A veces los sirios iban y atacaban a los israelitas. En una de esas oportunidades, tomaron prisionera a una niña que fue llevada a la casa de Naamán para ayudar a su esposa.
2 Reyes 5:3 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Esa niña le dijo a la esposa de Naamán: «¡Si mi patrón fuera a ver al profeta Eliseo, que vive en Samaria, se sanaría de la lepra!» Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Esta dijo a su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra. Biblia Nueva Traducción Viviente Cierto día, la muchacha le dijo a su señora: «Si mi amo tan solo fuera a ver al profeta de Samaria; él lo sanaría de su lepra». Biblia Católica (Latinoamericana) Ella dijo a su patrona: '¡Ojalá mi señor se presentara al profeta que hay en Samaria, pues él le sanaría lalepra!' La Biblia Textual 3a Edicion Y ella dijo a su señora: ¡Ojalá estuviera mi señor con el profeta que está en Samaria! Entonces lo libraría de su lepra. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y ella dijo a su señora: '¡Ah! Si mi señor se presentara a un profeta que hay en Samaría, él lo curaría de la lepra'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) dijo a su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra. |
A veces los sirios iban y atacaban a los israelitas. En una de esas oportunidades, tomaron prisionera a una niña que fue llevada a la casa de Naamán para ayudar a su esposa.
Cuando Naamán se enteró de esto, fue a ver al rey y le contó lo que había dicho la niña.
Cuando el profeta Eliseo se enteró de que el rey estaba tan angustiado, le envió este mensaje: «¿Por qué rompiste tu ropa? Deja que ese hombre venga a verme, para que se dé cuenta de que hay un profeta de Dios en Israel».
Pero él le respondió: —No seas celoso ni envidioso. Ya quisiera yo que todo el pueblo de Dios recibiera su espíritu y profetizara.
»Ahora los ciegos pueden ver y los cojos caminan bien. Los leprosos quedan sanos, y los sordos ya pueden oír. Los que estaban muertos han vuelto a la vida, y a los pobres se les anuncia la buena noticia de salvación.
Pablo le dijo: —Me gustaría que en poco tiempo, o en mucho tiempo, Su Majestad y todos los que están aquí fueran como yo. Pero claro, sin estas cadenas.
Ustedes tienen ahora todo lo que desean: ya son ricos, y actúan como reyes, como si no necesitaran de nosotros. ¡Ojalá que de veras fueran reyes! ¡Así nosotros podríamos reinar junto con ustedes!