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Joel 2:23 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

23 »Ustedes, habitantes de Jerusalén, ¡hagan fiesta en honor de nuestro Dios! En el momento justo Dios nos enviará la lluvia, como lo hacía en tiempos pasados. Como prueba de su perdón, hará que llueva en primavera, así como llueve en invierno.

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Více verzí

Biblia Reina Valera 1960

23 Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 ¡Alégrense, habitantes de Jerusalén! ¡Alégrense en el Señor su Dios! Pues la lluvia que él envía demuestra su fidelidad. Volverán las lluvias de otoño, así como las de primavera.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Y ustedes, hijos de Sión, alégrense en Yavé, su Dios, porque él les da la lluvia de otoño para la fertilidad y hace caer agua en otoño y primavera como antes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 ¡Alegraos, oh hijos de Sión, Y regocijaos en YHVH vuestro Dios! Que os da la lluvia temprana° en su tiempo, Y la lluvia tardía° como antaño,° y derrama para vosotros el aguacero.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Hijos de Sión, alegraos, gozaos en Yahveh, vuestro Dios, porque él os concede la lluvia de otoño en justicia, hace caer sobre vosotros lluvia abundante: lluvia de otoño y de primavera, como antaño.

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Joel 2:23
42 Křížové odkazy  

¡Vivan con alegría su vida cristiana! Lo he dicho y lo repito: ¡Vivan con alegría su vida cristiana!


y yo les enviaré lluvia a tiempo para que tengan buenas cosechas de cereales y de frutas.


»¡Volvamos a Dios! Si lo hacemos así, él vendrá a buscarnos; vendrá como el sol de cada día, ¡como las primeras lluvias que caen en primavera!»


Dios les enviará sin falta la lluvia de otoño y de primavera. Así cosecharán ustedes su propio trigo, y no les faltarán el vino ni el aceite; tendrán abundancia de alimentos, y a su ganado no le faltarán pastos.


luego los lanzarán al viento y la tormenta se los llevará. Ustedes, por el contrario, se alegrarán y harán fiesta porque yo soy su Dios, el Dios santo de Israel».


Nosotros, los israelitas que vivimos en Jerusalén, cantemos alegres a Dios, nuestro creador y rey;


Además, hermanos, alégrense de estar unidos al Señor. A mí no me molesta repetirles lo que ya les había escrito, y a ustedes les hace bien que lo repita.


Dios continuó diciendo: «Yo soy el Dios de Israel. Pídanme lluvia en época de sequía y yo haré que llueva en abundancia. Yo soy quien forma las tormentas y quien hace que los campos produzcan.


Entonces, cuando siembren sus campos, Dios les enviará lluvia. Así la tierra producirá trigo en abundancia. »Ese día, su ganado tendrá mucho lugar donde pastar.


Lo que tengo que decir es tan bueno como la lluvia, que hace bien a las plantas y a la hierba del campo.


pues Dios abrirá los cielos, donde guarda la lluvia, y regará los sembrados de ustedes. En todo lo que ustedes hagan, siempre les irá bien. Nunca tendrán que pedir prestado nada; al contrario, ustedes tendrán de sobra para prestarles a otros países.


Los verdaderos circuncidados somos nosotros, los que guiados por el Espíritu adoramos a Dios y estamos orgullosos de pertenecer a Jesucristo. Nosotros no creemos que podamos hacer nada para salvarnos. Si la salvación dependiera de la circuncisión, yo podría sentirme más orgulloso que cualquiera:


»Los israelitas se alegrarán como se alegran los soldados cuando han tomado mucho vino; cuando sus hijos vean esto, también se llenarán de alegría por lo que yo haré con ellos.


Jamás se puso a pensar: “Debemos adorar a nuestro Dios, pues él es quien nos da la lluvia cuando más nos hace falta; nos la manda en otoño y primavera, y nos deja cosechar a tiempo”.


Por eso no llegan las lluvias, ni caen aguaceros en la primavera. No tienes vergüenza; eres peor que una prostituta.


Isaías dijo: «¡Mi Dios me llena de alegría; su presencia me llena de gozo! Él me dio salvación y me trató con justicia.


»Si acaso dejan de adorarlo, oirán una voz que les dirá: “No hagan eso, porque eso no me agrada. Adórenme solo a mí”.


La sonrisa del rey es promesa de vida; contar con su apoyo es recibir un premio inesperado.


Ustedes, pueblo de Dios, ¡alábenlo y hagan fiesta! Y ustedes, los de corazón sincero, ¡canten a Dios con alegría!


»Si un solo ángel se compadece de ti y le ruega a Dios que te salve de la muerte, volverás a ser como un niño. Pero el ángel tendrá que demostrar que tú eres inocente.


»¡Alégrate, bella ciudad de Jerusalén! ¡Ya tu rey viene hacia ti, montado sobre un burrito! Es humilde pero justo, y viene a darte la victoria.


»Tres meses antes de la cosecha decidí no enviarles lluvia; mientras que en una ciudad llovía, en otra no caía ni gota de agua; unos campos quedaron empapados, mientras que otros quedaron resecos.


¡Oro puro! Así se valoraba a los habitantes de Jerusalén, ¡pero ahora no valen más que simples ollas de barro!


»Con los de Judá y de Israel destruiré a los griegos.


siempre ha mostrado quién es él, pues busca el bien de todos. Él hace que llueva y que las plantas den a tiempo sus frutos, para que todos tengan qué comer y estén siempre alegres».


6 (7) Cuando cruzan el valle del Llanto, lo convierten en manantial; hasta las lluvias tempranas cubren el valle con sus bendiciones.


Escúchanos desde el cielo y perdónanos. Enséñanos a vivir haciendo lo bueno, y mándanos de nuevo la lluvia que nos quitaste.


Y Dios deja caer la lluvia: para unos como bendición; para otros como castigo.


Dios cubre de nubes el cielo. Dios hace llover sobre la tierra. Dios hace que la hierba crezca sobre los cerros.


Yo los dejaré vivir alrededor de mi monte, y les enviaré abundantes lluvias en el momento oportuno.


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