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Hechos 25 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Hechos 25

Pablo ante Festo

1 Festo llegó a la ciudad de Cesarea para ocupar su puesto de gobernador. Tres días después se fue a la ciudad de Jerusalén.

2 Cuando llegó, los sacerdotes principales y los judíos más importantes de la ciudad hicieron una acusación formal contra Pablo.

3 También le pidieron a Festo que les hiciera el favor de ordenar que Pablo fuera llevado a Jerusalén. Ellos planeaban matar a Pablo cuando viniera de camino a la ciudad.

4 Pero Festo les dijo: —No; Pablo seguirá preso en Cesarea, y muy pronto yo iré para allá. Si él ha hecho algo malo y las autoridades de ustedes quieren acusarlo, que vengan conmigo. Allá podrán acusarlo.

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6 Festo se quedó ocho días en Jerusalén, y luego regresó a Cesarea. Al día siguiente fue a la corte, se sentó en la silla del juez, y mandó traer a Pablo.

7 Cuando Pablo entró en la corte, los judíos que habían venido desde Jerusalén comenzaron a acusarlo de hacer cosas muy malas. Pero no pudieron demostrar que eso fuera cierto.

8 Pablo entonces tomó la palabra para defenderse, y dijo: —Yo no he hecho nada malo contra el templo de Jerusalén, ni contra el emperador de Roma. Tampoco he desobedecido las leyes judías.

9 Como Festo quería quedar bien con los judíos, le preguntó a Pablo: —¿Te gustaría ir a Jerusalén para que yo te juzgue allá?

10 Pablo le contestó: —El tribunal del emperador de Roma está aquí, y es aquí donde debo ser juzgado. Usted sabe muy bien que yo no he hecho nada malo contra los judíos.

11 Si lo hubiera hecho, no me importaría si como castigo me mataran. Pero si lo que ellos dicen de mí no es cierto, nadie tiene derecho de entregarme a ellos. Yo pido que el emperador sea mi juez.

12 Festo se reunió con sus consejeros para hablar del asunto, y luego le dijo a Pablo: —Si quieres que el emperador sea tu juez, entonces irás a Roma.

Pablo ante el rey Agripa

13 Pasaron algunos días, y el rey Agripa y Berenice fueron a la ciudad de Cesarea para saludar al gobernador Festo.

14 Como Agripa y Berenice se quedaron allí varios días, Festo le contó al rey Agripa lo que pasaba con Pablo: —Tenemos aquí a un hombre que Félix dejó preso.

15 Cuando fui a Jerusalén, los principales sacerdotes y los líderes judíos lo acusaron formalmente. Ellos querían que yo ordenara matarlo.

16 Pero les dije que nosotros, los romanos, no acostumbramos ordenar la muerte de nadie sin que esa persona tenga la oportunidad de ver a sus acusadores y defenderse.

17 Entonces los acusadores vinieron a Cesarea y yo, sin pensarlo mucho, al día siguiente fui al tribunal y ocupé mi puesto de juez. Ordené que trajeran al hombre,

18 pero no lo acusaron de nada terrible, como yo pensaba.

19 Lo acusaban solo de cosas que tenían que ver con su religión, y de andar diciendo que un tal Jesús, que ya había muerto, había resucitado.

20 Yo no sabía qué hacer, así que le pregunté a Pablo si quería ir a Jerusalén para ser juzgado allá.

21 Pero él contestó que prefería quedarse preso hasta que el emperador lo juzgara. Entonces ordené que lo dejaran preso hasta que yo pudiera enviarlo a Roma.

22 Agripa le dijo a Festo: —Me gustaría escuchar a ese hombre. —Mañana mismo podrás oírlo —le contestó Festo.

23 Al día siguiente, Agripa y Berenice llegaron al tribunal, y con mucha pompa entraron en la sala. Iban acompañados de los jefes del ejército y de los hombres más importantes de la ciudad. Festo ordenó que trajeran a Pablo,

24 y luego dijo: —Rey Agripa, y señores que hoy nos acompañan, ¡aquí está el hombre! Muchos judíos han venido a verme aquí, en Cesarea, y allá en Jerusalén, para acusarlo de muchas cosas. Ellos quieren que yo ordene matarlo,

25 pero no creo que haya hecho algo tan malo como para merecer la muerte. Sin embargo, él ha pedido que sea el emperador quien lo juzgue, y yo he decidido enviarlo a Roma.

