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Jueces 19 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Jueces 19

1 En aquéllos días, cuando no había rey en Yisrael, un lewita que residía al otro extremo de la serranía de Efráyim tomó una concubina de Bet Léjem en Yahudah.

2 Una vez su concubina lo abandonó y se fue a la casa de su padre en Bet Léjem en Yahudah; y se quedó allá por cuatro meses completos.

3 Entonces su esposo salió, con un asistente y un par de burros, y se fue tras ella para persuadirla a que volviera con él. Ella lo recibió en la casa de su padre; y cuando el padre de la muchacha lo vio, lo recibió alegremente.

4 Su suegro, el padre de la muchacha, insistió y se quedó con él tres días; comieron y bebieron y se hospedaron allí.

5 Temprano en la mañana del cuarto día, se dispuso a partir; pero el padre de la muchacha le dijo a su yerno: “Come algo que te sostenga, y entonces podrás irte”.

6 Así que se sentaron los dos y festejaron juntos. Entonces el padre de la muchacha le dijo al hombre: “Por favor, pasa aquí la noche y disfruta”.

7 El hombre se dispuso a marcharse, pero su suegro siguió insistiendo hasta que volvió y pasó la noche allá.

8 Temprano en la mañana del quinto día, se preparaba para partir, cuando el padre de la muchacha dijo: “Ven, cómete un bocado”. Los dos comieron, y se entretuvieron hasta que pasó la tarde.

9 Entonces el hombre, su concubina, y su asistente se dispusieron a partir. Su suegro, el padre de la muchacha, le dijo: “Mira, el día ya declina y está oscureciendo; quédate esta noche. Nota que el día está declinando; pasa aquí la noche y disfruta. Puedes emprender el viaje mañana temprano e irte a tu casa”.

10 Pero el hombre no quiso pasar allí la noche. Salió y viajó hasta la vecindad de Yevús -esto es, Yerushalem; tenía consigo un par de burros cargados, y su concubina estaba con él.

11 Como ya estaban cerca de Yevús, y el día había declinado mucho, el asistente le dijo a su amo: “Desviémonos a ese poblado de los Yevusitas y pasemos ahí la noche”.

12 Pero su amo le dijo: “No nos vamos a desviar a un poblado de extranjeros que no son de Yisrael, sino que continuaremos hasta HaGuivah.

13 Y le dijo al asistente: “Ven, vamos a llegar a uno de esos lugares y pasemos la noche o en HaGuivah o en Ramah”.

14 Así que siguieron viajando, y el sol se puso cuando se acercaban a HaGuivah de Binyamín.

15 Se desviaron allí y entraron a pasar la noche en HaGuivah. Él fue y se sentó en la plaza del poblado, pero nadie los acogió en su casa para pasar la noche.

16 Por la mañana, un viejo venía de su propiedad en las afueras del poblado. –Este hombre era de la serranía de Efráyim y residía en HaGuivah, donde los pobladores eran binyaminitas.–

17 Alcanzó a ver al caminante en la plaza del poblado, y preguntó el viejo: “¿A dónde vas, y de dónde vienes?”

18 Él contestó: “Venimos viajando desde Bet Léjem de Yahudah hacia el otro extremo de la serranía de Efráyim, y ahora voy de camino a la casa de Yahweh, y nadie me ha ofrecido su casa.

19 Tenemos paja y forraje para nuestros burros, y pan y vino para mí y tu servidora, y para el asistente que anda con tus servidores. No nos falta nada”.

20 El viejo dijo: “Ten calma, déjame encargarme de todas tus necesidades. De ninguna manera pasen la noche en la plaza”.

21 Y lo llevó a su casa. Mezcló forraje para los burros; entonces les lavó los pies y comieron y bebieron.

22 Mientras ellos disfrutaban, los hombres del poblado, un bando de depravados, se habían reunido alrededor de la casa y estaban golpeando a la puerta. Llamaron al viejo dueño de la casa: “Saca al hombre que ha entrado en tu casa para que podamos intimar con él”.

23 El dueño de la casa salió y les dijo: “Por favor, amigos míos, no cometan semejante maldad. Ya que el hombre ha entrado en mi casa, no cometan esa infamia.

24 Miren, aquí está mi hija virgen, y la concubina de él. Déjenme sacárselas. Complázcanse con ellas, háganles lo que les parezca; pero no le hagan esa infamia a este hombre”.

25 Pero los hombres no le hicieron caso, de manera que el hombre agarró a su concubina y la empujó hacia afuera. Ellos la violaron y estuvieron abusando de ella toda la noche hasta por la mañana; y la soltaron cuando rompió el alba.

26 Al amanecer, la mujer regresó; y cuando se hacía de día, cayó a la entrada de la casa del hombre donde estaba su esposo.

27 Cuando su esposo se levantó por la mañana, abrió la puerta de la casa y salió para continuar su viaje; y allí estaba la mujer, su concubina, tendida a la entrada de la casa, con sus manos en el umbral.

28 Y le dijo: “Levántate, vámonos”. Pero no hubo respuesta. De manera que el hombre la puso sobre el burro y salió para su casa.

29 Cuando llegó a su casa, cogió un cuchillo, agarró a su concubina y la picó miembro por miembro en doce partes. Las envió por todo el territorio de Yisrael.

30 Y todo el que vio eso gritó: “Nunca ha pasado semejante cosa ni se ha visto desde el día en que los yisraelitas salieron de la tierra de Mitsráyim hasta hoy! Pongan su mente en esto, tomen consejo y decidan”.

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Jueces 19

** Encontramos en este libro excelentes ejemplos de fe, piedad, paciencia, humildad, industria y bondad amorosa, en los eventos comunes de la vida. También vemos el cuidado especial que la providencia de Dios toma de nuestras preocupaciones más pequeñas, animándonos a confiar plenamente en ellas. Podemos ver este libro como una bella representación natural de la vida humana; como un detalle curioso de hechos importantes; y como parte del plan de redención. * Elimelec y sus hijos mueren en la tierra de Moab. (1-5) Naomi regresa a casa. (6-14) Orfa se queda atrás, pero Rut va con Noemí. (15-18) Vienen a Belén. (19-22)


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Versión Israelita Nazarena 2011

Traducción Kadosh Israelita Mesiánica © 2011 Diego Ascunce Traductor

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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