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2 Corintios 1 - Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

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2 Corintios 1

Salutación

1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los santos que están en toda Acaya:

2 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Aflicciones de Pablo

3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,

4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.

5 Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.

6 Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos.

7 Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación.

8 Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida.

9 Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos;

10 el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte;

11 cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración, para que por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don concedido a nosotros por medio de muchos.

Por qué Pablo pospuso su visita a Corinto

12 Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros.

13 Porque no os escribimos otras cosas de las que leéis, o también entendéis; y espero que hasta el fin las entenderéis;

14 como también en parte habéis entendido que somos vuestra gloria, así como también vosotros la nuestra, para el día del Señor Jesús.

15 Con esta confianza quise ir primero a vosotros, para que tuvieseis una segunda gracia,

16 y por vosotros pasar a Macedonia, y desde Macedonia venir otra vez a vosotros, y ser encaminado por vosotros a Judea.

17 Así que, al proponerme esto, ¿usé quizá de ligereza? ¿O lo que pienso hacer, lo pienso según la carne, para que haya en mí Sí y No?

18 Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es Sí y No.

19 Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él;

20 porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.

21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios,

22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.

23 Mas yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con vosotros no he pasado todavía a Corinto.

24 No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes.

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2 Corintios 1

Saludo

1 En su saludo inicial a una iglesia en la cual se había cuestionado su autoridad apostólica, Pablo se define a sí mismo como un apóstol de Cristo Jesús. Para Pablo un apóstol era uno que había visto al Señor resucitado (1 Cor. 15:3-10; Gál. 1:15, 16), a quien el Señor le había confiado el evangelio (Gál. 1:11, 12; 2:7), y en cuyo ministerio del evangelio se hacía evidente la gracia de Dios (Rom. 1:5; 15:17-19; Gál. 2:8, 9). Fue en el camino a Damasco que Cristo comisionó a Pablo para que fuera un apóstol, y esa comisión era apoyada por la voluntad de Dios. Aquellos a quienes saluda son la iglesia de Dios que está en Corinto, lo cual refleja el hecho de que las iglesias no son solamente asambleas de individuos que piensan en forma similar, con un toque religioso, sino comunidades que pertenecen a Dios y disfrutan de una relación especial con él. Pablo incluye en el saludo a todos los santos que están en toda Acaya. Aquí la palabra santos no tiene connotación alguna de las ideas del siglo XX sobre la canonización, sino que en cambio refleja el hecho de que todos los creyentes son posesión especial de Dios. 2 Sobre todos estos Pablo invoca gracia … y paz. Por gracia él en tiende el cuidado o la ayuda de Dios; ayuda mostrada al enviar a su Hijo al mundo para nuestra salvación (cf. 8:9; Rom. 5:8) y en repetidos actos de amor, ayuda y provisión (cf. Rom. 8:32). La paz es esencialmente esa paz objetiva que Dios ganó por medio de la muerte de Cristo (cf. Ef. 2:13-18), el reconocimiento de la cual produce en nosotros la conciencia de estar bien.



Acción de gracias

3 Siguiendo la costumbre de su época, Pablo incluye una acción de gracias luego de su saludo inicial. En forma no acostumbrada, su agradecimiento se concentra no en alguna característica de los lectores que sea digna de ser destacada, sino en el Padre de misericordias y Dios de toda consolación, quien había consolado a Pablo en todas sus tribulaciones (incluyendo sufrimientos físicos, pe ligros, persecuciones y ansiedad; cf. 1:8-10; 4:7-12; 11:23-29). La consolación recibida fue algunas veces la liberación de las tribulaciones o de la ansiedad, y otras veces el aliento en medio de ellas. 4-7 Aquí Pablo habla de consolación como aliento y gracia fortalecedora en medio de los problemas. Dice que al ser consolados de esta manera por Dios, también nosotros podemos consolar a los que están en cualquier tribulación. Un ser humano no puede traer liberación divina de la tribulación a otro, pero es posible compartir con el otro el aliento recibido en medio de los problemas que uno mismo ha sufrido. (Cuando Pablo habla de las tri bulaciones de los creyentes como las aflicciones de Cristo que abundan a favor nuestro, probablemente se refiere a los sufrimientos soportados en nombre de Cristo y experimentados como parte de lo que los judíos llamaban los “dolores de parto del Mesías”, es decir, el período de tribulación que se esperaba que introdujera la era mesiánica.) Pablo alienta a sus lectores señalando que, aunque su ministerio puede haber sufrido muchos problemas, esto hizo posible que ellos compartieran la consolación de Dios. 8-11 Aquí Pablo habla de consolación como liberación de problemas. Durante su ministerio en Asia llegó a perder aun la esperanza de vivir. Algunas veces Dios permite que esto suceda para que no confiemos en nosotros mismos sino en él. Depen der de Dios en lugar de depender de la habilidad natural propia es de fundamental importancia para la vida cristiana, pero tal actitud no surge naturalmente. Muchas veces es preciso sufrir para que lleguemos a descansar en Dios. Pablo testifica que aunque Dios utilizó el sufrimiento para enseñarle esta lección, en esa ocasión él fue librado de tan terrible muerte.



