4 (5) Mientras tanto, el rey David se cubría la cara, y a gritos lloraba diciendo: «¡Absalón, hijo mío! ¡Absalón, hijo mío!»
1 Corintios 11:4 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Si el hombre ora a Dios, o habla en su nombre, con la cabeza cubierta, le falta el respeto a Cristo. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza. Biblia Nueva Traducción Viviente El hombre deshonra a su cabeza si se cubre la cabeza mientras ora o profetiza. Biblia Católica (Latinoamericana) Si un varón ora o profetiza con la cabeza cubierta, deshonra su cabeza. La Biblia Textual 3a Edicion Todo varón que ora o profetiza teniendo algo° sobre la cabeza,° afrenta su cabeza.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Todo varón que ora o habla en nombre de Dios con la cabeza cubierta, deshonra su cabeza. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Todo varón que ora o profetiza cubierta la cabeza, deshonra su cabeza. |
4 (5) Mientras tanto, el rey David se cubría la cara, y a gritos lloraba diciendo: «¡Absalón, hijo mío! ¡Absalón, hijo mío!»
En la iglesia de Antioquía estaban Bernabé, Simeón «el Negro», Lucio el del pueblo de Cirene, Menahem y Saulo. Menahem había crecido con el rey Herodes Antipas. Todos ellos eran profetas y maestros.
Según nuestras costumbres, es una vergüenza que el hombre se deje crecer el cabello,
Y si la mujer ora a Dios, o habla en su nombre, sin cubrirse la cabeza, le falta el respeto al hombre. Es lo mismo que si se afeitara la cabeza.
Algunos reciben el poder de hacer milagros, y otros reciben la autoridad de hablar de parte de Dios. Unos tienen la capacidad de reconocer al Espíritu de Dios, y de descubrir a los espíritus falsos. Algunos pueden hablar en idiomas desconocidos, y otros pueden entender lo que se dice en esos idiomas.
En la iglesia, Dios le dio una función a cada una de las partes. En primer lugar, puso apóstoles; en segundo lugar, puso profetas, y en tercer lugar, puso maestros. También hay algunos que hacen milagros, y otros que tienen la capacidad de sanar a los enfermos; algunos ayudan, otros dirigen, y aun otros hablan en idiomas desconocidos.
Si no tengo amor, de nada me sirve hablar de parte de Dios y conocer sus planes secretos. De nada me sirve que mi confianza en Dios me haga mover montañas.