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Génesis 18 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Génesis 18

Dios visita a Abraham

1 Esta es la historia del día en que Dios se le apareció a Abraham cerca del bosque de Mamré. Ese día hacía tanto calor que Abraham estaba sentado a la entrada de su tienda de campaña.

2 De pronto, levantó la vista y vio a tres hombres cerca de donde él estaba. Enseguida corrió a su encuentro, y se inclinó ante ellos en señal de respeto,

3 y les dijo: —Señores, estoy para servirles. Si creen que merezco su visita, no se vayan. Quédense aquí un rato.

4 Voy a ordenar que traigan un poco de agua, para que se laven los pies y puedan descansar bajo este árbol.

5 Voy a traerles también un poco de pan, para que recobren las fuerzas y puedan seguir su camino. ¡Esta es su casa, y estoy para servirles! Los tres visitantes le contestaron: —Está muy bien. Haz todo lo que dijiste.

6 Abraham entró corriendo a la tienda donde estaba Sara, y le dijo: «¡Date prisa! Toma unos veinte kilos de la mejor harina, y ponte a hacer pan».

7 Luego fue al corral, tomó el más gordo de sus terneros, y se lo dio a un sirviente para que lo preparara enseguida.

8 Además del ternero, Abraham les ofreció a sus invitados mantequilla y leche. Mientras ellos comían, Abraham se quedó de pie bajo un árbol, atento para servirles.

9 Los visitantes le preguntaron: —¿Y dónde está tu esposa? Abraham les respondió: —Está dentro de la tienda.

10 Uno de ellos le dijo: —El año que viene volveré a visitarte, y para entonces tu esposa ya será madre de un hijo. Sara estaba a la entrada de la tienda, detrás de Abraham, escuchando lo que decían.

11 Abraham y Sara ya eran muy ancianos, y Sara no estaba ya en edad de tener hijos,

12 así que ella se rio y dijo entre dientes: «Eso sería muy bonito, pero mi esposo y yo estamos muy viejos para tener un hijo».

13 Entonces Dios le dijo a Abraham: —¿De qué se ríe Sara? ¿Acaso no cree que puede ser madre, a pesar de su edad?

14 ¿Hay algo que yo no pueda hacer? El año que viene, por estos días, volveré a visitarte, y para entonces Sara ya será madre.

15 Al oír esto, Sara sintió miedo. Por eso mintió y aseguró: —No me estaba riendo. Sin embargo, Dios le dijo: —Yo sé bien que te reíste.

Abraham ruega por Sodoma

16 Los visitantes se levantaron para seguir su camino a la ciudad de Sodoma. Abraham los acompañó por un rato para despedirlos.

17 Pero Dios pensó: «No puedo ocultarle a Abraham lo que voy a hacer,

18 porque sus descendientes formarán una nación grande y poderosa. Por medio de ellos todas las naciones de la tierra van a ser bendecidas.

19 Para eso lo elegí, para que les ordene a sus hijos y a toda su familia que me obedezcan, y que hagan lo que es bueno y justo. Si Abraham lo hace así, yo cumpliré con todo lo que le he prometido».

20 Entonces Dios le dijo a Abraham: —Ya son muchas las quejas que hay en contra de Sodoma y Gomorra. Ya es mucho lo que han pecado.

21 Iré allá y veré con mis propios ojos si es verdad todo lo que me han dicho.

22 Los visitantes de Abraham se apartaron de allí y se fueron a Sodoma. Sin embargo, Abraham se quedó ante Dios,

23 y acercándose a él le dijo: —No me digas que vas a matar a los buenos junto con los malos.

24 Supongamos que en la ciudad se encuentran cincuenta personas buenas. ¿No perdonarías, por esas cincuenta personas, a todos los que allí viven?

25 ¡Tú eres el juez de toda la tierra! ¡Tú no puedes matar a los que hacen lo bueno junto con los que hacen lo malo! ¡Tú eres un Dios justo!

26 Y Dios le contestó: —Si encuentro en Sodoma cincuenta personas buenas, por ellas perdonaré a toda la ciudad.

27 Pero Abraham volvió a decir: —Dios mío, perdona mi atrevimiento de hablar contigo, pues ante ti no soy nada.

28 Pero, ¿qué pasará si en toda la ciudad solo hay cuarenta y cinco personas buenas? ¿Destruirás de todos modos la ciudad? Dios respondió: —Si encuentro esas cuarenta y cinco personas, no la destruiré.

29 Una vez más, Abraham dijo: —¿Y qué tal si solo encuentras cuarenta? Dios le aseguró: —Por esos cuarenta, no destruiré la ciudad.

30 Pero Abraham insistió: —Dios mío, no te enojes conmigo si sigo hablando; pero, ¿qué pasará si no hay más que treinta personas buenas? Y Dios le dijo: —Si encuentro esas treinta personas, no destruiré la ciudad.

31 Abraham volvió a insistir: —Dios mío, realmente soy muy atrevido, pero ¿si solo se encuentran veinte? Dios respondió: —Hasta por esos veinte, no destruiré la ciudad.

32 De nuevo dijo Abraham: —Yo te ruego, Dios mío, que no te enojes conmigo, pero solo insistiré una vez más. ¿Y qué tal si solo se encuentran diez? Y Dios le aseguró: —Por esos diez, no destruiré la ciudad.

