2 Corintios 2 - Comentario Bíblico de Matthew Henry2 Corintios 21 Como no era mi intención ponerlos tristes, decidí mejor no ir a visitarlos. 2 Porque, si yo los pongo tristes, ¿quién me alegrará después a mí? Nadie más que ustedes. 3 Yo sabía muy bien que todos ustedes compartirían mi alegría. Pero tampoco era mi intención que ustedes me pusieran triste, cuando más bien deberían alegrarme. Por eso decidí escribirles en vez de ir a visitarlos. 4 Pero cuando les escribí, estaba yo tan triste y preocupado que hasta lloraba. No quería ponerlos tristes; más bien, quería que se dieran cuenta del gran amor que les tengo. Perdonemos al que nos ofendió5 No quiero exagerar en este asunto, pero la persona que causó mi tristeza, hasta cierto punto también causó la tristeza de todos ustedes. 6 Pero ya es suficiente con el castigo que la mayoría de ustedes le impuso. 7 Ahora deben perdonarlo y ayudarlo a sentirse bien, para que no vaya a enfermarse de tanta tristeza y remordimiento. 8 Yo les ruego que, una vez más, le muestren que lo aman. 9 La carta que les escribí era para saber si realmente están dispuestos a obedecerme en todo. 10 Yo, por mi parte, estoy dispuesto a perdonar a todo el que ustedes perdonen, suponiendo que haya algo que perdonar. Lo hago pensando en ustedes, y poniendo a Cristo como testigo. 11 Así Satanás no se aprovechará de nosotros. ¡Ya conocemos sus malas intenciones! 12 Cuando fui a la ciudad de Tróade para anunciar la buena noticia de Cristo, tuve la gran oportunidad de trabajar por el Señor en ese lugar. 13 Pero me preocupó no encontrar allí a nuestro hermano Tito. Por eso me despedí de los miembros de la iglesia en Tróade, y me fui a la región de Macedonia. Pablo da gracias a Dios14 Doy gracias a Dios porque nos hace participar del triunfo de Cristo, y porque nos permite anunciar por todas partes su mensaje, para que así todos lo reconozcan. Anunciar la buena noticia es como ir dejando por todas partes el suave aroma de un perfume. Y nosotros somos ese suave aroma que Cristo ofrece a Dios. Somos como un perfume que da vida a los que creen en Cristo. Por el contrario, para los que no creen somos como un olor mortal. ¿Quién es capaz de cumplir con la tarea que Dios nos ha dejado? 17 Algunos anuncian el mensaje de Dios solo para ganarse la vida, pero nosotros no lo hacemos así. Al contrario, Dios es testigo de que trabajamos con sinceridad y honradez, porque Dios nos envió y porque estamos muy unidos a Cristo. 2 Corintios 22 Corintios 2 - IntroducciónRazones por las que el apóstol no vino a Corinto. (1-4) Indicaciones sobre la restauración del infractor arrepentido. (5-11) Relato de sus trabajos y éxitos en la difusión del evangelio de Cristo. (12-17) 2 Corintios 2:1-41-4 El apóstol deseaba tener un encuentro alegre con ellos; y les había escrito confiando en que harían lo que era para su beneficio y su consuelo; y que, por lo tanto, se alegrarían de quitarle toda causa de inquietud. Siempre debemos dar el castigo de buena gana, incluso cuando el deber exige que se dé. 2 Corintios 2:5-115-11 El apóstol desea que reciban de nuevo en su comunión a la persona que había obrado mal, pues era consciente de su falta y estaba muy afligido por su castigo. Incluso el dolor por el pecado no debe incapacitar para otros deberes, y llevar a la desesperación. No sólo existía el peligro de que Satanás obtuviera ventaja, tentando al penitente a tener pensamientos duros de Dios y de la religión, y llevándolo así a la desesperación; sino también contra las iglesias y los ministros de Cristo, haciendo que los cristianos fueran mal vistos por ser implacables, creando así divisiones y obstaculizando el éxito del ministerio. En esto, como en otras cosas, debe usarse la sabiduría, para que no se culpe al ministerio de consentir el pecado por una parte, o de ser demasiado severo con los pecadores por otra. Satanás tiene muchos planes para engañar, y sabe hacer un mal uso de nuestros errores. 2 Corintios 2:12-1712-17 Los triunfos de un creyente son todos en Cristo. Para él sean la alabanza y la gloria de todos, mientras que el éxito del evangelio es un buen motivo de alegría y regocijo para el cristiano. En los antiguos triunfos se usaban abundantes perfumes y olores dulces; así el nombre y la salvación de Jesús, como ungüento derramado, era un dulce aroma difundido en todo lugar. Para algunos, el evangelio es un olor de muerte hasta la muerte. Lo rechazan para su ruina. Para otros, el evangelio es un olor de vida para vida: así como los vivificó al principio cuando estaban muertos en delitos y pecados, así los hace más vivos, y terminará en la vida eterna. Observad las terribles impresiones que este asunto causó en el apóstol, y que también debería causar en nosotros. La obra es grande, y de nosotros mismos no tenemos ninguna fuerza; toda nuestra suficiencia es de Dios. Pero lo que hacemos en la religión, a menos que se haga con sinceridad, como a la vista de Dios, no es de Dios, no viene de él, y no llegará a él. Que nos vigilemos cuidadosamente en este asunto; y busquemos el testimonio de nuestras conciencias, bajo la enseñanza del Espíritu Santo, de que como de sinceridad, así hablamos en Cristo y de Cristo. |
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Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit