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Éxodo 34 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Éxodo 34

1 Yahweh le dijo a Mosheh: “Labra tú mismo dos tablas de piedra como las primeras, y yo escribiré sobre estas tablas las mismas palabras que había en las primeras tablas que quebraste.

2 Prepárate para mañana, y por la mañana sube al Monte Sinay y preséntateme allí, en la cumbre del monte.

3 Nadie más subirá contigo, y a nadie más deberá verse en alguna parte del monte; ni rebaños ni las manadas pastarán al pie del monte”.

4 Así que Mosheh labró dos tablas de piedra, como las primeras, y temprano en la mañana subió al Monte Sinay, como Yahweh le había ordenado, llevando consigo las dos tablas de piedra.

5 Yahweh bajó en una nube; estuvo con él allí, y proclamó el nombre Yahweh.

6 Yahweh pasó delante de él y proclamó: “¡Yahweh! ¡Yahweh! Un Elohim compasivo y benévolo, lento para la ira, abundante en bondad y fidelidad,

7 que extiende la bondad hasta la milésima generación, que perdona la maldad, la transgresión, y el pecado; pero que no exime de castigo, sino que visita la maldad de los padres sobre los hijos y los hijos de los hijos, sobre la tercera y la cuarta generación”.

8 Mosheh se apresuró a postrarse hasta el suelo en homenaje,

9 y dijo: “Si he ganado tu favor, oh Yahweh, te ruego, que Yahweh vaya en nuestro medio, aun cuando sea este un pueblo testarudo. Perdona nuestra maldad y nuestro pecado, y acéptanos como tu herencia”.

10 Él dijo: Mira, yo hago una alianza: Delante de todo tu pueblo haré tales maravillas como no se han producido en toda la tierra ni en ninguna nación; y todo el pueblo que está contigo verá cuán tremendas son las obras de Yahweh que yo realizaré para ti.

11 Fíjate bien en lo que te ordeno hoy. Yo expulsaré de delante de ti a los emoritas, los kenaanitas, los jititas, los perezitas, los jiwitas, y los Yevusitas.

12 Cuídate de no hacer alguna alianza con los habitantes del país contra el cual estás avanzando, no sea que resulten una trampa en tu medio.

13 Debes derribar sus altares, romper sus pilares, y cortar sus postes sagrados;

14 porque no debes adorar a ningún otro elohim, pues Yahweh, cuyo nombre es Celoso, es un Elohim celoso.

15 No debes hacer una alianza con los habitantes del país, porque cuando ellos se apasionen tras sus deidades, y sacrifiquen a sus deidades y los inviten a ustedes, ustedes comerán de sus sacrificios.

16 Y cuando ustedes tomen de entre las hijas de ellos esposas para sus hijos, las hijas de ellos se apasionarán tras sus deidades y provocarán que los hijos de ustedes se apasionen tras las deidades de ellas.

17 No se harán deidades fundidas.

18 Celebrarán la Fiesta de los Ácimos –comiendo panes sin levadura por siete días, como les he ordenado– al tiempo establecido del mes de Aviv, porque en el mes de Aviv salieron ustedes de Mitsráyim.

19 Todo primer fruto del vientre es mío, de todos tus animales de crianza que den un macho como primera cría, sea ganado u oveja.

20 Pero la primera cría de un asno lo redimirás con una oveja; si no lo redimes, deberás romperle el pescuezo. Y debes redimir a todo primogénito de entre tus hijos. Nadie se presentará ante mí con las manos vacías.

21 Seis días trabajarás, pero en el séptimo día cesarás de tu labor; cesarás de tu labor aun en tiempo de arar y en tiempo de cosechar.

22 Observarás la Fiesta de Shavuot (Semanas), de los primeros frutos de la cosecha del trigo; y la Fiesta de la Recolección a fin de año.

23 Tres veces al año se presentarán todos tus varones delante de ha’Adón Yahweh, el Elohim de Yisrael.

24 Yo expulsaré naciones de tu camino y ensancharé tu territorio; nadie codiciará tu tierra cuando subas a presentarte delante de Yahweh tu Elohim tres veces al año.

25 No ofrecerás la sangre de mi sacrificio con nada leudado; y el sacrifico de la Fiesta de Pésaj no se dejará hasta la mañana.

26 Lo más selecto de los primeros frutos de tu suelo traerás a la casa de Yahweh tu Elohim. No cocerás un cabrito en la leche de su madre.

27 Y Yahweh le dijo a Mosheh: Escribe estos mandamientos, porque de acuerdo con estos mandamientos hago una alianza contigo y con Yisrael.

28 Y estuvo allá con Yahweh cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan ni bebió agua; y escribió en las tablas los términos de la Alianza, las Diez Palabras.

29 Así que Mosheh bajó del Monte Sinay. Y cuando Mosheh bajaba del monte portando las dos tablas de la Alianza, Mosheh no se dio cuenta de que la piel de su cara estaba radiante, por haber hablado con Él.

30 Aharón y todos los yisraelitas vieron que la piel de la cara de Mosheh estaba radiante; y no se atrevieron acercársele.

31 Pero Mosheh los llamó, y Aharón y todos los capitanes en la asamblea regresaron a él, y Mosheh les habló.

32 Más tarde, todos los yisraelitas se acercaron, y él los instruyó en cuanto a todo lo que Yahweh le había impartido en el Monte Sinay.

33 Y cuando Mosheh acabó de hablar con ellos, se puso un velo en la cara.

34 Siempre que Mosheh entraba delante de Yahweh para hablar con él, se quitaba el velo hasta que salía; y cuando salía les decía a los yisraelitas lo que se le había ordenado,

35 los yisraelitas veían cuán radiante estaba la cara de Mosheh. Mosheh entonces volvía a ponerse el velo sobre la cara hasta que entraba a hablar con Él.

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Éxodo 34

Éxodo 34 - Introducción

* Las tablas de la ley renovadas. (1-4) El nombre del Señor proclamado, la súplica de Moisés. (5-9) El pacto de Dios. (10-17) Las festividades. (18-27) El velo de Moisés. (28-35)

Éxodo 34:1-4

1-4 Cuando Dios creó al hombre a su propia imagen, la ley moral fue escrita en su corazón por el dedo de Dios, sin medios externos. Pero dado que el pacto hecho entonces con el hombre fue quebrantado, el Señor ha utilizado el ministerio de los hombres, tanto para escribir la ley en las Escrituras como para escribirla en el corazón. Cuando Dios se reconcilió con los israelitas, ordenó que las tablas fueran renovadas y escribió su ley en ellas. Incluso bajo el evangelio de paz por medio de Cristo, la ley moral continúa vinculando a los creyentes. Aunque Cristo nos ha redimido de la maldición de la ley, no nos ha librado de sus mandamientos. La primera y mejor evidencia del perdón del pecado y la paz con Dios es la escritura de la ley en el corazón.

Éxodo 34:5-9

5-9 El Señor descendió mediante algún signo abierto de su presencia y manifestación de su gloria en una nube, y desde allí proclamó su NOMBRE; es decir, las perfecciones y el carácter que se denotan con el nombre JEHOVÁ. El Señor Dios es misericordioso; dispuesto a perdonar al pecador y socorrer al necesitado. Gracioso; amable y dispuesto a otorgar beneficios no merecidos. Tardío para la ira; lento para enojarse, dando tiempo para el arrepentimiento, castigando solo cuando es necesario. Abundante en bondad y verdad; incluso los pecadores reciben las riquezas de su generosidad en abundancia, aunque las malgasten. Todo lo que revela es verdad infalible, todo lo que promete lo cumple con fidelidad. Guardando misericordia para miles; muestra continuamente misericordia a los pecadores y tiene tesoros que no pueden agotarse hasta el fin de los tiempos. Perdonando iniquidad, transgresión y pecado; su misericordia y bondad llegan al completo y libre perdón del pecado. Pero de ninguna manera absolverá al culpable; la santidad y justicia de Dios son parte de su bondad y amor hacia todas sus criaturas. En los sufrimientos de Cristo, la santidad y justicia divinas se manifiestan plenamente, y se da a conocer el mal del pecado. La misericordia perdonadora de Dios siempre está acompañada de su gracia convertidora y santificadora. Nadie es perdonado sino aquellos que se arrepienten y abandonan la práctica permitida de todo pecado; ni escapará nadie que abuse, descuide o desprecie esta gran salvación. Moisés se inclinó y adoró con reverencia. Cada perfección en el nombre de Dios, el creyente puede alegarla ante Él para el perdón de sus pecados, la santificación de su corazón y la expansión del reino del Redentor.

Éxodo 34:10-17

10-17 A los israelitas se les ordenó destruir todo monumento de idolatría, sin importar cuán curioso o costoso fuera; rechazar toda alianza, amistad o matrimonio con idólatras, así como todas las festividades idólatras; y se les recordó que no repitieran el pecado de hacer imágenes fundidas. Los celos se llaman la ira de un hombre, Proverbios 6:34; pero en Dios es un desagrado santo y justo. Aquellos que no adoran solo a Dios no pueden adorarlo correctamente.

Éxodo 34:18-27

18-27 Una vez a la semana deben descansar, incluso en época de siembra y cosecha. Todos los asuntos mundanos deben ceder ante ese santo reposo; incluso el trabajo de la cosecha prosperará mejor gracias a la observancia religiosa del día de reposo en la temporada de la cosecha. Debemos mostrar que preferimos nuestra comunión con Dios y nuestro deber hacia Él por encima de los negocios o la alegría de la cosecha. Tres veces al año deben presentarse ante el Señor Dios, el Dios de Israel. Canaán era una tierra deseable y las naciones vecinas eran codiciosas; sin embargo, Dios dice que no la desearán. Debemos controlar todos los deseos pecaminosos contra Dios y su gloria en nuestros corazones, y luego confiar en Él para frenar todos los deseos pecaminosos en los corazones de otros contra nosotros. El camino del deber es el camino de la seguridad. Aquellos que se aventuran por Él nunca pierden por Él. Aquí se mencionan tres fiestas: 1. La Pascua, en recuerdo de la liberación de Egipto. 2. La fiesta de las Semanas, o la fiesta de Pentecostés; se añade la ley de las primicias a esta festividad. 3. La fiesta de la Recolección, o la fiesta de los Tabernáculos. Moisés debe escribir estas palabras para que el pueblo las conozca mejor. Nunca podremos estar lo suficientemente agradecidos a Dios por la Palabra escrita. Dios haría un pacto con Israel, a través de Moisés como mediador. De esta manera, el pacto de gracia se hace con los creyentes a través de Cristo.

Éxodo 34:28-35

28-35 La comunión cercana y espiritual con Dios mejora las gracias de un carácter renovado y santo. La piedad seria da un brillo al rostro de un hombre, uno que merece estima y afecto. El velo que Moisés ponía marcaba la oscuridad de esa dispensación, en comparación con la dispensación del evangelio del Nuevo Testamento. También era un emblema del velo natural que cubre los corazones de los hombres con respecto a las cosas espirituales. Además, el velo que estaba y está sobre la nación de Israel, que solo puede ser eliminado por el Espíritu del Señor mostrándoles a Cristo como el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree. El miedo y la incredulidad pondrían el velo delante de nosotros, obstaculizando nuestro libre acceso al propiciatorio celestial. Deberíamos presentar plenamente nuestras necesidades, tanto temporales como espirituales, ante nuestro Padre celestial; deberíamos contarle nuestros obstáculos, luchas, pruebas y tentaciones; deberíamos reconocer nuestras faltas.


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Versión Israelita Nazarena 2011

Traducción Kadosh Israelita Mesiánica © 2011 Diego Ascunce Traductor

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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