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2 Crónicas 33 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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2 Crónicas 33


(2 R 21.1-18)

Manasés, rey de Judá

1 Manasés comenzó a reinar a los doce años. La capital de su reino fue Jerusalén, y su reinado duró cincuenta y cinco años.

2 Manasés no obedeció a Dios, pues practicó las costumbres vergonzosas de las naciones que Dios había expulsado del territorio de los israelitas.

3 Reconstruyó los pequeños templos que su padre Ezequías había destruido, hizo imágenes de la diosa Astarté y edificó altares para adorar a Baal, y adoró a todos los astros del cielo.

4 Manasés construyó altares para esos astros en los patios del templo de Dios, aun cuando Dios había dicho que ese templo sería su casa en Jerusalén por siempre.

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6 Puso la imagen de un ídolo en el templo de Dios, practicó la hechicería y la brujería, y se hizo amigo de brujos y espiritistas. También hizo quemar a su hijo como un sacrificio en el valle de Ben-hinom. Su comportamiento fue tan malo, que Dios se enojó mucho. Dios les había dicho a David y a su hijo Salomón: «De todas las ciudades de Israel, he elegido a Jerusalén, para poner allí mi templo y vivir en él para siempre.

7

8 Si los israelitas obedecen todos los mandamientos que le di a Moisés, no los expulsaré del país que les he dado».

9 Pero los israelitas no obedecieron a Dios, y Manasés les enseñó a cometer peores pecados que los que habían cometido las naciones que Dios había destruido cuando los israelitas llegaron a la región.

10 Dios les hizo ver a Manasés y a su pueblo que estaban equivocados, pero ellos no le hicieron caso.

Castigo y arrepentimiento de Manasés

11 Entonces Dios hizo que los jefes del ejército del rey de Asiria atacaran a los israelitas. Los asirios apresaron a Manasés y lo humillaron, pues le pusieron un gancho en la nariz, lo ataron con cadenas de bronce y se lo llevaron prisionero a Babilonia.

12 Allí, mientras sufría tal humillación, Manasés le rogó a Dios que lo perdonara. Se humilló tanto delante del Dios de sus antepasados,

13 que Dios escuchó su oración y lo perdonó. Además, le permitió volver a Jerusalén para reinar sobre Judá. Solo así pudo Manasés comprender que su Dios era el Dios verdadero.

Manasés hace cambios

14 Después de esto, Manasés construyó una muralla más alta alrededor de la Ciudad de David. Esta empezaba al oeste de Guihón, pasaba por el arroyo y llegaba al Portón del Pescado, y finalmente rodeaba el monte Ófel. Luego puso a los jefes de su ejército en todas las ciudades de Judá que tenían murallas.

15 También quitó los dioses extranjeros y el ídolo que había puesto en el templo de Dios. Además, destruyó todos los altares que había construido en Jerusalén y en el cerro donde estaba el templo, y los arrojó fuera de la ciudad.

16 Manasés restauró el altar de Dios, y presentó ofrendas para pedir perdón y dar gracias a Dios. Finalmente, le ordenó a toda la gente de Judá que solamente adorara y sirviera al Dios de Israel.

17 El pueblo obedeció a Manasés, presentando ofrendas a su Dios, aunque también siguieron haciéndolo en los pequeños templos de las colinas.

Muerte de Manasés

18 La historia de Manasés está escrita en el libro de la historia de los reyes de Israel, y en la Historia de los profetas. Allí se puede leer acerca de su oración y la respuesta que Dios le dio, y también acerca de sus pecados y su desobediencia. Allí aparece la lista de los pequeños templos de las colinas, en donde edificó altares y puso imágenes de Astarté y de ídolos, y allí se narra también cómo adoró Manasés a esos ídolos, y cuáles fueron los mensajes que recibió de Dios por medio de los profetas.

19

20 Cuando Manasés murió, lo enterraron en el jardín de su palacio. Su hijo Amón reinó en su lugar.


(2 R 21.19-26)

Amón, rey de Judá

21 Amón tenía veintidós años cuando comenzó a reinar sobre Judá. La capital de su reino fue Jerusalén, y su reinado duró dos años.

22 Amón no obedeció a Dios, sino que siguió el mal ejemplo de su padre Manasés, pues adoró a los ídolos que su padre había fabricado, y les ofreció sacrificios.

23 Pero Amón no se humilló ante Dios, como lo había hecho Manasés, sino que se comportó peor aún.

24 Un día sus servidores se rebelaron contra él y lo mataron en su palacio.

25 Luego el pueblo mató a esos servidores de Amón, y puso como rey a su hijo Josías.

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2 Crónicas 33

2 Crónicas 33 - Introducción

* Manasés y el arrepentimiento. (1-20) el malvado reinado de Amón en Judá. (21-25)

2 Crónicas 33:1-20

1-20 Hemos visto la maldad de Manasés; aquí tenemos su arrepentimiento, y una instancia memorable es de las riquezas de la misericordia perdonadora de Dios y del poder de su gracia renovadora. Privado de su libertad, separado de sus malvados consejeros y compañeros, sin ninguna posibilidad de terminar sus días en una miserable prisión, Manasés pensó en lo que había pasado; comenzó a llorar por misericordia y liberación. Confesó sus pecados, se condenó a sí mismo, se humilló ante Dios y se odió a sí mismo como un monstruo de impiedad y maldad. Sin embargo, esperaba ser perdonado por la abundante misericordia del Señor. Entonces Manasés supo que Jehová era Dios, capaz de liberar. Lo conocía como un Dios de salvación; aprendió a temer, confiar, amar y obedecerle. A partir de este momento, tuvo un nuevo personaje y caminó en la novedad de la vida. ¿Quién puede decir qué torturas de conciencia, qué punzadas de dolor, qué temores de ira, qué remordimiento agonizante soportó, cuando recordó sus muchos años de apostacia y rebelión contra Dios; por haber llevado a miles al pecado y la perdición; y sobre su culpabilidad de sangre en la persecución de varios hijos de Dios? ¿Y quién puede quejarse de que el camino del cielo está bloqueado cuando ve entrar a un pecador? Di lo peor contra ti mismo, aquí hay uno tan malo que encuentra el camino al arrepentimiento. No te niegues a ti mismo lo que Dios no te ha negado; No es tu pecado, sino tu impenitencia, lo que bloquea el cielo contra ti.

2 Crónicas 33:21-25

21-25 El padre de Amon enfermó, pero lo hizo peor. Cualesquiera que fueran las advertencias o convicciones que tenía, nunca se humilló. Pronto fue cortado en sus pecados, y advirtió a todos los hombres que no abusen del ejemplo de la paciencia y la misericordia de Dios con Manasés, como un estímulo para continuar en el pecado. Que Dios nos ayude a ser honestos con nosotros mismos y a pensar correctamente respetando nuestro propio carácter, antes de que la muerte nos arregle en un estado inmutable.


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Scriptures marked as “TLA” are taken from the Traducción en lenguaje actual Copyright © Sociedades Bíblicas Unidas, 2000. Used by permission. United Bible Societies y www.labibliaweb.com

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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