Génesis 43 - Comentario Bíblico de Matthew HenryGénesis 43Los hermanos de José regresan con Benjamín1 El hambre era grande en la tierra; 2 y aconteció que cuando acabaron de comer el trigo que trajeron de Egipto, les dijo su padre: Volved, y comprad para nosotros un poco de alimento. 3 Respondió Judá, diciendo: Aquel varón nos protestó con ánimo resuelto, diciendo: No veréis mi rostro si no traéis a vuestro hermano con vosotros. 4 Si enviares a nuestro hermano con nosotros, descenderemos y te compraremos alimento. 5 Pero si no le enviares, no descenderemos; porque aquel varón nos dijo: No veréis mi rostro si no traéis a vuestro hermano con vosotros. 6 Dijo entonces Israel: ¿Por qué me hicisteis tanto mal, declarando al varón que teníais otro hermano? 7 Y ellos respondieron: Aquel varón nos preguntó expresamente por nosotros, y por nuestra familia, diciendo: ¿Vive aún vuestro padre? ¿Tenéis otro hermano? Y le declaramos conforme a estas palabras. ¿Acaso podíamos saber que él nos diría: Haced venir a vuestro hermano? 8 Entonces Judá dijo a Israel su padre: Envía al joven conmigo, y nos levantaremos e iremos, a fin de que vivamos y no muramos nosotros, y tú, y nuestros niños. 9 Yo te respondo por él; a mí me pedirás cuenta. Si yo no te lo vuelvo a traer, y si no lo pongo delante de ti, seré para ti el culpable para siempre; 10 pues si no nos hubiéramos detenido, ciertamente hubiéramos ya vuelto dos veces. 11 Entonces Israel su padre les respondió: Pues que así es, hacedlo; tomad de lo mejor de la tierra en vuestros sacos, y llevad a aquel varón un presente, un poco de bálsamo, un poco de miel, aromas y mirra, nueces y almendras. 12 Y tomad en vuestras manos doble cantidad de dinero, y llevad en vuestra mano el dinero vuelto en las bocas de vuestros costales; quizá fue equivocación. 13 Tomad también a vuestro hermano, y levantaos, y volved a aquel varón. 14 Y el Dios Omnipotente os dé misericordia delante de aquel varón, y os suelte al otro vuestro hermano, y a este Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, séalo. 15 Entonces tomaron aquellos varones el presente, y tomaron en su mano doble cantidad de dinero, y a Benjamín; y se levantaron y descendieron a Egipto, y se presentaron delante de José. 16 Y vio José a Benjamín con ellos, y dijo al mayordomo de su casa: Lleva a casa a esos hombres, y degüella una res y prepárala, pues estos hombres comerán conmigo al mediodía. 17 E hizo el hombre como José dijo, y llevó a los hombres a casa de José. 18 Entonces aquellos hombres tuvieron temor, cuando fueron llevados a casa de José, y decían: Por el dinero que fue devuelto en nuestros costales la primera vez nos han traído aquí, para tendernos lazo, y atacarnos, y tomarnos por siervos a nosotros, y a nuestros asnos. 19 Y se acercaron al mayordomo de la casa de José, y le hablaron a la entrada de la casa. 20 Y dijeron: Ay, señor nuestro, nosotros en realidad de verdad descendimos al principio a comprar alimentos. 21 Y aconteció que cuando llegamos al mesón y abrimos nuestros costales, he aquí el dinero de cada uno estaba en la boca de su costal, nuestro dinero en su justo peso; y lo hemos vuelto a traer con nosotros. 22 Hemos también traído en nuestras manos otro dinero para comprar alimentos; nosotros no sabemos quién haya puesto nuestro dinero en nuestros costales. 23 Él les respondió: Paz a vosotros, no temáis; vuestro Dios y el Dios de vuestro padre os dio el tesoro en vuestros costales; yo recibí vuestro dinero. Y sacó a Simeón a ellos. 24 Y llevó aquel varón a los hombres a casa de José; y les dio agua, y lavaron sus pies, y dio de comer a sus asnos. 25 Y ellos prepararon el presente entretanto que venía José a mediodía, porque habían oído que allí habrían de comer pan. 26 Y vino José a casa, y ellos le trajeron el presente que tenían en su mano dentro de la casa, y se inclinaron ante él hasta la tierra. 27 Entonces les preguntó José cómo estaban, y dijo: ¿Vuestro padre, el anciano que dijisteis, lo pasa bien? ¿Vive todavía? 28 Y ellos respondieron: Bien va a tu siervo nuestro padre; aún vive. Y se inclinaron, e hicieron reverencia. 29 Y alzando José sus ojos vio a Benjamín su hermano, hijo de su madre, y dijo: ¿Es este vuestro hermano menor, de quien me hablasteis? Y dijo: Dios tenga misericordia de ti, hijo mío. 30 Entonces José se apresuró, porque se conmovieron sus entrañas a causa de su hermano, y buscó dónde llorar; y entró en su cámara, y lloró allí. 31 Y lavó su rostro y salió, y se contuvo, y dijo: Poned pan. 32 Y pusieron para él aparte, y separadamente para ellos, y aparte para los egipcios que con él comían; porque los egipcios no pueden comer pan con los hebreos, lo cual es abominación a los egipcios. 33 Y se sentaron delante de él, el mayor conforme a su primogenitura, y el menor conforme a su menor edad; y estaban aquellos hombres atónitos mirándose el uno al otro. 34 Y José tomó viandas de delante de sí para ellos; mas la porción de Benjamín era cinco veces mayor que cualquiera de las de ellos. Y bebieron, y se alegraron con él. Génesis 43Génesis 43 - Introducción* Jacob es persuadido para enviar a Benjamín a Egipto. (1-14) la recepción de José de sus hermanos, sus temores. (15-25) José hace una fiesta para sus hermanos. (26-34) Génesis 43:1-141-14 Jacob insta a sus hijos a ir a comprar un poco de comida; ahora, en tiempos de escasez, un poco debe ser suficiente. Judá insta a que Benjamín vaya con ellos. No está en contra del honor y el deber que los niños deben a sus padres, humildemente aconsejarles y, cuando sea necesario, razonar con ellos. Jacob vio la necesidad del caso y cedió. Su prudencia y justicia aparecieron en tres cosas. 1. Envió el dinero que habían encontrado en el saco. La honestidad nos obliga a restaurar no solo lo que nos llega por nuestra propia culpa, sino lo que nos llega por los errores de los demás. Aunque lo obtenemos por descuido, si lo guardamos cuando se descubre el descuido, se mantiene por engaño. 2. Envió tanto como se tomaron el tiempo anterior; el precio del maíz podría aumentar, o podrían tener que pagar un rescate por Simeón. 3. La Providencia no dispensa sus dones a todos por igual. Pero la miel y las especias nunca compensarán la falta de pan. En Canaán hubo mucha hambre, pero tenían bálsamo y mirra, etc. Podemos vivir bastante bien con comida sencilla, sin manjares, pero no podemos vivir con manjares sin comida sencilla. Agradezcamos a Dios que lo que es más necesario y útil, generalmente es más barato y común. Aunque los hombres valoran mucho su oro y su plata, y los lujos que se consideran los mejores frutos de cada tierra, en tiempo de hambre los cambian gustosamente por pan. Y ¡cuán poco nos sostendrán los bienes terrenales en el día de la ira! Cuán dispuestos deberíamos estar a renunciar a todos ellos, como pérdida, por la excelencia del conocimiento de Jesucristo. Nuestra manera de prevalecer con el hombre es prevaleciendo primero con el Señor en ferviente oración. Pero, hágase tu voluntad, debe cerrar cada petición por las misericordias de esta vida, o contra las aflicciones de esta vida Génesis 43:15-2515-25 Los hijos de Jacob bajaron por segunda vez a Egipto para comprar maíz. Si alguna vez supiéramos lo que significa una hambruna de la palabra, no pensemos demasiado en viajar tan lejos para obtener alimento espiritual, como lo hicieron ellos para obtener alimento corporal. El mayordomo de José recibió órdenes de su maestro de llevarlos a su casa. Incluso esto los asustó. Los culpables hacen lo peor de todo. Pero el mayordomo los alentó. Parece, por lo que dijo, que por su buen maestro fue llevado al conocimiento del Dios verdadero, el Dios de los hebreos. Los siervos religiosos deben aprovechar todas las ocasiones adecuadas para hablar de Dios y su providencia, con reverencia y seriedad. Génesis 43:26-3426-34 Observe el gran respeto que los hermanos de José le dieron. Así se cumplieron los sueños de José cada vez más. José les mostró gran amabilidad. Los trató noblemente; pero mira aquí la distancia temprana entre judíos y gentiles. En un día de hambre, es suficiente para ser alimentado; pero fueron festejados. Sus preocupaciones y temores habían terminado, y comieron su pan con alegría, considerando que estaban en buenos términos con el señor de la tierra. Si Dios acepta nuestras obras, nuestro presente, tenemos motivos para alegrarnos. José mostró especial respeto por Benjamín, para que él pudiera probar si sus hermanos lo envidiarían. Debe ser nuestra regla, estar contentos con lo que tenemos y no llorar por lo que otros tienen. Así, Jesús muestra a los que ama, más y más de sus necesidades. Les hace ver que él es su único refugio contra la destrucción. Él supera su falta de voluntad, y los trae a sí mismo. Luego, cuando lo ve bien, les da un poco de su amor y les da la bienvenida a las provisiones de su casa, como una muestra sincera de lo que pretende para ellos. |
Copyright © 1960 by American Bible Society
Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit