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Juan 7 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Juan 7

Incredulidad de los hermanos de Jesús

1 Después de estas cosas, andaba Jesús en Galilea; pues no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle.

2 Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos;

3 y le dijeron sus hermanos: Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces.

4 Porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo.

5 Porque ni aun sus hermanos creían en él.

6 Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún no ha llegado, mas vuestro tiempo siempre está presto.

7 No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas.

8 Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todavía a esa fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido.

9 Y habiéndoles dicho esto, se quedó en Galilea.

Jesús en la fiesta de los tabernáculos

10 Pero después que sus hermanos habían subido, entonces él también subió a la fiesta, no abiertamente, sino como en secreto.

11 Y le buscaban los judíos en la fiesta, y decían: ¿Dónde está aquel?

12 Y había gran murmullo acerca de él entre la multitud, pues unos decían: Es bueno; pero otros decían: No, sino que engaña al pueblo.

13 Pero ninguno hablaba abiertamente de él, por miedo a los judíos.

14 Mas a la mitad de la fiesta subió Jesús al templo, y enseñaba.

15 Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe este letras, sin haber estudiado?

16 Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.

17 El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.

18 El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envió, este es verdadero, y no hay en él injusticia.

19 ¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? ¿Por qué procuráis matarme?

20 Respondió la multitud y dijo: Demonio tienes; ¿quién procura matarte?

21 Jesús respondió y les dijo: Una obra hice, y todos os maravilláis.

22 Por cierto, Moisés os dio la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres); y en el día de reposo circuncidáis al hombre.

23 Si recibe el hombre la circuncisión en el día de reposo, para que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en el día de reposo sané completamente a un hombre?

24 No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.

¿Es este el Cristo?

25 Decían entonces unos de Jerusalén: ¿No es este a quien buscan para matarle?

26 Pues mirad, habla públicamente, y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido en verdad los gobernantes que este es el Cristo?

27 Pero este, sabemos de dónde es; mas cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde sea.

28 Jesús entonces, enseñando en el templo, alzó la voz y dijo: A mí me conocéis, y sabéis de dónde soy; y no he venido de mí mismo, pero el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis.

29 Pero yo le conozco, porque de él procedo, y él me envió.

30 Entonces procuraban prenderle; pero ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora.

31 Y muchos de la multitud creyeron en él, y decían: El Cristo, cuando venga, ¿hará más señales que las que este hace?

Los fariseos envían alguaciles para prender a Jesús

32 Los fariseos oyeron a la gente que murmuraba de él estas cosas; y los principales sacerdotes y los fariseos enviaron alguaciles para que le prendiesen.

33 Entonces Jesús dijo: Todavía un poco de tiempo estaré con vosotros, e iré al que me envió.

34 Me buscaréis, y no me hallaréis; y a donde yo estaré, vosotros no podréis venir.

35 Entonces los judíos dijeron entre sí: ¿Adónde se irá este, que no le hallemos? ¿Se irá a los dispersos entre los griegos, y enseñará a los griegos?

36 ¿Qué significa esto que dijo: Me buscaréis, y no me hallaréis; y a donde yo estaré, vosotros no podréis venir?

Ríos de agua viva

37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.

División entre la gente

40 Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, decían: Verdaderamente este es el profeta.

41 Otros decían: Este es el Cristo. Pero algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo?

42 ¿No dice la Escritura que del linaje de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Cristo?

43 Hubo entonces disensión entre la gente a causa de él.

44 Y algunos de ellos querían prenderle; pero ninguno le echó mano.

¡Nunca ha hablado hombre así!

45 Los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y a los fariseos; y estos les dijeron: ¿Por qué no le habéis traído?

46 Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!

47 Entonces los fariseos les respondieron: ¿También vosotros habéis sido engañados?

48 ¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes, o de los fariseos?

49 Mas esta gente que no sabe la ley, maldita es.

50 Les dijo Nicodemo, el que vino a él de noche, el cual era uno de ellos:

51 ¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho?

52 Respondieron y le dijeron: ¿Eres tú también galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta.

La mujer adúltera

53 Cada uno se fue a su casa;

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Juan 7

Juan 7 - Introducción

Cristo va a la fiesta de los tabernáculos. (1-13) Su discurso en la fiesta. (14-39) La gente discute sobre Cristo. (40-53)

Juan 7:1-13

1-13Los hermanos o parientes de Jesús se disgustaron cuando vieron que no había ninguna perspectiva de ventajas mundanas por parte de él. Los hombres impíos a veces se comprometen a aconsejar a los que están empleados en la obra de Dios; pero sólo aconsejan lo que parece que puede promover las ventajas presentes. El pueblo discrepaba sobre su doctrina y sus milagros, mientras que los que le favorecían no se atrevían a confesar abiertamente sus sentimientos. Los que consideran a los predicadores del Evangelio como engañadores, hablan abiertamente, mientras que muchos de los que los favorecen, temen ser reprobados al manifestar su respeto por ellos.

Juan 7:14-24

14-24 Todo ministro fiel puede adoptar humildemente las palabras de Cristo. Su doctrina no es su propio hallazgo, sino que proviene de la palabra de Dios, mediante la enseñanza de su Espíritu. Y en medio de las disputas que perturban al mundo, si algún hombre, de cualquier nación, busca hacer la voluntad de Dios, sabrá si la doctrina es de Dios, o si los hombres hablan de sí mismos. Sólo los que odian la verdad se entregarán a errores que serán fatales. Seguramente era tan conveniente para el designio del sábado devolver la salud a los afligidos, como administrar un rito externo. Jesús les dijo que decidieran sobre su conducta de acuerdo con el significado espiritual de la ley divina. No debemos juzgar a nadie por su apariencia externa, sino por su valor, y por los dones y las gracias del Espíritu de Dios en él.

Juan 7:25-30

25-30 Cristo proclamó en voz alta que estaban equivocados en sus ideas sobre su origen. Él fue enviado por Dios, que se mostró fiel a sus promesas. Esta declaración de que no conocían a Dios, con su pretensión de conocimiento peculiar, provocó a los oyentes; y trataron de apoderarse de él, pero Dios puede atar las manos de los hombres, aunque no convierta sus corazones.

Juan 7:31-36

31-36 Los discursos de Jesús convencieron a muchos de que él era el Mesías; pero no tuvieron el valor de reconocerlo. Es un consuelo para los que están en el mundo, pero no son de él, y por lo tanto son odiados por él y están cansados de él, que no estarán en él siempre, que no estarán en él mucho tiempo. Siendo nuestros días malos, es bueno que sean pocos. Los días de la vida y de la gracia no duran mucho; y los pecadores, cuando estén en la miseria, se alegrarán de la ayuda que ahora desprecian. Los hombres discuten sobre estos dichos, pero el acontecimiento los explicará.

Juan 7:37-39

37-39 El último día de la fiesta de los tabernáculos, los judíos sacaban agua y la derramaban ante el Señor. Se supone que Cristo aludió a esto. Si alguien desea ser verdaderamente y para siempre feliz, que se dirija a Cristo y sea gobernado por él. Esta sed significa fuertes deseos de bendiciones espirituales, que ninguna otra cosa puede satisfacer; así que las influencias santificadoras y reconfortantes del Espíritu Santo, se referían a las aguas que Jesús les pedía que vinieran a Él y bebieran. El consuelo fluye abundante y constantemente como un río; fuerte como una corriente para derribar la oposición de las dudas y los temores. Hay una plenitud en Cristo, de gracia por gracia. El Espíritu que mora y obra en los creyentes es como una fuente de agua viva y corriente, de la que brotan abundantes arroyos que refrescan y limpian como el agua. No esperamos los dones milagrosos del Espíritu Santo, pero podemos solicitar sus influencias más comunes y más valiosas. Estas corrientes han fluido desde nuestro Redentor glorificado, hasta esta época, y hasta los rincones más remotos de la tierra. Que estemos ansiosos por darlas a conocer a los demás.

Juan 7:40-53

40-53 La malicia de los enemigos de Cristo es siempre contraria a la razón, y a veces no se puede explicar su permanencia. Nunca ningún hombre habló con la sabiduría, el poder y la gracia, la claridad convincente y la dulzura con que habló Cristo. Ay, que muchos, que por un tiempo son refrenados, y que hablan muy bien de la palabra de Jesús, rápidamente pierden sus convicciones, y siguen en sus pecados. La gente se deja llevar tontamente por motivos externos en asuntos de importancia eterna, y está dispuesta incluso a ser condenada por la moda. Así como la sabiduría de Dios a menudo elige cosas que los hombres desprecian, la insensatez de los hombres comúnmente desprecia a aquellos que Dios ha elegido. El Señor saca adelante a sus discípulos débiles y tímidos, y a veces se sirve de ellos para derrotar los designios de sus enemigos.


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Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Copyright © 1960 by American Bible Society

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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