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Daniel 5:4 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

4 Y mientras bebían, cantaban alabanzas a sus dioses, que eran simples estatuas de oro, plata, cobre, hierro, madera y piedra.

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Více verzí

Biblia Reina Valera 1960

4 Bebieron vino, y alabaron a los dioses de oro y de plata, de bronce, de hierro, de madera y de piedra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Mientras bebían en las copas, rindieron culto a sus ídolos de oro, plata, bronce, hierro, madera y piedra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 El rey y sus altos funcionarios, sus mujeres y sus concubinas los tomaron para beber en ellos: tomaron vino a la salud de sus dioses de oro, de plata, de bronce, de hierro, de madera y de piedra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y apurando el vino, alababan a los dioses de oro y de plata, de bronce y de hierro, de piedra y madera,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Bebieron vino y alabaron a sus dioses de oro de plata, de bronce, de hierro, de madera y de piedra.

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Daniel 5:4
21 Křížové odkazy  

Al contrario, Su Majestad mandó traer las copas del templo de Dios, y en ellas bebieron Su Majestad y todos sus invitados. Para colmo, en vez de que usted adorara al Dios que lo hizo y que tiene poder sobre su vida, tanto usted como sus invitados adoraron a sus dioses. ¡Esos dioses no pueden ver ni oír ni pensar, pues están hechos de metal, madera y piedra! »Tales acciones de Su Majestad hicieron enojar al Dios del cielo.


»Así que, si somos hijos de Dios, no es posible que él sea como una de esas estatuas de oro, de plata o de piedra. No hay quien pueda imaginarse cómo es Dios, y hacer una estatua o pintura de él.


»Yo soy el Dios todopoderoso. Ese es mi nombre. No permito que otros dioses reciban la honra y la alabanza que solo yo merezco recibir.


37 (34) Por eso alabo y adoro al Rey del cielo, pues todo lo que hace está bien hecho. Él es un Dios justo, que humilla a los que son orgullosos. Lo digo yo, el rey Nabucodonosor».


»Esos que confían en los ídolos, esos que adoran a las estatuas, se alejarán de ellos llenos de vergüenza».


Daniel decidió no comer ni beber lo mismo que el rey, porque para él eso era un pecado. Por eso le pidió a Aspenaz que no los obligara a pecar ni a él ni a sus amigos, comiendo esos alimentos.


De pronto, una mano apareció sobre la pared y comenzó a escribir. La luz de las lámparas permitía ver bien cómo escribía. En cuanto el rey vio la mano,


Por eso voy a poner fin a sus falsas fiestas religiosas, y cuando el pueblo sea llevado a otro país, a ustedes se los llevarán primero.


Entonces todos los invitados de Adonías se asustaron, y cada uno se fue huyendo.


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