Pablo defiende sus repetidos cambios de planes de viaje

12 Comienza defendiendo su integridad en general. En todo su contacto con los corintios él había actuado con sencillez [la BA, BJ y VHA, traducen en santidad] y … sinceridad, y no en sabiduría humana, sino en la gracia de Dios. Lo que Pablo quiere contrastar aquí se expresa con mayor detalle en 2:17: “No somos, como muchos, traficantes de la palabra de Dios; más bien, con since ridad y como de parte de Dios, hablamos delante de Dios en Cristo.” La sabiduría humana es la que recurre a la astucia (cf. 4:2) o a la habilidad con las palabras (cf. 1 Cor. 2:1) para impresionar al que es cucha. Un ministerio según la gracia de Dios es el que depende del poder de Dios (cf. 1 Cor. 2:2-5) para ser eficaz. 13 La integridad general de Pablo se extiende también a las cartas que escribe: Por que no os escribimos otras cosas que las que leéis y también comprendéis. El no escribía una cosa queriendo decir otra. 14 Concluye expresando la esperanza de que los corintios lleguen a reconocer que él y sus colaboradores eran personas de integridad que podían ser para ellos motivo de gloria, así como también vosotros lo seréis para nosotros en el día de nuestro Señor Jesús. Pablo esperaba gozarse en el día final en lo que Dios hubiera hecho en las vidas de sus hijos espirituales, y esperaba que en el presente ellos pudieran sentir que podían gloriarse de lo que Dios estaba haciendo en él.

15, 16 Habiendo defendido su integridad en términos generales, Pablo pasa a justificar los cambios que había hecho en sus planes de viaje. Era con una cierta confianza en el orgullo que los corintios sentían por él que había decidido cambiar los planes anunciados en 1 Cor. 16:5-7. Había cambiado esos planes para que ellos pudieran tener una segunda gracia, es decir, beneficiarse dos veces, de sus visitas en camino hacia y de vuelta de Macedonia. 17 Esa confianza en los corintios en base a la cual Pablo había cambiado sus planes aparen temente era infundada. Lo criticaron por esos cambios, a tal punto que debió preguntar: ¿ … Será que lo que quiero hacer, lo quiero según la carne; de manera que en mí haya un “sí, sí” y un “no, no”? Hacer planes según la carne implica la disposición para romper compromisos con ligereza, sin pensar demasiado en las demás partes involucradas, cambiando de “sí” a “no” sin preocuparse. El propósito de la pregunta de Pablo era el obtener de parte de sus lectores una rotunda negación de que su apóstol pudiera actuar de esa manera.

18-20 Para defender su cambio de planes Pablo atrae la atención de sus lectores hacia la naturaleza del mensaje que les predicaba: Pero Dios es fiel: Nuestra palabra para vosotros no es “sí y no”, agregando que todas las promesas de Dios son en él “sí”. En lo que a Dios concierne las promesas no se rompen arbitrariamente. Y, Pablo implica, que de la misma manera que Dios es fiel en cumplir las promesas del evangelio, así también pueden con fiar en que Pablo como predicador del evangelio no dirá una cosa sobre sus planes de viaje y luego hará otra sin una razón verdadera. 21, 22 La razón es que Dios es el que nos confirma con vosotros en Cristo. Dado que es Dios quien hace que Pablo permanezca firme, los corintios pueden saber que el Apóstol actuará en forma íntegra. Y agrega que Dios es el que nos ungió; es también quien nos ha sellado y ha puesto como garantía al Espíritu en nuestros corazones. Son todas formas de referirse a que Dios le ha dado el Espíritu a Pablo, tanto como la garantía “de lo que vamos a recibir” [DHH] (la parte que le corresponde a Pablo en la gloria venidera de Dios) como el medio por el cual Dios hace que Pablo permanezca firme, como una persona íntegra, en el presente. 23, 24 Pablo pasa a demostrar que había actuado con integridad aun cuando no pudo regresar a visitarlos como lo había prometido. La razón del cambio de planes fue por consideración a vosotros. Para que esta alusión a la acción disciplinaria no se tome en el sentido de que Pablo ejercía una tiranía espiritual sobre los corintios, él se apresura a agregar: Porque no nos estamos enseñoreando de vuestra fe. Más bien, somos colaboradores para vuestro gozo. En virtud de su fe, ellos pueden presentarse por sí mismos ante Dios, y en este sentido, no están sujetos a nadie más.



