2 Corintios 3:17 - La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁷ porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad.°

Více verzí

Biblia Reina Valera 1960

¹⁷ Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁷ Pues el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁷ El Señor es espíritu, y donde está el Espíritu del Señor hay libertad.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁷ El Señor es el Espíritu; y donde hay Espíritu del Señor, hay libertad.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹⁷ Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

2 Corintios 3:17 Křížové odkazy

Romanos 8:2

porque la ley del Espíritu de vida en Jesús el Mesías te ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

Gálatas 5:13

Porque vosotros hermanos, a libertad fuisteis llamados; sólo que no uséis° la libertad como oportunidad° para la carne, sino servíos los unos a los otros por medio del amor.

Gálatas 4:6

Y por cuanto sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo a nuestros° corazones, el cual clama: ¡Abba! (Padre).

Juan 8:32

y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

Gálatas 5:1

Para la libertad nos libertó el Mesías;° estad, pues, firmes, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

2 Timoteo 1:7

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.°

Juan 6:63

El Espíritu es el que da vida; la carne no aprovecha nada. Las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida.

Salmos 51:12

¡Restitúyeme el gozo de tu salvación, Y un espíritu noble me sustente!

2 Corintios 3:6

el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto,° no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu vivifica.

1 Corintios 15:45

Así también está escrito: El primer hombre, Adam, fue hecho un ser viviente;° el postrer Adam, un espíritu vivificante.

2 Corintios 3:18

Pero nosotros todos, con rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, vamos siendo transformados por el Espíritu, de gloria en gloria, en la misma imagen del Señor.