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Éxodo 6 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Éxodo 6

1 Jehová respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré a Faraón; porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuerte los echará de su tierra.

2 Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ.

3 Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos.

4 También establecí mi pacto con ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron forasteros, y en la cual habitaron.

5 Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto.

6 Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes;

7 y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto.

8 Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo JEHOVÁ.

9 De esta manera habló Moisés a los hijos de Israel; pero ellos no escuchaban a Moisés a causa de la congoja de espíritu, y de la dura servidumbre.

10 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

11 Entra y habla a Faraón rey de Egipto, que deje ir de su tierra a los hijos de Israel.

12 Y respondió Moisés delante de Jehová: He aquí, los hijos de Israel no me escuchan; ¿cómo, pues, me escuchará Faraón, siendo yo torpe de labios?

13 Entonces Jehová habló a Moisés y a Aarón y les dio mandamiento para los hijos de Israel, y para Faraón rey de Egipto, para que sacasen a los hijos de Israel de la tierra de Egipto.

14 Estos son los jefes de las familias de sus padres: Los hijos de Rubén, el primogénito de Israel: Hanoc, Falú, Hezrón y Carmi; estas son las familias de Rubén.

15 Los hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zohar, y Saúl hijo de una cananea. Estas son las familias de Simeón.

16 Estos son los nombres de los hijos de Leví por sus linajes: Gersón, Coat y Merari. Y los años de la vida de Leví fueron ciento treinta y siete años.

17 Los hijos de Gersón: Libni y Simei, por sus familias.

18 Y los hijos de Coat: Amram, Izhar, Hebrón y Uziel. Y los años de la vida de Coat fueron ciento treinta y tres años.

19 Y los hijos de Merari: Mahli y Musi. Estas son las familias de Leví por sus linajes.

20 Y Amram tomó por mujer a Jocabed su tía, la cual dio a luz a Aarón y a Moisés. Y los años de la vida de Amram fueron ciento treinta y siete años.

21 Los hijos de Izhar: Coré, Nefeg y Zicri.

22 Y los hijos de Uziel: Misael, Elzafán y Sitri.

23 Y tomó Aarón por mujer a Elisabet hija de Aminadab, hermana de Naasón; la cual dio a luz a Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar.

24 Los hijos de Coré: Asir, Elcana y Abiasaf. Estas son las familias de los coreítas.

25 Y Eleazar hijo de Aarón tomó para sí mujer de las hijas de Futiel, la cual dio a luz a Finees. Y estos son los jefes de los padres de los levitas por sus familias.

26 Este es aquel Aarón y aquel Moisés, a los cuales Jehová dijo: Sacad a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos.

27 Estos son los que hablaron a Faraón rey de Egipto, para sacar de Egipto a los hijos de Israel. Moisés y Aarón fueron estos.

28 Cuando Jehová habló a Moisés en la tierra de Egipto,

29 entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: Yo soy JEHOVÁ; di a Faraón rey de Egipto todas las cosas que yo te digo a ti.

30 Y Moisés respondió delante de Jehová: He aquí, yo soy torpe de labios; ¿cómo, pues, me ha de oír Faraón?

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Éxodo 6

Éxodo 6 - Introducción

* Dios renueva su promesa. (1-9) Moisés y Aarón nuevamente enviaron a Faraón. (10-13) la paternidad de Moisés y Aarón. (14-30)

Éxodo 6:1-9

1-9 Es más probable que prosperemos en nuestros intentos de glorificar a Dios y ser útiles a los hombres cuando aprendemos por experiencia que no podemos hacer nada por nosotros mismos; cuando nuestra dependencia total está puesta en Él y nuestra única expectativa proviene de Él. Moisés había estado esperando lo que Dios haría, pero ahora verá lo que hará. Dios ahora sería conocido por su nombre Jehová, es decir, un Dios que cumple lo que ha prometido y completa su propia obra. Dios tenía la intención de su felicidad: "Os tomaré por mi pueblo, y yo seré vuestro Dios, y vosotros sabréis que yo soy el Señor". Más que esto no necesitamos pedir ni podemos tener para ser felices. Él tenía la intención de su propia gloria: "Y conoceréis que yo soy el Señor". Estas buenas y confortadoras palabras deberían haber revivido a los abatidos israelitas y haberlos hecho olvidar su miseria; pero estaban tan preocupados por sus problemas que no prestaban atención a las promesas de Dios. Al indulgir en el descontento y la irritación, nos privamos del consuelo que podríamos tener tanto de la Palabra de Dios como de su providencia, y nos quedamos sin consuelo.

Éxodo 6:10-13

10-13 La fe de Moisés era tan débil que apenas podía mantenerse en su trabajo. La obediencia pronta siempre está de acuerdo con la fuerza de nuestra fe. Aunque nuestras debilidades deben humillarnos, no deben desanimarnos para hacer lo mejor que podamos en cualquier servicio que tengamos que hacer para Dios. Cuando Moisés repite sus argumentos frustrados, ya no se discute con él, sino que Dios le da una orden tanto a los hijos de Israel como a Faraón. La autoridad de Dios es suficiente para responder a todas las objeciones y obliga a todos a obedecer, sin murmurar ni disputar, Filipenses 2:14.

Éxodo 6:14-30

14-30 Moisés y Aarón eran israelitas, levantados entre sus hermanos, al igual que también debía serlo Cristo, quien sería el Profeta y Sacerdote, el Redentor y Legislador del pueblo de Israel. Moisés regresa a su narrativa y repite el encargo que Dios le había dado de entregar su mensaje a Faraón y su objeción contra ello. Aquellos que han hablado sin prudencia con sus labios deben reflexionar sobre ello con pesar, como parece hacer Moisés aquí. "Incircunciso" se usa en la Escritura para señalar la falta de idoneidad que puede haber en algo para cumplir su propósito adecuado; así como el corazón carnal y la naturaleza depravada del hombre caído son completamente inadecuados para los servicios de Dios y para los propósitos de su gloria. Es provechoso no poner confianza en nosotros mismos; toda nuestra capacidad debe estar en el Señor. Nunca podemos confiar en nosotros mismos demasiado poco ni en nuestro Dios demasiado mucho. "Nada puedo hacer por mí mismo", dijo el apóstol, "pero todo lo puedo en Cristo, que me fortalece".


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Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Copyright © 1960 by American Bible Society

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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