Saludo

1 En su saludo inicial a una iglesia en la cual se había cuestionado su autoridad apostólica, Pablo se define a sí mismo como un apóstol de Cristo Jesús. Para Pablo un apóstol era uno que había visto al Señor resucitado (1 Cor. 15:3-10; Gál. 1:15, 16), a quien el Señor le había confiado el evangelio (Gál. 1:11, 12; 2:7), y en cuyo ministerio del evangelio se hacía evidente la gracia de Dios (Rom. 1:5; 15:17-19; Gál. 2:8, 9). Fue en el camino a Damasco que Cristo comisionó a Pablo para que fuera un apóstol, y esa comisión era apoyada por la voluntad de Dios. Aquellos a quienes saluda son la iglesia de Dios que está en Corinto, lo cual refleja el hecho de que las iglesias no son solamente asambleas de individuos que piensan en forma similar, con un toque religioso, sino comunidades que pertenecen a Dios y disfrutan de una relación especial con él. Pablo incluye en el saludo a todos los santos que están en toda Acaya. Aquí la palabra santos no tiene connotación alguna de las ideas del siglo XX sobre la canonización, sino que en cambio refleja el hecho de que todos los creyentes son posesión especial de Dios. 2 Sobre todos estos Pablo invoca gracia … y paz. Por gracia él en tiende el cuidado o la ayuda de Dios; ayuda mostrada al enviar a su Hijo al mundo para nuestra salvación (cf. 8:9; Rom. 5:8) y en repetidos actos de amor, ayuda y provisión (cf. Rom. 8:32). La paz es esencialmente esa paz objetiva que Dios ganó por medio de la muerte de Cristo (cf. Ef. 2:13-18), el reconocimiento de la cual produce en nosotros la conciencia de estar bien.



Acción de gracias

3 Siguiendo la costumbre de su época, Pablo incluye una acción de gracias luego de su saludo inicial. En forma no acostumbrada, su agradecimiento se concentra no en alguna característica de los lectores que sea digna de ser destacada, sino en el Padre de misericordias y Dios de toda consolación, quien había consolado a Pablo en todas sus tribulaciones (incluyendo sufrimientos físicos, pe ligros, persecuciones y ansiedad; cf. 1:8-10; 4:7-12; 11:23-29). La consolación recibida fue algunas veces la liberación de las tribulaciones o de la ansiedad, y otras veces el aliento en medio de ellas. 4-7 Aquí Pablo habla de consolación como aliento y gracia fortalecedora en medio de los problemas. Dice que al ser consolados de esta manera por Dios, también nosotros podemos consolar a los que están en cualquier tribulación. Un ser humano no puede traer liberación divina de la tribulación a otro, pero es posible compartir con el otro el aliento recibido en medio de los problemas que uno mismo ha sufrido. (Cuando Pablo habla de las tri bulaciones de los creyentes como las aflicciones de Cristo que abundan a favor nuestro, probablemente se refiere a los sufrimientos soportados en nombre de Cristo y experimentados como parte de lo que los judíos llamaban los “dolores de parto del Mesías”, es decir, el período de tribulación que se esperaba que introdujera la era mesiánica.) Pablo alienta a sus lectores señalando que, aunque su ministerio puede haber sufrido muchos problemas, esto hizo posible que ellos compartieran la consolación de Dios. 8-11 Aquí Pablo habla de consolación como liberación de problemas. Durante su ministerio en Asia llegó a perder aun la esperanza de vivir. Algunas veces Dios permite que esto suceda para que no confiemos en nosotros mismos sino en él. Depen der de Dios en lugar de depender de la habilidad natural propia es de fundamental importancia para la vida cristiana, pero tal actitud no surge naturalmente. Muchas veces es preciso sufrir para que lleguemos a descansar en Dios. Pablo testifica que aunque Dios utilizó el sufrimiento para enseñarle esta lección, en esa ocasión él fue librado de tan terrible muerte.



Pablo defiende sus repetidos cambios de planes de viaje

12 Comienza defendiendo su integridad en general. En todo su contacto con los corintios él había actuado con sencillez [la BA, BJ y VHA, traducen en santidad] y … sinceridad, y no en sabiduría humana, sino en la gracia de Dios. Lo que Pablo quiere contrastar aquí se expresa con mayor detalle en 2:17: “No somos, como muchos, traficantes de la palabra de Dios; más bien, con since ridad y como de parte de Dios, hablamos delante de Dios en Cristo.” La sabiduría humana es la que recurre a la astucia (cf. 4:2) o a la habilidad con las palabras (cf. 1 Cor. 2:1) para impresionar al que es cucha. Un ministerio según la gracia de Dios es el que depende del poder de Dios (cf. 1 Cor. 2:2-5) para ser eficaz. 13 La integridad general de Pablo se extiende también a las cartas que escribe: Por que no os escribimos otras cosas que las que leéis y también comprendéis. El no escribía una cosa queriendo decir otra. 14 Concluye expresando la esperanza de que los corintios lleguen a reconocer que él y sus colaboradores eran personas de integridad que podían ser para ellos motivo de gloria, así como también vosotros lo seréis para nosotros en el día de nuestro Señor Jesús. Pablo esperaba gozarse en el día final en lo que Dios hubiera hecho en las vidas de sus hijos espirituales, y esperaba que en el presente ellos pudieran sentir que podían gloriarse de lo que Dios estaba haciendo en él.

15, 16 Habiendo defendido su integridad en términos generales, Pablo pasa a justificar los cambios que había hecho en sus planes de viaje. Era con una cierta confianza en el orgullo que los corintios sentían por él que había decidido cambiar los planes anunciados en 1 Cor. 16:5-7. Había cambiado esos planes para que ellos pudieran tener una segunda gracia, es decir, beneficiarse dos veces, de sus visitas en camino hacia y de vuelta de Macedonia. 17 Esa confianza en los corintios en base a la cual Pablo había cambiado sus planes aparen temente era infundada. Lo criticaron por esos cambios, a tal punto que debió preguntar: ¿ … Será que lo que quiero hacer, lo quiero según la carne; de manera que en mí haya un “sí, sí” y un “no, no”? Hacer planes según la carne implica la disposición para romper compromisos con ligereza, sin pensar demasiado en las demás partes involucradas, cambiando de “sí” a “no” sin preocuparse. El propósito de la pregunta de Pablo era el obtener de parte de sus lectores una rotunda negación de que su apóstol pudiera actuar de esa manera.

18-20 Para defender su cambio de planes Pablo atrae la atención de sus lectores hacia la naturaleza del mensaje que les predicaba: Pero Dios es fiel: Nuestra palabra para vosotros no es “sí y no”, agregando que todas las promesas de Dios son en él “sí”. En lo que a Dios concierne las promesas no se rompen arbitrariamente. Y, Pablo implica, que de la misma manera que Dios es fiel en cumplir las promesas del evangelio, así también pueden con fiar en que Pablo como predicador del evangelio no dirá una cosa sobre sus planes de viaje y luego hará otra sin una razón verdadera. 21, 22 La razón es que Dios es el que nos confirma con vosotros en Cristo. Dado que es Dios quien hace que Pablo permanezca firme, los corintios pueden saber que el Apóstol actuará en forma íntegra. Y agrega que Dios es el que nos ungió; es también quien nos ha sellado y ha puesto como garantía al Espíritu en nuestros corazones. Son todas formas de referirse a que Dios le ha dado el Espíritu a Pablo, tanto como la garantía “de lo que vamos a recibir” [DHH] (la parte que le corresponde a Pablo en la gloria venidera de Dios) como el medio por el cual Dios hace que Pablo permanezca firme, como una persona íntegra, en el presente. 23, 24 Pablo pasa a demostrar que había actuado con integridad aun cuando no pudo regresar a visitarlos como lo había prometido. La razón del cambio de planes fue por consideración a vosotros. Para que esta alusión a la acción disciplinaria no se tome en el sentido de que Pablo ejercía una tiranía espiritual sobre los corintios, él se apresura a agregar: Porque no nos estamos enseñoreando de vuestra fe. Más bien, somos colaboradores para vuestro gozo. En virtud de su fe, ellos pueden presentarse por sí mismos ante Dios, y en este sentido, no están sujetos a nadie más.



Saludo

1 En su saludo inicial a una iglesia en la cual se había cuestionado su autoridad apostólica, Pablo se define a sí mismo como un apóstol de Cristo Jesús. Para Pablo un apóstol era uno que había visto al Señor resucitado (1 Cor. 15:3-10; Gál. 1:15, 16), a quien el Señor le había confiado el evangelio (Gál. 1:11, 12; 2:7), y en cuyo ministerio del evangelio se hacía evidente la gracia de Dios (Rom. 1:5; 15:17-19; Gál. 2:8, 9). Fue en el camino a Damasco que Cristo comisionó a Pablo para que fuera un apóstol, y esa comisión era apoyada por la voluntad de Dios. Aquellos a quienes saluda son la iglesia de Dios que está en Corinto, lo cual refleja el hecho de que las iglesias no son solamente asambleas de individuos que piensan en forma similar, con un toque religioso, sino comunidades que pertenecen a Dios y disfrutan de una relación especial con él. Pablo incluye en el saludo a todos los santos que están en toda Acaya. Aquí la palabra santos no tiene connotación alguna de las ideas del siglo XX sobre la canonización, sino que en cambio refleja el hecho de que todos los creyentes son posesión especial de Dios. 2 Sobre todos estos Pablo invoca gracia … y paz. Por gracia él en tiende el cuidado o la ayuda de Dios; ayuda mostrada al enviar a su Hijo al mundo para nuestra salvación (cf. 8:9; Rom. 5:8) y en repetidos actos de amor, ayuda y provisión (cf. Rom. 8:32). La paz es esencialmente esa paz objetiva que Dios ganó por medio de la muerte de Cristo (cf. Ef. 2:13-18), el reconocimiento de la cual produce en nosotros la conciencia de estar bien.



Acción de gracias

3 Siguiendo la costumbre de su época, Pablo incluye una acción de gracias luego de su saludo inicial. En forma no acostumbrada, su agradecimiento se concentra no en alguna característica de los lectores que sea digna de ser destacada, sino en el Padre de misericordias y Dios de toda consolación, quien había consolado a Pablo en todas sus tribulaciones (incluyendo sufrimientos físicos, pe ligros, persecuciones y ansiedad; cf. 1:8-10; 4:7-12; 11:23-29). La consolación recibida fue algunas veces la liberación de las tribulaciones o de la ansiedad, y otras veces el aliento en medio de ellas. 4-7 Aquí Pablo habla de consolación como aliento y gracia fortalecedora en medio de los problemas. Dice que al ser consolados de esta manera por Dios, también nosotros podemos consolar a los que están en cualquier tribulación. Un ser humano no puede traer liberación divina de la tribulación a otro, pero es posible compartir con el otro el aliento recibido en medio de los problemas que uno mismo ha sufrido. (Cuando Pablo habla de las tri bulaciones de los creyentes como las aflicciones de Cristo que abundan a favor nuestro, probablemente se refiere a los sufrimientos soportados en nombre de Cristo y experimentados como parte de lo que los judíos llamaban los “dolores de parto del Mesías”, es decir, el período de tribulación que se esperaba que introdujera la era mesiánica.) Pablo alienta a sus lectores señalando que, aunque su ministerio puede haber sufrido muchos problemas, esto hizo posible que ellos compartieran la consolación de Dios. 8-11 Aquí Pablo habla de consolación como liberación de problemas. Durante su ministerio en Asia llegó a perder aun la esperanza de vivir. Algunas veces Dios permite que esto suceda para que no confiemos en nosotros mismos sino en él. Depen der de Dios en lugar de depender de la habilidad natural propia es de fundamental importancia para la vida cristiana, pero tal actitud no surge naturalmente. Muchas veces es preciso sufrir para que lleguemos a descansar en Dios. Pablo testifica que aunque Dios utilizó el sufrimiento para enseñarle esta lección, en esa ocasión él fue librado de tan terrible muerte.



Pablo defiende sus repetidos cambios de planes de viaje

12 Comienza defendiendo su integridad en general. En todo su contacto con los corintios él había actuado con sencillez [la BA, BJ y VHA, traducen en santidad] y … sinceridad, y no en sabiduría humana, sino en la gracia de Dios. Lo que Pablo quiere contrastar aquí se expresa con mayor detalle en 2:17: “No somos, como muchos, traficantes de la palabra de Dios; más bien, con since ridad y como de parte de Dios, hablamos delante de Dios en Cristo.” La sabiduría humana es la que recurre a la astucia (cf. 4:2) o a la habilidad con las palabras (cf. 1 Cor. 2:1) para impresionar al que es cucha. Un ministerio según la gracia de Dios es el que depende del poder de Dios (cf. 1 Cor. 2:2-5) para ser eficaz. 13 La integridad general de Pablo se extiende también a las cartas que escribe: Por que no os escribimos otras cosas que las que leéis y también comprendéis. El no escribía una cosa queriendo decir otra. 14 Concluye expresando la esperanza de que los corintios lleguen a reconocer que él y sus colaboradores eran personas de integridad que podían ser para ellos motivo de gloria, así como también vosotros lo seréis para nosotros en el día de nuestro Señor Jesús. Pablo esperaba gozarse en el día final en lo que Dios hubiera hecho en las vidas de sus hijos espirituales, y esperaba que en el presente ellos pudieran sentir que podían gloriarse de lo que Dios estaba haciendo en él.

15, 16 Habiendo defendido su integridad en términos generales, Pablo pasa a justificar los cambios que había hecho en sus planes de viaje. Era con una cierta confianza en el orgullo que los corintios sentían por él que había decidido cambiar los planes anunciados en 1 Cor. 16:5-7. Había cambiado esos planes para que ellos pudieran tener una segunda gracia, es decir, beneficiarse dos veces, de sus visitas en camino hacia y de vuelta de Macedonia. 17 Esa confianza en los corintios en base a la cual Pablo había cambiado sus planes aparen temente era infundada. Lo criticaron por esos cambios, a tal punto que debió preguntar: ¿ … Será que lo que quiero hacer, lo quiero según la carne; de manera que en mí haya un “sí, sí” y un “no, no”? Hacer planes según la carne implica la disposición para romper compromisos con ligereza, sin pensar demasiado en las demás partes involucradas, cambiando de “sí” a “no” sin preocuparse. El propósito de la pregunta de Pablo era el obtener de parte de sus lectores una rotunda negación de que su apóstol pudiera actuar de esa manera.

18-20 Para defender su cambio de planes Pablo atrae la atención de sus lectores hacia la naturaleza del mensaje que les predicaba: Pero Dios es fiel: Nuestra palabra para vosotros no es “sí y no”, agregando que todas las promesas de Dios son en él “sí”. En lo que a Dios concierne las promesas no se rompen arbitrariamente. Y, Pablo implica, que de la misma manera que Dios es fiel en cumplir las promesas del evangelio, así también pueden con fiar en que Pablo como predicador del evangelio no dirá una cosa sobre sus planes de viaje y luego hará otra sin una razón verdadera. 21, 22 La razón es que Dios es el que nos confirma con vosotros en Cristo. Dado que es Dios quien hace que Pablo permanezca firme, los corintios pueden saber que el Apóstol actuará en forma íntegra. Y agrega que Dios es el que nos ungió; es también quien nos ha sellado y ha puesto como garantía al Espíritu en nuestros corazones. Son todas formas de referirse a que Dios le ha dado el Espíritu a Pablo, tanto como la garantía “de lo que vamos a recibir” [DHH] (la parte que le corresponde a Pablo en la gloria venidera de Dios) como el medio por el cual Dios hace que Pablo permanezca firme, como una persona íntegra, en el presente. 23, 24 Pablo pasa a demostrar que había actuado con integridad aun cuando no pudo regresar a visitarlos como lo había prometido. La razón del cambio de planes fue por consideración a vosotros. Para que esta alusión a la acción disciplinaria no se tome en el sentido de que Pablo ejercía una tiranía espiritual sobre los corintios, él se apresura a agregar: Porque no nos estamos enseñoreando de vuestra fe. Más bien, somos colaboradores para vuestro gozo. En virtud de su fe, ellos pueden presentarse por sí mismos ante Dios, y en este sentido, no están sujetos a nadie más.




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