16 (18) Yo con gusto te ofrecería animales para ser sacrificados, pero eso no es lo que quieres; eso no te complace.
1 Samuel 3:14 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual ¡Juro que ninguna ofrenda será suficiente para que yo les perdone su maldad! Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Por tanto, yo he jurado a la casa de Elí que la iniquidad de la casa de Elí no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas. Biblia Nueva Traducción Viviente Por eso juré que los pecados de Elí y los de sus hijos jamás serán perdonados ni por medio de sacrificios ni ofrendas. Biblia Católica (Latinoamericana) Por eso, se lo juro a su casa, que ningún sacrificio, ninguna ofrenda podrá borrar el pecado cometido por la familia de Helí'. La Biblia Textual 3a Edicion Por tanto, he jurado a la casa de Elí, que la iniquidad de su casa no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por eso he jurado a la casa de Elí que no será expiada jamás la iniquidad de la casa de Elí ni con sacrificios ni con ofrendas'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por tanto yo he jurado a la casa de Elí, que la iniquidad de la casa de Elí no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas. |
16 (18) Yo con gusto te ofrecería animales para ser sacrificados, pero eso no es lo que quieres; eso no te complace.
»Por eso Dios me dijo al oído: “Yo soy el Dios todopoderoso, y nunca les perdonaré este pecado”».
Dios me dijo: «Jeremías, aleja de mí a los israelitas. Diles que se vayan. ¡Yo no voy a perdonarlos! No lo haría, ni aunque sus antepasados, Moisés y Samuel, me lo pidieran.
»Y ahora, Jeremías, escúchame bien: no me ruegues ni me supliques por este pueblo. No me insistas, porque no voy a escucharte.
”Tú, Jerusalén, eres como una olla oxidada. Tienes tan pegado tu pecado, que aunque quise limpiarte no quedaste limpia. Solo quedarás limpia después de que te haya castigado.
»Ustedes, Moisés y Aarón, deberán instruir a los israelitas acerca de las impurezas. De lo contrario, ellos morirán por haber llenado de impureza mi santuario.
Si una persona ofende a otra, Dios puede decidir quién tiene la razón; pero si alguien ofende a Dios, no hay quien pueda defenderlo». Sin embargo, los hijos de Elí no hicieron caso al regaño de su padre. Además, Dios ya había decidido quitarles la vida.