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Deuteronomio 26 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Deuteronomio 26

1 Cuando entres en la tierra que Yahweh tu Elohim te está dando como herencia, y la poseas y te establezcas en ella,

2 deberás tomar parte de cada primicia del suelo, que coseches de la tierra que Yahweh tu Elohim te está dando, y deberás ponerla en una canasta e ir al lugar donde Yahweh tu Elohim escoja poner su nombre.

3 Deberás ir al sacerdote a cargo en ese tiempo y decirle: “Reconozco hoy delante de Yahweh tu Elohim que he entrado en la tierra que Yahweh juró a nuestros padres que nos asignaría”.

4 El sacerdote tomará la canasta de tus manos y la colocará frente al altar de Yahweh tu Elohim.

5 Tú entonces recitarás lo siguiente delante de Yahweh tu Elohim: “Mi padre fue un aramita errante, que emigró a Mitsráyim con escasas personas y se quedó allá; pero allí llegó a ser una nación muy grande y numerosa.

6 Los mitsritas nos trataron duramente y nos oprimieron; nos impusieron trabajos pesados.

7 Nosotros clamamos a Yahweh el Elohim de nuestros padres, y Yahweh escuchó nuestro ruego y vio nuestro aprieto, nuestra miseria y nuestra opresión.

8 Yahweh nos libertó de Mitsráyim con mano fuerte, con brazo extendido y con temible poder, y con señales y portentos.

9 Él nos trajo a este lugar y nos dio esta tierra, una tierra que fluye leche y miel.

10 Por eso traigo ahora las primicias del suelo que tú, Yahweh, me has dado”. Deberás dejarla delante de Yahweh tu Elohim y postrarte delante de Yahweh tu Elohim.

11 Y deberás disfrutar, junto con el lewita y el extranjero en tu medio, de toda la abundancia que Yahweh tu Elohim te ha concedido a ti y a tu familia.

12 Cuando hayas apartado la décima parte de tu campo –en el tercer año, el año del diezmo– y se lo hayas dado al lewita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, para que coman hasta saciarse en tus poblados,

13 deberás declarar delante de Yahweh tu Elohim: “He sacado de la casa la porción consagrada, y se la he dado al lewita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, tal como me mandaste; no he transgredido ni he descuidado ninguno de tus mandamientos:

14 no he comido de ello mientras estuve de luto; no he sacado parte de ello estando impuro, ni he depositado nada de ello para los muertos. He obedecido a Yahweh mi Elohim; he hecho tal como me mandaste.

15 Mira desde tu morada sagrada, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Yisrael y el suelo que nos has dado, una tierra que fluye leche y miel, como juraste a nuestros padres”.

16 Yahweh tu Elohim te manda hoy a observar estas leyes y reglas; obsérvalas fielmente con todo tu corazón y tu ser.

17 Tú has afirmado en este día que Yahweh es tu Elohim, que andarás en sus caminos, que observarás sus leyes y mandamientos y reglas, y que lo obedecerás.

18 Y Yahweh afirmó en este día que tú eres, como te prometió, su pueblo atesorado, que observará todos sus mandamientos,

19 y que él te llevará a la fama, al renombre, y a la gloria, muy por encima de todas las naciones que ha hecho; y que tú serás, como te prometió, un pueblo consagrado a Yahweh tu Elohim.

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Deuteronomio 26

Deuteronomio 26 - Introducción

* Confesión en la ofrenda de los primeros frutos (1-11). La oración después de disponer el diezmo del tercer año (12-15). El pacto entre Dios y el pueblo (16-19).

Deuteronomio 26:1-11

1-11 Cuando Dios ha cumplido sus promesas hacia nosotros, espera que lo reconozcamos en honor a su fidelidad. Y nuestras comodidades terrenales son doblemente dulces cuando vemos que fluyen de la fuente de la promesa. La persona que ofrecía sus primeros frutos debía recordar y reconocer el origen humilde de la nación a la que pertenecía. Mi padre era un sirio errante. Jacob es llamado aquí un sirio. En sus primeros años, su nación moró en Egipto como extranjera, sirvió allí como esclava. Fueron un pueblo pobre, despreciado y oprimido en Egipto, y aunque llegaron a ser ricos y grandes, no tenían motivo para enorgullecerse, sentirse seguros o olvidar a Dios. Deben reconocer con gratitud la gran bondad de Dios hacia Israel. El consuelo que tenemos en nuestras propias posesiones debería llevarnos a dar gracias por nuestra parte en la paz y abundancia pública; y con las misericordias presentes, debemos bendecir al Señor por las misericordias pasadas que recordamos, y las misericordias futuras que esperamos y anhelamos. Debe ofrecer su cesta de primeros frutos. Cualquier cosa buena que Dios nos dé, es su voluntad que la aprovechemos de la manera más confortable posible, rastreando los arroyos hasta la Fuente de toda consolación.

Deuteronomio 26:12-15

12-15 ¿Cómo puede la tierra dar su fruto, o qué consuelo podemos encontrar en ello, a menos que con ello nuestro Dios nos brinde su bendición? Todo esto representaba la relación del pacto entre un Dios reconciliado y todo creyente verdadero, y los privilegios y deberes que le pertenecen. Debemos estar atentos y demostrar que, según el pacto de gracia en Cristo Jesús, el Señor es nuestro Dios y nosotros somos su pueblo, esperando de la manera que él ha dispuesto el cumplimiento de sus promesas llenas de gracia.

Deuteronomio 26:16-19

16-19 MEn este pasaje, Moisés está haciendo hincapié en la observancia de los mandamientos. Estas son las leyes de Dios, por lo tanto, debes cumplirlas; te fueron entregadas con ese propósito. Debes llevarlas a cabo sin discutir, sin retroceder, no de manera negligente ni hipócrita, sino con todo tu corazón y toda tu alma. Nos estamos negando a nosotros mismos y quebrantamos nuestro compromiso más sagrado si, después de haber aceptado al Señor como nuestro Dios, no obedecemos sus mandamientos. Hemos sido elegidos para la obediencia 1 Pedro 1:2; hemos sido elegidos para ser santos​​​​​​​Efesios 1:4; Él nos ha purificado como un pueblo especial, no solo para hacer buenas obras, sino para ser celosos en ellas​​​​​​​ Tito 2:14. La santidad es el verdadero honor y la única forma de honor eterno.


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Versión Israelita Nazarena 2011

Traducción Kadosh Israelita Mesiánica © 2011 Diego Ascunce Traductor

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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