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1 Samuel 2 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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1 Samuel 2

1 Y Janah oró: Mi corazón se alegra en Yahweh; he triunfado mediante Yahweh. Le abro la boca a mis enemigos; me gozo en tu liberación.

2 No hay santo como Yahweh, de veras, no hay nadie fuera de ti; no hay roca como nuestro Elohim.

3 No hablen más con altanero orgullo, que ninguna arrogancia cruce sus labios. Porque Yahweh es un Elohim omnisapiente; él mide las acciones.

4 Los arcos de los poderosos se rompen, y los vacilantes se ciñen de fuerza.

5 Los una vez saciados tienen que alquilarse por pan; los una vez hambrientos ya no tienen hambre. Mientras la mujer estéril tiene siete, la madre de muchos está desamparada.

6 Yahweh inflige muerte y da vida, arroja a la Fosa y levanta.

7 Yahweh empobrece y enriquece; derriba y levanta.

8 Él levanta al pobre del polvo, alza al necesitado del estiércol, poniéndolo con los nobles, concediéndoles asientos de honor. Porque las columnas de la tierra son de Yahweh; ha establecido el mundo sobre ellas.

9 Él guarda los pasos del fiel, pero el malvado perece en tinieblas pues no es por la fuerza que prevalece el hombre.

10 Los adversarios de Yahweh serán quebrantados; tronará contra ellos en el cielo. Yahweh juzgará los extremos de la tierra, le dará poder al rey, y triunfo a su ungido.

11 Entonces Elqanah [y Janah] se fueron a casa en Ramah; y el niño entró al servicio de Yahweh bajo el sacerdote Elí.

12 Ahora bien, los hijos de Elí eran canallas; no le hicieron caso a Yahweh.

13 Así era como trataban los sacerdotes con la gente: Cuando alguien traía un sacrificio, el criado del sacerdote venía con el tridente mientras hervía la carne,

14 y la echaba en el caldero, o en la sartén, o en la olla, o en la cacerola; y cualquier cosa que sacara el tenedor, el sacerdote se lo llevaba. Esta era la práctica en Shiloh con todos los yisraelitas que iban allí.

15 [Pero ahora,] aun antes de que convirtieran en humo la presa cebada, venía el muchacho del sacerdote y le decía al que estaba sacrificando: “Pásame un poco de carne para asársela al sacerdote; porque él no te aceptará carne hervida, solamente cruda”.

16 Y si el hombre le decía: “Que primero conviertan en humo el sebo, y entonces toma toda la que quieras”, él contestaba: “No, pásamela enseguida o te la quito por la fuerza”.

17 El pecado de los jóvenes contra Yahweh era muy grande, porque los hombres trataban impíamente las ofrendas de Yahweh.

18 Shemuel estaba empleado en el servicio de Yahweh como asistente, con un efod de lino.

19 Su madre además acostumbraba hacerle una pequeña túnica y se la traía cada año, cuando hacía el peregrinaje con su esposo para ofrecer el sacrificio anual.

20 Elí bendecía a Elqanah y a su esposa, y decía: “Que Yahweh te conceda linaje de esta mujer en lugar del préstamo que le hizo ella a Yahweh”. Después volvían a su casa.

21 Porque Yahweh tomó nota de Janah; ella concibió y tuvo tres hijos y dos hijas. El joven Shemuel entretanto crecía en el servicio de Yahweh.

22 Ahora Elí estaba muy viejo. Cuando oyó todo lo que estaban haciendo sus hijos a todo Yisrael, y cómo se acostaban con las mujeres que realizaban tareas a la entrada de la Carpa de Reunión,

23 les dijo: “¿Por qué hacen esas cosas? La gente me da malos informes de ustedes por todas partes.

24 ¡Dejen eso, mis hijos! No es un informe favorable el que oigo que esparce por ahí el pueblo de Yahweh.

25 Si un hombre peca contra un hombre, puede que Yahweh lo perdone; pero si un hombre ofende contra Elohim, ¿quién podrá conseguirle el perdón?” Pero ellos ignoraron el ruego de su padre; porque Yahweh había resuelto que murieran.

26 El joven Shemuel, entretanto, crecía en estima y favor tanto para con Elohim como para con los hombres.

27 Un hombre de Elohim vino donde Elí y le dijo: “Así dice Yahweh: Mira, yo me revelé a la casa de tu padre en Mitsráyim cuando estaban sujetos a la Casa del Paroh,

28 y los escogí de entre todas las tribus de Yisrael para ser mis sacerdotes para subir a mi altar, para quemar incienso [y] para llevar un efod delante de mí, y le asigné a la casa de tu padre todas las ofrendas encendidas de los yisraelitas.

29 ¿Por qué entonces pisotean ustedes maliciosamente los sacrificios y las ofrendas que he mandado? ¡Tú has honrado a tus hijos más que a mí, comiéndose las primeras porciones de toda ofrenda de mi pueblo Yisrael!

