ayuda a Hadad-ezer, rey de Soba; y David mató a veintidós mil hombres de los sirios.

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Άλλες μεταφράσεις



2 Samuel 8:5
9 Σταυροειδείς Αναφορές  

Los amonitas se enteraron de que David se había enojado mucho. Entonces contrataron a algunos arameos de Rehob y Sobá para que se unieran a ellos y pelearan contra David. También contrataron a mil hombres del rey Maacá y a doce mil hombres de Tob. Los arameos enviaron a veinte mil soldados, y se quedaron en el campo junto con los soldados de Tob y Maacá. Por su parte, los amonitas salieron a la guerra y se formaron a la entrada de la ciudad. David se dio cuenta de esto, y envió a la batalla a Joab, junto con todo su ejército y sus mejores soldados.


Hadad-ézer estaba por recuperar el control sobre la región del río Éufrates, pero David lo derrotó. Este Hadad-ézer era hijo de Rehob, y rey de Sobá.


Cuando Dios se enoja, hasta el mar y sus olas se rinden ante él.


»Los egipcios no son dioses, sino simples seres humanos. Sus caballos son de carne y no vivirán para siempre. Dios castigará a los egipcios y a quienes les piden ayuda. ¡Todos van a desaparecer!»


Damasco es tan solo la capital de Siria y Resín no es más que su rey; Samaria es tan solo la capital de Israel y Pécah no es más que su rey. Dentro de sesenta y cinco años Israel dejará de ser una nación. Pero si tú y tus oficiales no confían en mí, que soy el Dios de Israel, serán derrotados por completo.’”»