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Jeremías 52 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Jeremías 52

Reinado de Sedequías
(2 R. 24.18-20; 2 Cr. 36.11-16)

1 Era Sedequías de edad de veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. Su madre se llamaba Hamutal, hija de Jeremías de Libna.

2 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todo lo que hizo Joacim.

3 Y a causa de la ira de Jehová contra Jerusalén y Judá, llegó a echarlos de su presencia. Y se rebeló Sedequías contra el rey de Babilonia.

Caída de Jerusalén
(2 R. 24.20—25.7; Jer. 39.1-7)

4 Aconteció, por tanto, a los nueve años de su reinado, en el mes décimo, a los diez días del mes, que vino Nabucodonosor rey de Babilonia, él y todo su ejército, contra Jerusalén, y acamparon contra ella, y de todas partes edificaron contra ella baluartes.

5 Y estuvo sitiada la ciudad hasta el undécimo año del rey Sedequías.

6 En el mes cuarto, a los nueve días del mes, prevaleció el hambre en la ciudad, hasta no haber pan para el pueblo.

7 Y fue abierta una brecha en el muro de la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron, y salieron de la ciudad de noche por el camino de la puerta entre los dos muros que había cerca del jardín del rey, y se fueron por el camino del Arabá, estando aún los caldeos junto a la ciudad alrededor.

8 Y el ejército de los caldeos siguió al rey, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; y lo abandonó todo su ejército.

9 Entonces prendieron al rey, y le hicieron venir al rey de Babilonia, a Ribla en tierra de Hamat, donde pronunció sentencia contra él.

10 Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías delante de sus ojos, y también degolló en Ribla a todos los príncipes de Judá.

11 No obstante, el rey de Babilonia sólo le sacó los ojos a Sedequías, y le ató con grillos, y lo hizo llevar a Babilonia; y lo puso en la cárcel hasta el día en que murió.

Cautividad de Judá
(2 R. 25.8-21; 2 Cr. 36.17-21; Jer. 39.8-10)

12 Y en el mes quinto, a los diez días del mes, que era el año diecinueve del reinado de Nabucodonosor rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán capitán de la guardia, que solía estar delante del rey de Babilonia.

13 Y quemó la casa de Jehová, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén; y destruyó con fuego todo edificio grande.

14 Y todo el ejército de los caldeos, que venía con el capitán de la guardia, destruyó todos los muros en derredor de Jerusalén.

15 E hizo transportar Nabuzaradán capitán de la guardia a los pobres del pueblo, y a toda la otra gente del pueblo que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia, y a todo el resto de la multitud del pueblo.

16 Mas de los pobres del país dejó Nabuzaradán capitán de la guardia para viñadores y labradores.

17 Y los caldeos quebraron las columnas de bronce que estaban en la casa de Jehová, y las basas, y el mar de bronce que estaba en la casa de Jehová, y llevaron todo el bronce a Babilonia.

18 Se llevaron también los calderos, las palas, las despabiladeras, los tazones, las cucharas, y todos los utensilios de bronce con que se ministraba,

19 y los incensarios, tazones, copas, ollas, candeleros, escudillas y tazas; lo de oro por oro, y lo de plata por plata, se llevó el capitán de la guardia.

20 Las dos columnas, un mar, y los doce bueyes de bronce que estaban debajo de las basas, que había hecho el rey Salomón en la casa de Jehová; el peso del bronce de todo esto era incalculable.

21 En cuanto a las columnas, la altura de cada columna era de dieciocho codos, y un cordón de doce codos la rodeaba; y su espesor era de cuatro dedos, y eran huecas.

22 Y el capitel de bronce que había sobre ella era de una altura de cinco codos, con una red y granadas alrededor del capitel, todo de bronce; y lo mismo era lo de la segunda columna con sus granadas.

23 Había noventa y seis granadas en cada hilera; todas ellas eran ciento sobre la red alrededor.

24 Tomó también el capitán de la guardia a Seraías el principal sacerdote, a Sofonías el segundo sacerdote, y tres guardas del atrio.

25 Y de la ciudad tomó a un oficial que era capitán de los hombres de guerra, a siete hombres de los consejeros íntimos del rey, que estaban en la ciudad, y al principal secretario de la milicia, que pasaba revista al pueblo de la tierra para la guerra, y sesenta hombres del pueblo que se hallaron dentro de la ciudad.

26 Los tomó, pues, Nabuzaradán capitán de la guardia, y los llevó al rey de Babilonia en Ribla.

27 Y el rey de Babilonia los hirió, y los mató en Ribla en tierra de Hamat. Así Judá fue transportada de su tierra.

28 Este es el pueblo que Nabucodonosor llevó cautivo: En el año séptimo, a tres mil veintitrés hombres de Judá.

29 En el año dieciocho de Nabucodonosor él llevó cautivas de Jerusalén a ochocientas treinta y dos personas.

30 El año veintitrés de Nabucodonosor, Nabuzaradán capitán de la guardia llevó cautivas a setecientas cuarenta y cinco personas de los hombres de Judá; todas las personas en total fueron cuatro mil seiscientas.

Joaquín es libertado y recibe honores en Babilonia
(2 R. 25.27-30)

31 Y sucedió que en el año treinta y siete del cautiverio de Joaquín rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veinticinco días del mes, Evil-merodac rey de Babilonia, en el año primero de su reinado, alzó la cabeza de Joaquín rey de Judá y lo sacó de la cárcel.

32 Y habló con él amigablemente, e hizo poner su trono sobre los tronos de los reyes que estaban con él en Babilonia.

33 Le hizo mudar también los vestidos de prisionero, y comía pan en la mesa del rey siempre todos los días de su vida.

34 Y continuamente se le daba una ración de parte del rey de Babilonia, cada día durante todos los días de su vida, hasta el día de su muerte.

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Jeremías 52

Jeremias 52 - Introducción

* El destino de Sedequías. (1-11) La destrucción de Jerusalén. (12-23) Las cautividades. (24-30) El avance de Joaquín. (31-34)

Jeremias 52:1-11

1-11 Este fruto del pecado debemos orar por encima de cualquier cosa; No me alejes de tu presencia, Salmo 51:11. Ninguno es expulsado de la presencia de Dios, pero los que por el pecado se han expulsado primero. La huida de Sedequías fue en vano, porque no hay escapatoria a los juicios de Dios; se topan con el pecador y lo alcanzan, lo dejan huir donde quiere.

Jeremias 52:12-23

12-23 El ejército caldeo hizo estragos. Pero nada está tan particularmente relacionado aquí, como llevar los artículos en el templo. El recuerdo de su belleza y valor nos muestra más el mal del pecado.

Jeremias 52:24-30

24-30 Los líderes de los judíos los hicieron errar; pero ahora son, en particular, hechos monumentos de la justicia divina. Aquí hay una cuenta de dos cautiverios anteriores. Estas personas a menudo eran maravillas tanto de juicio como de misericordia.

Jeremias 52:31-34

31-34 Vea esta historia del rey Joaquín en 2 Reyes 25:27-12. Los que están bajo opresión descubrirán que no es en vano esperar y esperar en silencio la salvación del Señor. Nuestros tiempos están en la mano de Dios, porque los corazones de todos los que tenemos que tratar son así. Que seamos capaces, cada vez más, de descansar en la Roca de las Edades, y mirar hacia adelante con fe santa a esa hora, cuando el Señor traerá de nuevo a Sión y derrocará a todos los enemigos de la iglesia.


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Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Copyright © 1960 by American Bible Society

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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