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Éxodo 25 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Éxodo 25

La ofrenda para el tabernáculo
(Ex. 35.4-9)

1 Jehová habló a Moisés, diciendo:

2 Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda.

3 Esta es la ofrenda que tomaréis de ellos: oro, plata, cobre,

4 azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras,

5 pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia,

6 aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático,

7 piedras de ónice, y piedras de engaste para el efod y para el pectoral.

8 Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos.

9 Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis.

El arca del testimonio
(Ex. 37.1-9)

10 Harán también un arca de madera de acacia, cuya longitud será de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio.

11 Y la cubrirás de oro puro por dentro y por fuera, y harás sobre ella una cornisa de oro alrededor.

12 Fundirás para ella cuatro anillos de oro, que pondrás en sus cuatro esquinas; dos anillos a un lado de ella, y dos anillos al otro lado.

13 Harás unas varas de madera de acacia, las cuales cubrirás de oro.

14 Y meterás las varas por los anillos a los lados del arca, para llevar el arca con ellas.

15 Las varas quedarán en los anillos del arca; no se quitarán de ella.

16 Y pondrás en el arca el testimonio que yo te daré.

17 Y harás un propiciatorio de oro fino, cuya longitud será de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio.

18 Harás también dos querubines de oro; labrados a martillo los harás en los dos extremos del propiciatorio.

19 Harás, pues, un querubín en un extremo, y un querubín en el otro extremo; de una pieza con el propiciatorio harás los querubines en sus dos extremos.

20 Y los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas el propiciatorio; sus rostros el uno enfrente del otro, mirando al propiciatorio los rostros de los querubines.

21 Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré.

22 Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel.

La mesa para el pan de la proposición
(Ex. 37.10-16)

23 Harás asimismo una mesa de madera de acacia; su longitud será de dos codos, y de un codo su anchura, y su altura de codo y medio.

24 Y la cubrirás de oro puro, y le harás una cornisa de oro alrededor.

25 Le harás también una moldura alrededor, de un palmo menor de anchura, y harás a la moldura una cornisa de oro alrededor.

26 Y le harás cuatro anillos de oro, los cuales pondrás en las cuatro esquinas que corresponden a sus cuatro patas.

27 Los anillos estarán debajo de la moldura, para lugares de las varas para llevar la mesa.

28 Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás de oro, y con ellas será llevada la mesa.

29 Harás también sus platos, sus cucharas, sus cubiertas y sus tazones, con que se libará; de oro fino los harás.

30 Y pondrás sobre la mesa el pan de la proposición delante de mí continuamente.

El candelero de oro
(Ex. 37.17-24)

31 Harás además un candelero de oro puro; labrado a martillo se hará el candelero; su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus flores, serán de lo mismo.

32 Y saldrán seis brazos de sus lados; tres brazos del candelero a un lado, y tres brazos al otro lado.

33 Tres copas en forma de flor de almendro en un brazo, una manzana y una flor; y tres copas en forma de flor de almendro en otro brazo, una manzana y una flor; así en los seis brazos que salen del candelero;

34 y en la caña central del candelero cuatro copas en forma de flor de almendro, sus manzanas y sus flores.

35 Habrá una manzana debajo de dos brazos del mismo, otra manzana debajo de otros dos brazos del mismo, y otra manzana debajo de los otros dos brazos del mismo, así para los seis brazos que salen del candelero.

36 Sus manzanas y sus brazos serán de una pieza, todo ello una pieza labrada a martillo, de oro puro.

37 Y le harás siete lamparillas, las cuales encenderás para que alumbren hacia adelante.

38 También sus despabiladeras y sus platillos, de oro puro.

39 De un talento de oro fino lo harás, con todos estos utensilios.

40 Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.

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Éxodo 25

Éxodo 25 - Introducción

* Lo que los israelitas debían ofrecer para hacer el tabernáculo. (1-9) El arca. (10-22) La mesa, con sus muebles. (23-30) El candelero. (31-40)

Éxodo 25:1-9

1-9 Dios eligió al pueblo de Israel para que fuera un pueblo peculiar para Él, por encima de todas las demás naciones, y Él mismo sería su Rey. Ordenó que se construyera un palacio real en medio de ellos para Él, llamado santuario o lugar santo o morada. Allí mostró su presencia entre ellos. Y debido a que en el desierto vivían en tiendas, se ordenó que este palacio real fuera un tabernáculo, para que pudiera moverse con ellos. El pueblo debía proveer a Moisés los materiales de su propia voluntad. El mejor uso que podemos dar a nuestra riqueza terrenal es honrar a Dios con ella en obras de piedad y caridad. Deberíamos preguntarnos no solo qué debemos hacer, sino también qué podemos hacer por Dios. Cualquier cosa que dieran, debían hacerlo con alegría, no de mala gana, porque Dios ama al dador alegre, 2 Corintios 9:7. Lo que se invierte en el servicio de Dios debe considerarse bien empleado; y todo lo que se haga en el servicio de Dios debe hacerse bajo Su dirección.

Éxodo 25:10-22

10-22 El arca era un cofre revestido de oro en el que se debían guardar las dos tablas de la ley. Estas tablas se llamaban el testimonio; en ellas, Dios testificaba su voluntad. Esta ley era un testimonio para los israelitas, para guiarlos en su deber, y sería un testimonio en su contra si la transgredían. Este arca se colocaba en el lugar santísimo; el sumo sacerdote rociaba la sangre de los sacrificios y quemaba incienso delante de ella, y sobre ella aparecía la gloria visible, que era el símbolo de la presencia divina. Esto era un tipo de Cristo en su naturaleza sin pecado, que no vio corrupción, en unión personal con su naturaleza divina, expiando nuestros pecados contra ella mediante su muerte. Los querubines de oro miraban uno hacia el otro, y ambos miraban hacia abajo hacia el arca. Esto denota la asistencia de los ángeles al Redentor, su disposición para hacer su voluntad, su presencia en las asambleas de los santos y su deseo de escudriñar los misterios del evangelio. Estaba cubierta con un recubrimiento de oro llamado el propiciatorio. Se dice que Dios moraba o se sentaba entre los querubines en el propiciatorio. Allí daría su ley y escucharía a los suplicantes, como un príncipe en su trono.

Éxodo 25:23-30

23-30 Se debía hacer una mesa de madera recubierta de oro para colocarla en el tabernáculo exterior, siempre provista con los panes de la proposición. Esta mesa, junto con los objetos que contenía y su uso, parece simbolizar la comunión que el Señor mantiene con su pueblo redimido en sus ordenanzas, las provisiones de su casa y los banquetes de los que disfrutan. También simboliza el alimento para sus almas, que siempre encuentran cuando tienen hambre de él, y el deleite que él siente por sus personas y servicios, presentados ante él en Cristo.

Éxodo 25:31-40

31-40 El candelabro representa la luz de la Palabra de Dios y del Espíritu, en y a través de Cristo Jesús, ofrecida en este mundo oscuro a su pueblo creyente para guiar su adoración y obediencia, y brindarles consuelo. La iglesia todavía está en tinieblas, como lo estaba el tabernáculo en comparación con lo que será en el cielo; pero la Palabra de Dios es una luz que brilla en un lugar oscuro, como dice 2 Pedro 1:19, y el mundo sería realmente oscuro sin ella. ​​​​​​​En Éxodo 25:40 hay una advertencia expresa para Moisés. Nada se dejó a su propia imaginación, ni a la de los trabajadores, ni al pueblo; sino que la voluntad de Dios debía observarse en cada detalle. La instrucción de Cristo a sus discípulos en​​​​​​​ Mateo 28:20, es similar a esto: "Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado". Recordemos que somos templos del Espíritu Santo, que tenemos la ley de Dios en nuestros corazones, que debemos vivir una vida de comunión con Dios, deleitarnos en sus ordenanzas y ser la luz del mundo, si verdaderamente somos seguidores de Cristo. Que el Señor nos ayude a examinarnos a nosotros mismos a la luz de esta perspectiva de la religión y a caminar de acuerdo con ella.


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Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Copyright © 1960 by American Bible Society

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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