x

Biblia Todo Logo
idiomas
Bibliatodo Comentarios





«

Jueces 11 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

×

Jueces 11

1 Yiftaj el guiladita era un guerrero valiente, que era hijo de una ramera. El padre de Yiftaj era Guilad,

2 pero Guilad tenía también hijos de su esposa, y cuando los hijos de su esposa crecieron, expulsaron a Yiftaj. Le dijeron: “Tú no vas a tener parte en la propiedad de nuestro padre, porque eres hijo de una extraña”.

3 De manera que Yiftaj huyó de sus hermanos y se estableció en el país de Tob. Unos hombres de mala reputación se juntaron con Yiftaj y lo acompañaban en sus correrías.

4 Algún tiempo después, los amonitas le hicieron la guerra a Yisrael.

5 Y cuando los amonitas atacaron a Yisrael, los ancianos de Guilad fueron a buscar a Yiftaj al país de Tob.

6 Y le dijeron a Yiftaj: “Ven, sé nuestro jefe, para que podamos combatir a los amonitas”.

7 Yiftaj les respondió a los ancianos de Guilad: “Ustedes son los mismos que me rechazaron y me echaron de la casa de mi padre. ¿Cómo pueden venir a mí ahora que están en problemas?”

8 Los ancianos de Guilad le dijeron a Yiftaj: “Honradamente, nos hemos vuelto a ti. Si vienes con nosotros y combates a los amonitas, tú serás nuestro comandante sobre todos los habitantes de Guilad”.

9 Yiftaj les dijo a los ancianos de Yisrael: “[Muy bien,] si ustedes me hacen volver para combatir a los amonitas y Yahweh me los entrega, yo seré el comandante de ustedes”.

10 Y los ancianos de Guilad le respondieron a Yiftaj: “Yahweh mismo será testigo entre nosotros: haremos tal como has dicho”.

11 Yiftaj fue con los ancianos de Guilad, y el pueblo lo hizo su comandante y jefe. Y Yiftaj repitió todos estos términos delante de Yahweh en Mitspah.

12 Yiftaj entonces envió mensajeros al rey de los amonitas, diciendo: “¿Qué tienes contra mí que has venido a hacer guerra en mi país?”

13 El rey de los amonitas respondió a los mensajeros de Yiftaj: “Cuando Yisrael venía de Mitsráyim, se apoderó de la tierra que es mía, desde el Arnón hasta el Yaboq y hasta el Yardén. Ahora, pues, devuélvela pacíficamente”.

14 Yiftaj volvió a enviar mensajeros al rey de los amonitas.

15 Le dijo: “Así dijo Yiftaj: Yisrael no se apoderó de la tierra de Moav ni de la tierra de los amonitas.

16 Cuando salieron de Mitsráyim, Yisrael viajó por el desierto hasta el Mar de los Juncos y prosiguió hasta Qadesh.

17 Yisrael envió entonces mensajeros al rey de Edom, diciendo: “Permítenos atravesar tu país’. Pero el rey de Edom no consintió. Enviaron también una misión al rey de Moav, y él se rehusó. De manera que Yisrael, después de quedarse en Qadesh,

18 siguió viajando por el desierto, rodeando la tierra de Edom y la tierra de Moav. Se mantuvieron al este de la tierra de Moav hasta que acamparon al otro lado del Arnón; y, como Moav termina en el Arnón, ellos nunca entraron en territorio Moavita.

19 “Entonces Yisrael envió mensajeros a Sijón rey de los emoritas, el rey de Jeshbón. Yisrael le dijo: “Permítenos atravesar por tu país hacia nuestra tierra’.

20 Pero Sijón no confió en Yisrael para darle paso por su territorio. Sijón convocó a todas sus tropas, y acamparon en Yáhtsah; y se enfrascó en batalla con Yisrael.

21 Pero Yahweh, el Elohim de Yisrael, entregó a Sijón con todas sus tropas en las manos de Yisrael, y los derrotaron; e Yisrael tomó posesión de toda la tierra de los emoritas, los habitantes de esa tierra.

22 Así poseyeron todo el territorio de los emoritas desde el Arnón hasta el Yaboq y desde el desierto hasta el Yardén.

23 “Ahora, pues, Yahweh, el Elohim de Yisrael, desposeyó a los emoritas delante de su pueblo Yisrael; ¿y quieres tú poseer su tierra?

24 ¿No conservas tú lo que Kemosh tu deidad te da en posesión? Así tomaremos nosotros todo lo que Yahweh nuestro Elohim nos ha dado en posesión.

25 “Además, ¿eres tú mejor que Baraq hijo de Peor, rey de Moav? ¿Empezó él una disputa con Yisrael o le hizo la guerra?

26 “Mientras Yisrael ha estado habitando Jeshbón y sus dependencias, Aroer y sus dependencias, y todos los poblados a lo largo del Arnón por trescientos años, ¿por qué no has tratado de recobrarlas en todo ese tiempo?

27 Yo no te he hecho ningún mal; sin embargo tú me estás haciendo mal y haciéndome la guerra. ¡Que Yahweh, que juzga, decida hoy entre los yisraelitas y los amonitas!”

28 Pero el rey de los amonitas no le hizo caso al mensaje que le envió Yiftaj.

29 Entonces vino el espíritu de Yahweh sobre Yiftaj. Marchó a través de Guilad y Menasheh, pasando por Mitspah de Guilad; y de Mitspah de Guilad cruzó [hacia] los amonitas.