30 Ciertamente declara Yahweh, el Elohim de Yisrael, yo tenía la intención de que tú y la casa de tu padre permanecieran en mi servicio para siempre. Pero ahora declara Yahweh ¡lejos esté de mí! Porque yo honro a los que me honran, pero los que me desprecian serán deshonrados.

31 Vendrá un tiempo cuando yo romperé tu poder y el de la casa de tu padre, y no habrá anciano en tu casa.

32 Tú observarás con envidia toda la abundancia que se le concederá a Yisrael, pero nunca habrá un anciano en tu casa.

33 No cortaré todo tu linaje de mi altar; [pero,] para hacer que desfallezcan tus ojos y languidezca tu espíritu, todo el aumento en tu casa morirá como hombres [ordinarios].

34 Y esta será una señal para ti: El destino de tus hijos Jofní y Pinjás ambos morirán el mismo día.

35 Y levantaré para mí un sacerdote fiel, que actuará de acuerdo con mis deseos y mis propósitos. Yo le edificaré una casa duradera, y él caminará delante de mi ungido siempre.

36 Y todos los sobrevivientes de tu casa vendrán y se postrarán ante él por una paga en dinero y una hogaza de pan, y dirán: ‘Por favor, asígname a uno de los deberes sacerdotales, para tener un bocado de pan que comer’”.

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1 Samuel 2

1 Samuel 2 - Introducción

* Cántico de agradecimiento de Ana (1-10). La maldad de los hijos de Eli y el ministerio de Samuel (11-26). La profecía contra la familia de Eli (27-36).

1 Samuel 2:1-10

1-10 El corazón de Ana se regocijó, no en Samuel, sino en el Señor. Ella mira más allá del regalo y alaba al Dador. Se regocijó en la salvación del Señor y en la expectativa de Su venida, Él que es toda la salvación de su pueblo. Los fuertes pronto se debilitan y los débiles pronto se fortalecen, cuando así lo quiere Dios. ¿Somos pobres? Dios nos hizo pobres, lo cual es una buena razón para que estemos contentos y aceptemos nuestra condición. ¿Somos ricos? Dios nos hizo ricos, lo cual es una buena razón para que estemos agradecidos, lo sirvamos alegremente y hagamos el bien con la abundancia que nos da. Él no respeta la sabiduría o las supuestas excelencias del hombre, sino que elige a aquellos a quienes el mundo considera necios, enseñándoles a reconocer su culpa y a valorar su salvación gratuita y preciosa. Esta profecía mira al reino de Cristo, ese reino de gracia del cual habla Ana, después de haber hablado extensamente del reino de la providencia. Y aquí es la primera vez que nos encontramos con el nombre MESÍAS, o su Ungido. Los súbditos del reino de Cristo estarán seguros y los enemigos serán derrotados; porque el Ungido, el Señor Cristo, es capaz de salvar y destruir.

1 Samuel 2:11-26

11-26 Samuel, consagrado al Señor de manera especial, desde niño fue empleado en el santuario en los servicios que era capaz de realizar. Al hacerlo con una disposición piadosa, se le llamaba servir al Señor. Recibió una bendición del Señor. Aquellos jóvenes que sirven a Dios lo mejor que pueden, Él les permitirá mejorar para que le sirvan de manera aún mejor. Elí evitaba los problemas y el esfuerzo. Esto lo llevó a consentir a sus hijos, sin usar la autoridad parental para restringirlos y corregirlos cuando eran jóvenes. Pasó por alto los abusos en el servicio del santuario hasta que se convirtieron en costumbres, y llevaron a abominaciones. Sus hijos, en lugar de enseñar lo bueno a aquellos que participaban en el servicio del santuario, los incitaban a la maldad. Su ofensa se cometió incluso al ofrecer los sacrificios por los pecados, que tipificaban la expiación del Salvador. Los pecados contra el remedio, la expiación misma, son los más peligrosos, ya que pisotean la sangre del pacto. La reprensión de Elí fue demasiado suave y amable. En general, nadie está más perdido que los hijos degenerados de personas piadosas cuando rompen las restricciones.

1 Samuel 2:27-36

27-36 Aquellos que permiten que sus hijos sigan un camino malo y no usan su autoridad para frenarlos y castigarlos, en efecto, los honran más que a Dios. Que el ejemplo de Elí impulse a los padres a esforzarse en contra de los inicios de la maldad y a criar a sus hijos en la disciplina y amonestación del Señor. En medio de la sentencia contra la casa de Elí, se promete misericordia para Israel. La obra de Dios nunca fracasará por falta de manos que la lleven a cabo. Cristo es ese sumo sacerdote misericordioso y fiel, a quien Dios levantó cuando se desechó el sacerdocio levítico, quien siempre hizo la voluntad de su Padre y para quien Dios edificará una casa segura, sobre roca, de manera que el infierno no prevalezca contra ella.


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Versión Israelita Nazarena 2011

Traducción Kadosh Israelita Mesiánica © 2011 Diego Ascunce Traductor

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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