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Levítico 16 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Levítico 16

El día de la expiación

1 Habló Jehová a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de Jehová, y murieron.

2 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio.

3 Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto.

4 Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua.

5 Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos para expiación, y un carnero para holocausto.

6 Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa.

7 Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante de Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión.

8 Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por Jehová, y otra suerte por Azazel.

9 Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y lo ofrecerá en expiación.

10 Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto.

11 Y hará traer Aarón el becerro que era para expiación suya, y hará la reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo.

12 Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de delante de Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y lo llevará detrás del velo.

13 Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera.

14 Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo hacia el propiciatorio al lado oriental; hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre.

15 Después degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio.

16 Así purificará el santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel, de sus rebeliones y de todos sus pecados; de la misma manera hará también al tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en medio de sus impurezas.

17 Ningún hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a hacer la expiación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la congregación de Israel.

18 Y saldrá al altar que está delante de Jehová, y lo expiará, y tomará de la sangre del becerro y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor.

19 Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel.

20 Cuando hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión y el altar, hará traer el macho cabrío vivo;

21 y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto.

22 Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir al macho cabrío por el desierto.

23 Después vendrá Aarón al tabernáculo de reunión, y se quitará las vestiduras de lino que había vestido para entrar en el santuario, y las pondrá allí.

24 Lavará luego su cuerpo con agua en el lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos saldrá, y hará su holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la expiación por sí y por el pueblo.

25 Y quemará en el altar la grosura del sacrificio por el pecado.

26 El que hubiere llevado el macho cabrío a Azazel, lavará sus vestidos, lavará también con agua su cuerpo, y después entrará en el campamento.

27 Y sacarán fuera del campamento el becerro y el macho cabrío inmolados por el pecado, cuya sangre fue llevada al santuario para hacer la expiación; y quemarán en el fuego su piel, su carne y su estiércol.

28 El que los quemare lavará sus vestidos, lavará también su cuerpo con agua, y después podrá entrar en el campamento.

29 Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez días del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros.

30 Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová.

31 Día de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas; es estatuto perpetuo.

32 Hará la expiación el sacerdote que fuere ungido y consagrado para ser sacerdote en lugar de su padre; y se vestirá las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas.

33 Y hará la expiación por el santuario santo, y el tabernáculo de reunión; también hará expiación por el altar, por los sacerdotes y por todo el pueblo de la congregación.

34 Y esto tendréis como estatuto perpetuo, para hacer expiación una vez al año por todos los pecados de Israel. Y Moisés lo hizo como Jehová le mandó.

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Levítico 16

Levítico 16 - Introducción

* El gran día de la expiación. (1-14) Los sacrificios en él, El chivo expiatorio. (15-34)

Levítico 16:1-14

1-14 Sin entrar en detalles de los sacrificios en el gran día de la expiación, podemos notar que iba a ser un estatuto para siempre, hasta que esa dispensación haya terminado. Mientras pecamos continuamente, necesitamos continuamente la expiación. La ley de afligir nuestras almas por el pecado, es una estatua que continuará vigente hasta que lleguemos donde todas las lágrimas, incluso las de arrepentimiento, serán borradas de nuestros ojos. El apóstol lo observa como una prueba de que los sacrificios no podían quitar el pecado, y limpiar la conciencia de ello, que en ellos había un recuerdo hecho del pecado cada año, el día de la expiación, Hebreos 10:1 ; Hebreos 10:3. La repetición de los sacrificios, mostró que había en ellos pero un esfuerzo débil para hacer expiación; esto solo se puede hacer ofreciendo el cuerpo de Cristo de una vez por todas; y ese sacrificio no necesitaba ser repetido.

Levítico 16:15-34

15-34 Aquí están tipificados los dos grandes privilegios del evangelio, la remisión del pecado y el acceso a Dios, los cuales le debemos a nuestro Señor Jesús. Ver la expiación de la culpa. Cristo es tanto el Hacedor como la Materia de la expiación; porque él es el Sacerdote, el Sumo Sacerdote, que hace la reconciliación por los pecados del pueblo. Y como Cristo es el Sumo Sacerdote, así es el sacrificio con el cual se hace la expiación; porque él es todo en nuestra reconciliación con Dios. Así fue imaginado por las dos cabras. La cabra asesinada era un tipo de Cristo que moría por nuestros pecados; el chivo expiatorio es un tipo de Cristo resucitando para nuestra justificación. Se dice que la expiación se completa poniendo los pecados de Israel sobre la cabeza de la cabra, que fue enviada a un desierto, una tierra no habitada; y el envío de la cabra representaba la remisión libre y completa de sus pecados. Llevará sobre él todas sus iniquidades. Así, Cristo, el Cordero de Dios, quita el pecado del mundo, asumiéndolo sobre sí mismo, Juan 1:29. La entrada al cielo, que Cristo hizo para nosotros, fue tipificada por la entrada del sumo sacerdote al lugar santísimo. Ver Hebreos 9:7. El sumo sacerdote debía volver a salir; pero nuestro Señor Jesús vive siempre, intercediendo, y siempre aparece en la presencia de Dios para nosotros. Aquí están tipificados los dos grandes deberes evangélicos de la fe y el arrepentimiento. Por fe ponemos nuestras manos sobre la cabeza de la ofrenda; confiando en Cristo como el Señor, nuestra justicia, suplicando su satisfacción, como aquello que solo es capaz de expiar nuestros pecados, y procurarnos un perdón. Por arrepentimiento afligimos nuestras almas; no solo ayunando por un tiempo de las delicias del cuerpo, sino que sufriendo internamente por el pecado y viviendo una vida de abnegación, asegurándonos a nosotros mismos que si confesamos nuestros pecados, Dios es fiel y nos perdona nuestros pecados, y para limpiarnos de toda injusticia. Por la expiación obtenemos descanso para nuestras almas y todas las gloriosas libertades de los hijos de Dios. Pecador, aplica la sangre de Cristo de manera efectiva en tu alma, o de lo contrario nunca podrás mirar a Dios a la cara con ningún consuelo o aceptación. Toma esta sangre de Cristo, aplícala por fe y mira cómo expia con Dios.


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Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Copyright © 1960 by American Bible Society

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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