30 Entonces Yiftaj le hizo el siguiente voto a Yahweh: “Si entregas a los amonitas en mis manos,

31 entonces lo que salga de la puerta de mi casa a recibirme cuando regrese a salvo de los amonitas será de Yahweh y lo presentaré como ofrenda quemada”.

32 Yiftaj pasó hacia los amonitas y los atacó, y Yahweh los entregó en sus manos.

33 Los derrotó completamente -desde Aroer hasta Minit, veinte poblados- hasta Abel-Keramim. Así se sometieron los amonitas a los yisraelitas.

34 Cuando Yiftaj llegó a su hogar en Mitspah, ¡ahí salió su hija a recibirlo, con pandero y danza! Ella era hija única; él no tenía más hijos ni hijas.

35 Al verla, se desgarró sus ropas y dijo: “¡Ay, hija mía! ¡Me has abatido; tú has venido a ser mi perturbación! Porque he hecho un voto a Yahweh y no puedo retractarme”.

36 Ella dijo: “Padre, tú has hecho un voto a Yahweh; hazme como has jurado, ya que Yahweh te ha vindicado contra tus enemigos, los amonitas”.

37 Le dijo además a su padre: “Concédeme esto: permíteme que por dos meses vaya con mis compañeras y lamente por los montes y llore allá mi virginidad”.

38 Él respondió: “Vete”. Y la dejó ir por dos meses, y ella y sus compañeras fueron y lloraron su virginidad por los montes.

39 Después de dos meses, ella volvió a su padre, y él hizo con ella lo que había jurado. Y ella nunca se juntó con un hombre. Así vino a ser costumbre en Yisrael

40 que las jóvenes de Yisrael iban cada año, por cuatro días en el año, y cantaban lamentos para la hija de Yiftaj el guiladita.

×

Jueces 11

Jueces 11 - Introducción

* Jefté y los galaaditas. (1-11) Intenta hacer la paz. (12-28) El voto de Jefté. Vence a los amonitas. (29-40)

Jueces 11:1-11

1-11 No se debe culpar a las personas por su parentesco, siempre y cuando, a través de sus méritos personales, puedan eliminar cualquier reproche. Dios había perdonado a Israel, por lo tanto, Jephthah perdonará. Él no habla con confianza sobre su éxito, sabiendo cuán justamente Dios podría permitir que los amonitas prevalecieran para castigar aún más a Israel. Tampoco habla con confianza en sí mismo. Si tiene éxito, es porque el Señor los entrega en sus manos; de esta manera, les recuerda a sus compatriotas que miren a Dios como el Dador de la victoria. La misma pregunta que se plantea aquí, de hecho, se les hace a aquellos que desean la salvación a través de Cristo. Si él los salva, ¿estarán dispuestos a que él los gobierne? Bajo ningún otro término los salvará. Si él los hace felices, ¿los hará santos? Si él es su ayudador, ¿será su Cabeza? Jefté, para obtener un poco de honor mundano, estaba dispuesto a exponer su vida: ¿nos desanimaremos en nuestra lucha cristiana por las dificultades que podamos encontrar, cuando Cristo ha prometido una corona de vida al que vence?

Jueces 11:12-28

12-28 Un ejemplo del honor y respeto que debemos a Dios, como nuestro Dios, es emplear correctamente lo que nos da para poseer. Recíbelo de Él, úsalo para Él y disponte a dejarlo cuando Él lo requiera. Todo este mensaje muestra que Jefté estaba bien familiarizado con los libros de Moisés. Su argumento era claro y su demanda era razonable. Aquellos que poseen una fe más valiente serán los más dispuestos a la paz y los más prontos para avanzar y obtenerla; pero la rapacidad y la ambición a menudo encubren sus designios bajo la excusa de la equidad y hacen que los esfuerzos pacíficos sean inútiles.

Jueces 11:29-40

29-40 e pueden aprender varias lecciones importantes del voto de Jefté. 1. Puede haber restos de desconfianza y dudas, incluso en los corazones de creyentes verdaderos y fervientes. 2. Nuestros votos a Dios no deben ser como una compra del favor que deseamos, sino para expresar gratitud hacia Él. 3. Necesitamos estar muy bien aconsejados al hacer votos, para no enredarnos. 4. Lo que hemos prometido solemnemente a Dios debemos cumplirlo, si es posible y lícito, aunque nos resulte difícil y doloroso. 5. Es apropiado que los hijos se sometan obedientemente y con alegría a sus padres en el Señor. Es difícil decir qué hizo Jefté para cumplir su voto; pero se piensa que no ofreció a su hija como holocausto. Tal sacrificio habría sido una abominación para el Señor; se supone que ella quedó obligada a permanecer soltera y apartada de su familia. Respecto a este y otros pasajes similares en la historia sagrada, sobre los cuales los eruditos están divididos y en duda, no necesitamos confundirnos; lo que es necesario para nuestra salvación, gracias a Dios, es lo suficientemente claro. Si el lector recuerda la promesa de Cristo sobre la enseñanza del Espíritu Santo y se coloca bajo este divino Maestro, el Espíritu Santo guiará a toda verdad en cada pasaje, en la medida en que sea necesario entenderlo.


»

Versión Israelita Nazarena 2011

Traducción Kadosh Israelita Mesiánica © 2011 Diego Ascunce Traductor

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

Síguenos en:



Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos