Después de eso, el rey le dijo a Amasá: «Tú eres el jefe de mi ejército, así que reúne a todos los soldados de Judá, y ven a verme con ellos dentro de tres días».
2 Samuel 19:14 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual 14 (15) Amasá convenció a toda la gente de Judá para que le pidieran al rey que volviera con toda su gente. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Así inclinó el corazón de todos los varones de Judá, como el de un solo hombre, para que enviasen a decir al rey: Vuelve tú, y todos tus siervos. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que Amasa convenció a todos los hombres de Judá, y ellos respondieron unánimemente. Y le mandaron a decir al rey: «Regrese a nosotros, y traiga de vuelta a todos los que lo acompañan». Biblia Católica (Latinoamericana) También dirán a Amasa: ¿No eres tú como mi carne y mis huesos? Maldígame Dios si no te nombro comandante en jefe en vez de Joab'. La Biblia Textual 3a Edicion Así inclinó el corazón de todos los hombres de Judá como un solo hombre. Entonces enviaron a decir al rey: Vuelve tú con todos tus siervos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y también diréis a Amasá: '¿No eres tú también hueso mío y carne mía? ¡Esto me haga Dios y esto me añada, si no te hago para siempre jefe del ejército en lugar de Joab!''. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Así inclinó el corazón de todos los varones de Judá, como el de un solo hombre, para que enviasen a decir al rey: Vuelve tú, y todos tus siervos. |
Después de eso, el rey le dijo a Amasá: «Tú eres el jefe de mi ejército, así que reúne a todos los soldados de Judá, y ven a verme con ellos dentro de tres días».
»Dios mío, tú me libras de la gente que anda buscando pelea; me hiciste jefe de naciones, y gente extraña que yo no conocía ahora está dispuesta a servirme. Tan pronto esos extranjeros me oyen, se desaniman por completo y temblando salen de sus escondites dispuestos a obedecerme.
Pues ahora, ¡que Dios me castigue duramente si no hago que se cumpla la promesa de Dios a David! Porque Dios le prometió
Después de esto, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón para hablar con David, y los líderes le dijeron: «Su Majestad, nosotros somos familiares de usted. Queremos que sea nuestro rey. Aun cuando Saúl era el rey, usted era el verdadero líder de Israel. Ahora se ha cumplido la promesa de Dios, de que usted llegaría a ser nuestro líder y nuestro jefe». Entonces David hizo un pacto con ellos y puso a Dios como testigo. Por su parte, los líderes de Israel derramaron aceite sobre la cabeza de David y lo declararon su rey.
Todos los seguidores de Jesús tenían una misma manera de pensar y de sentir. Todo lo que tenían lo compartían entre ellos, y nadie se sentía dueño de nada.
Después de meditarlo bien, los israelitas de todo el país se reunieron en Mispá, porque allí estaba el santuario de Dios; fueron del norte y del sur, del este y del oeste.