33 Luego de hablar con Abraham, Dios se fue de allí. Abraham, por su parte, regresó a su tienda de campaña.

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Génesis 18

Génesis 18 - Introducción

* El Señor se le aparece a Abraham. (1-8)

La incredulidad de Sara reprendida. (9-15)

Dios revela a Abraham la destrucción de Sodoma. (16-22)

La intercesión de Abraham por Sodoma. (23-33)

Génesis 18:1-8

1-8 Abraham estaba esperando para entretener a cualquier viajero cansado, ya que no se encontrarían posadas entre nosotros. Mientras Abraham estaba sentado, vio venir a tres hombres. Estos eran tres seres celestiales en cuerpos humanos. Algunos piensan que todos fueron ángeles creados; otros, que uno de ellos era el Hijo de Dios, el Ángel del pacto.

Lavar los pies es habitual en esos climas cálidos, donde solo se usan sandalias. No debemos olvidar a los extraños, ya que algunos han entretenido a los ángeles desprevenidos, Hebreos 13:2; no, el mismo Señor de los ángeles; como siempre lo hacemos, cuando por su bien entretenemos al menor de sus hermanos. Los modales alegres y complacientes en mostrar amabilidad son grandes adornos para la piedad. Aunque nuestro condescendiente Señor no garantiza visitas personales a nosotros, aun así, por su Espíritu, se para a la puerta y llama; cuando estamos inclinados a abrir, él se digna a entrar; y por sus graciosos consuelos, proporciona una rica fiesta, de la cual participamos con él, Apocalipsis 3:20.

Génesis 18:9-15

9-15 ¿Dónde está Sara tu esposa? le preguntaron. Tenga en cuenta la respuesta, en la tienda. Justo a mano, en su lugar apropiado, ocupada en las preocupaciones de su hogar. No hay nada conseguido por el artefacto. Es más probable que reciban consuelo de Dios y sus promesas, que están en su lugar y en el cumplimiento de su deber, Lucas 2:8. Somos lentos de corazón para creer, y necesitamos línea por línea con el mismo significado.

Las bendiciones que otros tienen de la providencia común, los creyentes tienen de la promesa Divina, que los hace muy dulces y muy seguros. La simiente espiritual de Abraham debe su vida, y alegría, y esperanza, y todo, a la promesa. Sarah cree que estas noticias son demasiado buenas para ser verdad; ella se rió, y por lo tanto todavía no puede encontrar en su corazón creerlo. Sarah se echó a reír. Podríamos no haber pensado que había una diferencia entre la risa de Sarah y la de Abraham, cap. Génesis 17:17; pero el que busca en el corazón, vio que uno surgió de la incredulidad y el otro de la fe. Ella negó haberse reído. Un pecado comúnmente trae a otro, y no es probable que mantengamos estrictamente la verdad cuando cuestionamos la verdad Divina. Pero a quien el Señor ama, reprenderá, convencerá, silenciará y traerá al arrepentimiento, y si pecan delante de él.

Génesis 18:16-22

16-22 Los dos que se supone que fueron creados ángeles fueron hacia Sodoma. El que se llama Jehová durante todo el capítulo, continuó con Abraham, y no le ocultó lo que pretendía hacer. Aunque Dios anhela con los pecadores, de lo que creen que el Señor no ve ni mira; pero cuando llegue el día de su ira, él mirará hacia ellos. El Señor le dará a Abraham la oportunidad de interceder con él y le mostrará la razón de su conducta.

Considere, como una parte muy brillante del carácter y ejemplo de Abraham, que no solo oró con su familia, sino que tuvo mucho cuidado de enseñarlos y gobernarlos bien. Aquellos que esperan bendiciones familiares deben tomar conciencia del deber familiar. Abraham no llenó sus cabezas con asuntos de disputa dudosa; pero él les enseñó a ser serios y devotos en la adoración a Dios, y a ser honestos en sus tratos con todos los hombres. ¡De cuán pocos se puede dar ese carácter en nuestros días! ¡Qué poco cuidado tienen los amos de las familias para castigar a los que están debajo de ellos en los principios de la religión! ¿Observamos de sábado a sábado si avanzan o retroceden?

Génesis 18:23-33

23-33  Aquí está la primera oración solemne registrada en la Biblia; y es una oración por la salvación de Sodoma. Abraham oró fervientemente para que Sodoma pudiera ser salvado, si solo se encontraran unas pocas personas justas en él. Ven y aprende de Abraham qué compasión deberíamos sentir por los pecadores y con qué fervor debemos orar por ellos. Vemos aquí que la oración eficaz y ferviente de un hombre justo vale mucho. Abraham, de hecho, falló en su solicitud de todo el lugar, pero Lot fue entregado milagrosamente. Anímate a esperar, con una oración sincera, la bendición de Dios sobre tus familias, tus amigos, tu vecindario.

Para este fin, no solo debes orar, sino que debes vivir como Abraham. Sabía que el juez de toda la tierra haría lo correcto. Él no alega que los malvados puedan ser salvados por su propio bien, o porque sería severo destruirlos, sino por el bien de los justos que podrían encontrarse entre ellos. Y la justicia solo puede hacerse una súplica ante Dios. ¿Cómo, entonces, hizo Cristo la intercesión por los transgresores? No culpando a la Ley Divina, ni alegando nada en atenuación o excusa de culpa humana; pero suplicando SU PROPIA obediencia hasta la muerte.


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Scriptures marked as “TLA” are taken from the Traducción en lenguaje actual Copyright © Sociedades Bíblicas Unidas, 2000. Used by permission. United Bible Societies y www.labibliaweb.com

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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