«¿Es así como ayudas al necesitado, al que ya no tiene fuerzas? ¡Vaya, vaya! ¡Qué discurso tan hermoso has pronunciado! ¡Qué buen amigo resultaste! ¡Qué consejos tan buenos sabes dar a los ignorantes como yo! ¡Qué inteligencia has demostrado!»
1 Samuel 28:20 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Al oír estas palabras de Samuel, Saúl sintió mucho miedo y se desmayó. Las fuerzas le faltaron, pues no había comido nada en todo el día. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Entonces Saúl cayó en tierra cuan grande era, y tuvo gran temor por las palabras de Samuel; y estaba sin fuerzas, porque en todo aquel día y aquella noche no había comido pan. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Saúl cayó al suelo cuan largo era, paralizado por el miedo a causa de las palabras de Samuel. También estaba desfallecido de hambre, porque no había comido nada en todo el día ni en toda la noche. Biblia Católica (Latinoamericana) Saúl se estremeció y cayó de bruces en tierra; además le faltaban fuerzas porque no había comido nada durante ese día ni esa noche. La Biblia Textual 3a Edicion E inmediatamente Saúl cayó en tierra cuan largo era, y tuvo gran temor por las palabras de Samuel, y no hubo fuerzas en él, porque en todo aquel día y aquella noche no había comido pan. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Inmediatamente Saúl cayó a tierra cuan largo era; estaba aterrado sobremanera por las palabras de Samuel. Además se hallaba sin fuerzas, porque no había comido nada en todo el día ni en toda la noche. Biblia Reina Valera Gómez (2023) En aquel punto cayó Saúl en tierra cuan grande era, y tuvo gran temor por las palabras de Samuel; y estaba sin fuerzas, porque en todo aquel día y aquella noche no había comido pan. |
«¿Es así como ayudas al necesitado, al que ya no tiene fuerzas? ¡Vaya, vaya! ¡Qué discurso tan hermoso has pronunciado! ¡Qué buen amigo resultaste! ¡Qué consejos tan buenos sabes dar a los ignorantes como yo! ¡Qué inteligencia has demostrado!»
Por la mañana, cuando a Nabal ya se le había pasado la borrachera, su esposa le contó lo sucedido. En ese momento, Dios hizo que Nabal tuviera un ataque al corazón, y Nabal se quedó tieso como una piedra. Diez días después, tuvo otro ataque y murió.
»Además, los filisteos vencerán mañana a los israelitas, y tú y tus hijos morirán y vendrán a hacerme compañía.
La mujer se acercó a Saúl y, al verlo tan espantado, le dijo: —Yo solo hice lo que usted me pidió, pues estoy para servirle. Por obedecerlo, he arriesgado mi vida.