26 Pero no sé qué decirle al emperador acerca de él. Por eso lo he traído hoy aquí, para que ustedes, y sobre todo usted, rey Agripa, le hagan preguntas. Así sabré lo que puedo escribir en la carta que enviaré al emperador.

27 Porque no tendría sentido enviar a un preso sin decir de qué se le acusa.

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Hechos 25

Hechos 25 - Introducción

Pablo ante Festo, apela a César. (1-12) Festo consulta con Agripa respetando a Pablo. (13-27)

Hechos 25:1-12

1-12 Vean qué inquieta es la malicia. Los perseguidores consideran que es un favor peculiar tener su malicia alimentada. Predicar a Cristo, el fin de la ley, no era una ofensa contra la ley. En los tiempos de sufrimiento se pone a prueba la prudencia del pueblo del Señor, así como su paciencia; necesitan sabiduría. Los que son inocentes deben insistir en su inocencia. Pablo estaba dispuesto a acatar las normas de la ley y a dejar que ésta siguiera su curso. Si merecía la muerte, aceptaría el castigo. Pero si nada de lo que le acusaban era cierto, nadie podría entregarle con justicia. Pablo no es liberado ni condenado. Es un ejemplo de los pasos lentos que da la Providencia, por los que a menudo nos avergonzamos, tanto de nuestras esperanzas como de nuestros temores, y quedamos a la espera de Dios.

Hechos 25:13-27

13-27 Agripa tenía el gobierno de Galilea. Cuántos juicios injustos y apresurados la máxima romana, Hechos 25:16, condenan! Este pagano, guiado sólo por la luz de la naturaleza, seguía exactamente la ley y la costumbre; sin embargo, ¡cuántos cristianos no siguen las reglas de la verdad, la justicia y la caridad al juzgar a sus hermanos! Las cuestiones sobre el culto de Dios, el camino de la salvación y las verdades del Evangelio, pueden parecer dudosas y sin interés, para los hombres mundanos y los meros políticos. Ved qué poco habla este romano de Cristo, y de la gran controversia entre los judíos y los cristianos. Pero se acerca el día en que Festo y el mundo entero verán que todas las preocupaciones del imperio romano no eran más que bagatelas y sin importancia, comparadas con esta cuestión de la resurrección de Cristo. Los que han tenido medios de instrucción, y los han despreciado, se convencerán terriblemente de su pecado y de su locura. Aquí había una noble asamblea reunida para escuchar las verdades del evangelio, aunque sólo pretendían satisfacer su curiosidad asistiendo a la defensa de un prisionero. Muchos, incluso ahora, asisten a los lugares donde se escucha la palabra de Dios con "gran pompa", y con demasiada frecuencia sin mejor motivo que la curiosidad. Y aunque los ministros no se presentan ahora como prisioneros para hacer una defensa por sus vidas, sin embargo, muchos se sientan a juzgarlos, deseosos de hacerlos delincuentes por una palabra, en lugar de aprender de ellos la verdad y la voluntad de Dios, para la salvación de sus almas Pero la pompa de esta aparición fue eclipsada por la verdadera gloria del pobre prisionero en el tribunal. ¡Qué honor tenía su bella apariencia, comparado con el de la sabiduría, la gracia y la santidad de Pablo; su valor y constancia en el sufrimiento por Cristo! No es poca la misericordia de que Dios aclare nuestra justicia como la luz, y nuestros actos justos como el mediodía; de que no se nos acuse de nada seguro. Y Dios hace que hasta los enemigos de su pueblo les hagan justicia.


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Scriptures marked as “TLA” are taken from the Traducción en lenguaje actual Copyright © Sociedades Bíblicas Unidas, 2000. Used by permission. United Bible Societies y www.labibliaweb.com

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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