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Números 31 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Números 31

1 Yahweh le habló a Mosheh y le dijo:

2 “Vaya el pueblo yisraelita contra los midyanitas; después serás recogido con tu parentela”.

3 Mosheh le habló al pueblo, y dijo: “Que se escojan algunos hombres de entre ustedes para una compañía, y que caigan sobre Midyán para infligir la venganza de Yahweh sobre Midyán.

4 Despacharán en la compañía a mil de cada una de las tribus de Yisrael”.

5 Así se suministraron mil de cada tribu de las divisiones de Yisrael, doce mil escogidos para la compañía.

6 Mosheh los despachó en la compañía, mil de cada tribu, con Pinjás hijo de Elazar sirviendo como sacerdote en la compañía, equipado con los utensilios sagrados y las trompetas para emitir los toques.

7 Fueron al campo contra Midyán, como había mandado Yahweh a Mosheh, y mataron a todo varón.

8 Junto con sus otras víctimas, mataron a los reyes de Midyán: Ewí, Rékem, Tsur, Jur, Reba, los cinco reyes de Midyán. También pasaron a espada a Bilam hijo de Beor.

9 Los yisraelitas tomaron cautivas a las mujeres y a los niños de los midyanitas, y cogieron como botín todas sus bestias, todas sus manadas, y toda sus riquezas.

10 Y destruyeron con fuego todas las ciudades en que estaban establecidos, y sus campamentos.

11 Reunieron todo el despojo y todo el botín, hombre y bestia,

12 y trajeron a los cautivos, el botín, y el despojo ante Mosheh, Elazar el sacerdote, y toda la comunidad yisraelita, en el campamento en las estepas de Moav, en el Yardén cerca de Yerikhó.

13 Mosheh, Elazar el sacerdote, y todos los capitanes de la comunidad salieron a recibirlos fuera del campamento.

14 Mosheh se enojó con los comandantes del ejército, los oficiales de millares y de centenas, que habían regresado de la campaña militar.

15 Mosheh les dijo: “¡Ustedes han perdonado a todas las hembras!

16 sin embargo ellas son las mismas que a instancias de Bilam, indujeron a los yisraelitas a transgredir contra Yahweh en el asunto de Peor, de modo que la comunidad recibió el golpe de la plaga.

17 Así que ahora maten a todo varón entre los niños, y maten también a toda mujer que ha conocido varón carnalmente;

18 pero perdonen a toda mujer joven que no haya tenido relaciones carnales con un hombre.

19 “Ustedes se quedarán fuera del campamento por siete días; todo el que entre ustedes o entre sus cautivos haya matado a una persona o tocado un cadáver se purificará al tercer día y al séptimo.

20 También purificarán toda ropa, todo artículo de piel, todo lo hecho con pelo de cabra, y todo objeto de madera”.

21 Elazar el sacerdote les dijo a las tropas que habían tomado parte en la pelea: “Esta es la ley ritual que Yahweh le ha ordenado a Mosheh:

22 Oro, plata, cobre, hierro, estaño y plomo –

23 todo artículo que resiste el fuego– estos los pasarán por fuego y serán puros, salvo que deben limpiarse con agua de purificación; y todo lo que no resista el fuego lo pasarán por agua.

24 En el día séptimo ustedes lavarán sus ropas y quedarán puros, y después de eso podrán entrar en el campamento”.

25 Yahweh le dijo a Mosheh:

26 “Tú y Elazar el sacerdote, y los cabezas de familia de la comunidad, hagan un inventario del botín que se capturó, hombre y bestia,

27 y dividan el botín equitativamente entre los combatientes que participaron en la campaña y el resto de la comunidad.

28 Exigirás un impuesto para Yahweh: en el caso de los guerreros que participaron en la campaña, uno de cada quinientos, de personas, bueyes, asnos, u ovejas,

29 se tomarán de la mitad que les toca y se le darán a Elazar el sacerdote como contribución a Yahweh;

30 y de la otra mitad que les toca a los demás yisraelitas retendrás uno de cada cincuenta seres humanos, así como de ganado, asnos y ovejas – de todos los animales– y se los darás a los lewitas, que cumplen sus deberes en la Morada de Yahweh”.

31 Mosheh y Elazar el sacerdote hicieron como le ordenó Yahweh a Mosheh.

32 La cantidad del botín, fuera del despojo que habían saqueado las tropas, llegó a 675,000 ovejas,

33 72,000 cabezas de ganado,

34 61,000 asnos,

35 y un total de 32,000 seres humanos, es decir, las mujeres que no habían tenido relaciones carnales.

36 Así, la mitad que les tocó a los que habían participado en la campaña [fue como sigue]: El número de ovejas fue 337,500,

37 y el impuesto para Yahweh de las ovejas fue de 675;

38 el ganado llegó a 36,000, el impuesto del cual para Yahweh fue de 72;

39 los asnos llegaron a 30,500, el impuesto de los cuales llegó a 61.

40 Y el número de seres humanos fue 16,000, de los cuales el impuesto para Yahweh fue de 32.

41 Mosheh dio las contribuciones impuestas para Yahweh a Elazar el sacerdote, como Yahweh había mandado a Mosheh.

42 En cuanto a la mitad que les tocó a los demás yisraelitas, que Mosheh retiró de los hombres que habían ido al campo,

43 la mitad que le tocó a la comunidad consistía de 337,500 ovejas,

44 36,000 cabezas de ganado,

45 30,500 asnos,

46 16,00 seres humanos.

47 De esta mitad que les tocó a los yisraelitas, Mosheh retiró uno de cada cincuenta humanos y animales, y se los dio a los lewitas, que cumplen los deberes de la Morada de Yahweh, como le había mandado Yahweh a Mosheh.

48 Los comandantes de las divisiones de tropas, los oficiales de millares y los oficiales de centenas se acercaron a Mosheh.

49 Le dijeron a Mosheh: “Tus servidores han sacado la cuenta de los guerreros a nuestro cargo, y ni uno de nosotros falta.

50 Así que hemos traído como ofrenda a Yahweh artículos de oro que cada uno de nosotros encontró, tales como: brazaletes, pulseras, anillos de sellar, aretes, y pendientes, para que se haga expiación por nuestras personas delante de Yahweh”.

51 Mosheh y Elazar el sacerdote aceptaron el oro de parte de ellos, toda clase de artículos elaborados.

52 Todo el oro ofrecido por los oficiales de millares y los oficiales de centenas como contribución a Yahweh llegó a 16,750 shékels ciento ochenta y cuatro kilos. –

53 Pero en las filas cada cual se quedó con su propio botín–

54 así que Mosheh y Elazar el sacerdote aceptaron el oro de parte de los oficiales de millares y los oficiales de centenas y lo trajeron a la Carpa de Reunión, como recordatorio de los yisraelitas delante de Yahweh.

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Números 31

Números 31 - Introducción

* Guerra con Madián. (1-6) Balaam asesinado. (7-12) Aquellos asesinados que causaron pecado. (13-38) purificación de los israelitas. (39-24) División del botín. (25-47) Ofrendas. (48-54)

Números 31:1-6

1-6 Todos los que, sin la comisión de Dios, se atreven a ejecutar una venganza privada, y quienes, por ambición, avaricia o resentimiento, emprendan una guerra y reinos desolados, algún día deben responder por ello. Pero si Dios, en lugar de enviar un terremoto, una peste o una hambruna, se complace en autorizar y mandar a cualquier persona a vengar su causa, tal comisión seguramente es justa y correcta. Los israelitas podrían mostrar tal comisión, aunque ahora ninguna persona puede hacerlo. Sus guerras comenzaron y continuaron expresamente por dirección divina, y se les permitió conquistar por milagros. A menos que se pueda demostrar que los malvados cananeos no merecían su destino, los objetores solo prueban su aversión a Dios y su amor a sus enemigos. El hombre hace luz del mal del pecado, pero Dios lo aborrece. Esto explica las terribles ejecuciones de las naciones que habían llenado la medida de sus pecados.

Números 31:7-12

7-12 Los israelitas mataron a los reyes de Madián. Mataron a Balaam. La providencia dominante de Dios lo llevó allí, y su venganza justa lo encontró. Si él mismo hubiera creído con razón lo que había dicho sobre el feliz estado de Israel, no se habría reunido con los enemigos de Israel. Las malvadas artimañas de los madianitas fueron proyectos de Balaam: era solo que él perecería con ellos, Oseas 4:5. Se llevaron cautivos a las mujeres y los niños. Quemaron sus ciudades y castillos, y regresaron al campamento.

Números 31:13-18

13-18 La espada de la guerra debería perdonar a mujeres y niños; pero la espada de la justicia no debería distinguir, sino la de culpable o no culpable. Esta guerra fue la ejecución de una sentencia justa contra una nación culpable, en la cual las mujeres eran los peores criminales. Las niñas se salvaron, quienes, criadas entre los israelitas, no las tentarían a la idolatría. Toda la historia muestra el odio del pecado y la culpa de tentar a otros; nos enseña a evitar toda ocasión de maldad, y a no dar cuartel a las lujurias internas. Las mujeres y los niños no fueron retenidos para propósitos pecaminosos, sino para esclavos, una costumbre que se practicaba en otros tiempos, como cautivos. En el curso de la providencia, cuando el hambre y las plagas visitan una nación por el pecado, los niños sufren en la calamidad común. En este caso los padres son castigados en sus hijos; y para los niños que mueren antes del pecado real, la misericordia de Dios en Cristo hace provisión completa en cuanto a su felicidad eterna.

Números 31:19-24

19-24 Los israelitas tuvieron que purificarse de acuerdo con la ley, y permanecer sin el campamento siete días, aunque no habían contraído ninguna culpa moral, la guerra era justa y legal, y estaba ordenada por Dios. Por lo tanto, Dios preservaría en sus mentes el temor y el odio de derramar sangre. El botín había sido utilizado por los madianitas, y ahora que estaba en posesión de los israelitas, era conveniente que se purificara.

Números 31:25-47

25-47 Lo que sea que tengamos, Dios justamente reclama una parte. De la parte del pueblo, Dios requería uno de cada cincuenta, pero de la parte de los soldados solo uno de cada quinientos. Cuantas menos oportunidades tengamos de honrar a Dios con servicios personales, más debemos dar en dinero o valor.

Números 31:48-54

48-54 El éxito de los israelitas había sido muy notable, una empresa tan pequeña que venció a tales multitudes, pero fue aún más maravilloso que ninguno fuera asesinado o desaparecido. Presentaron el oro que encontraron entre los botines, como una ofrenda al Señor. Por lo tanto, confesaron que, en lugar de reclamar una recompensa por su servicio, necesitaban el perdón de mucho de lo que había estado mal, y deseaban estar agradecidos por la preservación de sus vidas, que podrían haber sido quitados.


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Versión Israelita Nazarena 2011

Traducción Kadosh Israelita Mesiánica © 2011 Diego Ascunce Traductor

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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